Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre el dinero.
El ganador de la semana pasada, dedicada a la paciencia, ha sido...:
MJR
Cada día acude al parque y allí permanece durante horas a la espera de que le devuelvan a su niña.
La paciencia de la locura, podría titularse el relato, porque la protagonista (o el protagonista) obtiene su esperanza de la única manera posible: delirando. Las veinte palabras que conforman el relato son la punta de un iceberg narrativo tan solvente como duro, pues sabemos que la permanencia de esa madre (o ese padre) en el parque es fruto de una tragedia. Se dice que la virtud de la tragedia como género narrativo radica en su universalidad, cualquiera empatiza con quien sufre un suceso doloroso, pero hay tragedias truculentas y tragedias narradas con elegancia y finura, como es el caso. Nos condolemos pues con la protagonista y nos hacemos conscientes de que hay problemas irresolubles en la vida, o que solo encuentran su solución en la demencia, es decir, que no se solucionan, sino que nos matan en vida. Tenemos aquí la paciencia como punta del iceberg, y por debajo, el resto del cuerpo narrativo: una ausencia tan dolorosa y violenta, un robo tan insoportable, como el de una hija. Enhorabuena, María Jesús Rodríguez Hernández, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
Otro micro pudo haber ganado:
MJR
Dio por finalizado el día; se echaba la noche encima y ya había besado a todos los sapos de aquella charca.
Saludos cordiales.