Desde hace varios años, el equipo de Antonio López Farré (Madrid, 1962) está volcado en la enseñanza de la nutrición tanto desde su laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense como a través del proyecto GenObIA de la Comunidad de Madrid, que utiliza la inteligencia artificial (IA) para la predicción del riesgo de obesidad y sobrepeso. Para Farré, son temas de alto interés general, por lo que surgió la idea de reunir esos conocimientos en el libro Los genes de la alimentación y el deporte (Ediciones Complutense). “Pensamos que uno de nuestros deberes como investigadores es transmitir a la población los avances científicos”. Uno de los puntos de partida es la medicina predictiva (o medicina 5P: personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional), con la genética como nexo común.

Título: Los genes de la alimentación y el deporte

Autor: Antonio López Farré (Coord.)

Editorial: Ediciones Complutense

Año de publicación: 2019

Disponible en Ediciones Complutense

Disponible en Unebook

Pregunta. ¿Ha mejorado la genética nuestra manera de alimentarnos?



Respuesta. Todavía no. La nutrigenética es una parte de la genética que está en sus comienzos. Cada día avanzamos en conocer su utilidad, pero queda aún mucho camino por recorrer para que la alimentación se base solamente en la genética. De hecho, esto no debería ser nunca así, ya que además de los genes influyen otros factores en la alimentación de cada uno. Entre ellos, deberíamos incluir hábitos de vida y, evidentemente, el ejercicio físico. Si solamente nos circunscribimos al control del peso a través de la genética de la nutrición, el resultado será muy limitado. El ejercicio físico, y probablemente la genética del mejor ejercicio físico para cada persona, es también un factor fundamental.

P. ¿Cómo puede ayudarnos la inteligencia artificial en la salud?

R. Será un paso importantísimo la utilización y el desarrollo de la IA en la salud y también en el área de la nutrición y su genética. En la Comunidad de Madrid se está desarrollando el proyecto GenObIA (Genética, Obesidad e Inteligencia Artificial). Mediante el estudio genético del metabolismo de los diferentes nutrientes de la dieta y de la genética del ejercicio físico, se intenta predecir, a través del desarrollo de algoritmos, el riesgo de desarrollar sobrepeso/obesidad y sus comorbilidades (diabetes mellitus tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades pulmonares, etc. Estamos ya en la fase final del estudio.

P. ¿Cree que a la población le falta una educación nutricional básica?

R. Sí. Hay mucha información disponible en páginas web, foros etc., pero no toda esta información es científicamente correcta. También hace falta que en España se potencie a los profesionales de la nutrición, ahora que ya disponemos de grados específicos y másteres en los que se forman, como es el caso de la Universidad Complutense, excelentes profesionales. Desafortunadamente, y a diferencia de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, las posibilidades laborales que tienen al terminar sus estudios son muy escasas.

P. ¿Son imprescindibles conocimientos de biología y medicina para orientar bien la alimentación?

R. Es evidente. Con la biología molecular y la genética aprendemos cómo a nivel celular y molecular trabajan los nutrientes de la dieta. Podemos abrir nuevas vías de utilización de los alimentos en la prevención de enfermedades. Será en la medicina donde comprobemos que esos conocimientos científicos se reflejan en una mejora de la salud.

"Queda mucho camino por recorrer para que la alimentación se base solo en la genética"

P. ¿Qué papel juegan la nutrigenética y la nutrigenómica en la salud?

R. La nutrigenética, que es el estudio de cómo a través de los genes conocemos el metabolismo que cada persona tiene sobre los nutrientes y la dieta, ya comienza a estudiarse de forma profunda en las personas para el control del peso, pero también para el control de los niveles de glucosa, intentando reducir la incidencia de un estado pre-diabético (si la diabetes ya está presente en la persona, para mejorar el control de su glucemia). La nutrigenómica aún está en proceso de desarrollar una mayor investigación, recordando que la nutrigenómica es el estudio de cómo el ambiente modifica la expresión de los genes.

P. ¿Se puede “engañar” al cerebro a la hora de comer? ¿Es posible dominar la sensación de saciedad?

R. Se le puede engañar, por ejemplo, conociendo cuáles son, genéticamente hablando, las preferencias de la persona sobre el sabor, o mediante la ingesta de alimentos que faciliten la sensación de saciedad.

P. ¿Está la saciedad relacionada con el tipo de alimento?

R. Puede estar relacionada.

P. Metabolizar las grasas, ¿es este el punto clave de la buena salud?

R. Es uno de los puntos, pero no el único. No todas las personas, desde un punto de vista genético, metabolizamos igual de bien todos los tipos de grasas.

P. ¿Por qué tienen tan mala fama los carbohidratos?

"No todos los ejercicios físicos benefician por igual. En esto la genética también tiene mucha influencia"

R. Tienen mala fama, en particular los carbohidratos simples. Por diversos motivos, como por ejemplo su alto índice glucémico, que hace que pasen fácilmente a la sangre en momentos que quizás no sean necesarios y entonces se acumulan en forma de grasa. Pero también esto depende en parte de la genética de la persona.

P. ¿Es lo mismo decir carbohidratos que azúcar?

R. El azúcar es un tipo de carbohidrato. Para ser más exacto, el azúcar es la sacarosa, un disacárido compuesto por glucosa y fructosa.

P. ¿Qué hay de genética en la obesidad?

R. Uno de los objetivos del libro es explicar de forma sencilla qué genes pueden estar implicados en el desarrollo de la obesidad. Evidentemente, esos genes se combinan con la capacidad de realización de ejercicio físico. No todos los tipos de ejercicio físico benefician por igual a las personas y este es también un tema en el que la genética tiene gran influencia como explicamos en el libro.

P. ¿Hay gente más predispuesta por genética al deporte?

R. Sí, y en el deporte más profesional ya se comienza a tener en cuenta.

P. ¿Se puede diseñar genéticamente a un buen deportista?

R. Se le puede aconsejar cuando está en las etapas tempranas de su formación.

P. ¿Qué hay de cerebral en la actividad deportiva?

R. Mucho y también de la genética de las emociones. En el libro estudiamos incluso si son heredables las habilidades deportivas.

P. ¿Existen genes específicos de la longevidad? ¿De qué forma pueden potenciarse?

R. Hay algunos genes que comienzan a asociarse con una mayor longevidad de las personas. Este es un tema muy importante y su conocimiento aún escaso. También realizamos un estudio, con el apoyo de la Escuela de Pensamiento de la Fundación de la Mutualidad de la Abogacía, en el que estamos desarrollando algoritmos que nos indiquen la edad biológica, edad real del organismo, mediante el empleo combinado de variables genéticas relacionadas con la longevidad y los hábitos de vida. Es muy interesante, ya que el tema de la edad biológica es de gran interés desde el punto de vista de la salud y, en particular, para conocer mejor factores que influyen en el mejor o peor envejecimiento de la población.