Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre el tabaco.
El ganador de la semana pasada, dedicada a las autobiografías, ha sido...:
Carmona
A los 80 años, escribió toda su vida en media cuartilla y se puso a llorar.
Media cuartilla que es también síntoma de un enorme fracaso vital. Todo lo que podía haber hecho y no hizo el protagonista del microrrelato está presente en el espacio en blanco del folio y de los folios que es incapaz de rellenar. La vida es siempre un fracaso porque conduce a la muerte, dijo el sabio, pero hay fracasos más provechosos que otros y lo peor que puede pasarle a uno es lamentar su pasividad en el pasado. Siempre es mejor actuar que no actuar, hacer cosas que arrepentirse de no haberlas hecho, vivir que morir. Y vivir es conflicto. Lo demás es ostracismo, muerte en vida. Carmona aprovecha el asunto autobiográfico para poner el acento en esa verdad única que es la propia biografía y reparar en que una vida larga en años puede ser corta en vivencias. El llanto del octogenario es un final excelente y también una llamada de atención: lo que no se hace hoy puede ser un duro golpe del mañana, que además no permite redención ni marcha atrás.
Enhorabuena, Rafa Olivares, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
Otros micros pudieron haber ganado:
Cicely
Escarmentado por el escaso éxito comercial del último tomo de su autobiografía, trató de llevar una vida más emocionante.
Poetry
Sintió un gran vacío al tener que omitir en su autobiografía la existencia de su amante, que era quien le había dado sentido a toda su vida.
Pilar Alejos
Su vida era tan anodina que al escribir su autobiografía dio rienda suelta a su imaginación.
Miguel Á. Molina
Fue un muchacho precoz. Con un año sabía leer y escribir, con quince había publicado su autobiografía; con veinte redactaron su necrológica.
Saludos cordiales