Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre las vacunas.
El ganador de la semana pasada, dedicada a los videojuegos, ha sido...:
Umber
Despertó dentro de un ataúd y se puso a gritar. Su hijo pequeño, riendo, le quitó entonces las gafas de realidad virtual y lo vio muerto.
En literatura, la concisión es la prueba más solvente de habilidad narrativa; y aquí la prueba se supera con nota. Nada más difícil que hacer un relato en el que pasan muchas cosas con pocas palabras. Veamos: un hombre confunde la vida virtual a la que se ha sometido para diversión de su hijo con la vida real, de manera que cuando el niño le quita las gafas del videojuego (entre risas) se ha desatado la tragedia: el hombre, aterrorizado, ha fallecido de un infarto al creerse atrapado en un ataúd. Una distribución adecuada de la información y una elipsis que brilla como un diamante dan lugar a este relato magnífico. El cuento nos habla, con inusual astucia, acerca de la verosimilitud de los videojuegos, sobre su peligrosa capacidad para sustituir a la realidad, y también del drama o tragedia de un niño que pronto va a comprender que la vida real puede llegar a ser tan dura como traumática.
Enhorabuena, Gabriel Pérez Martínez, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
Otros micros pudieron haber ganado:
Tau
Tras horas encerrado en un escenario de bombas y destrucción, salió a por tabaco. La paz del barrio le pareció tremendamente perturbadora.
Jorge Alonso Curiel
"La magia se nos ha acabado. Prefiero jugar a un videojuego que estar contigo", le dijo a aquella muñeca hinchable.
Miguel Á. Molina
A diario intenta huir de una vida llena de disparos, peleas y muerte. No sabe que su destino depende de la rapidez de los dedos de un niño.
Hinojosa
La paz en el país ha llegado con la compra de una videoconsola al dictador.
Nuria Rodríguez
Dejo de disparar cuando con disgusto, comprobó que la sangre no tenía el mismo color ni textura que en el videojuego.
Saludos cordiales