Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre la niebla.
El ganador de la semana pasada, dedicada a los gimnasios, ha sido...:
Tras Tamara
Siguió a su marido durante varias tardes; cuando comprobó que efectivamente iba al gimnasio, contrató a un detective.
La gracia, el cogollo de la cosa, está en que la actividad de ir al gimnasio, tan bien reputada socialmente, produce en la mujer protagonista una sospecha enorme, lo que da un giro sorprendente al relato y lo llena de ironía. Un gimnasio es el ámbito ideal para ponerse en forma y mejorar el tono muscular; también por tanto un referente a partir del cual una mujer celosa o con la mosca detrás de la oreja puede concebir que se está gestando un interés del marido por la propia apariencia que hace presumible una infidelidad o una intención de tal. El detective, así, no surge porque el marido niegue que va al gimnasio sino precisamente porque acude a él, lo que no tranquiliza a la mujer sino que incrementa su desconfianza. Planteamiento, el seguimiento del marido, nudo, la comprobación de que va al gimnasio, y desenlace, el detective, en menos de 140 caracteres... ¡Bravo!
Enhorabuena, Tras Tamara, por el relato, sobresaliente, y por el premio.
Otros micros pudieron haber ganado:
Carol Anne
El gimnasio era el único lugar del mundo en el que sus problemas desaparecían. Cuando fue consciente de esto, supo que necesitaba ayuda.
Betty
Por más que se esforzó en el gimnasio, su mujer lo dejó por el chocolatero.
Saludos cordiales