¿Qué libro tiene entre manos?
El nuevo libro de TBA21, que saldrá en mayo. Una colección fascinante de textos que contextualizan los más de 100 proyectos que hemos producido en los últimos 15 años. Está coordinado por Irma Bloom y estoy muy orgullosa.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Una visita al Museo Whitney con mi padre en los años 70. ¡Viví mi primera exposición de arte contemporáneo igual que el primer beso! Había una sección completa dedicada a los minimalistas que transformó mi percepción del arte. Mirando ahora el trabajo de Cerith Wyn Evans, Olafur Eliasson, Carsten Höller, Janet Cardiff y Mario García Torres, sé de dónde viene mi aprecio por esos trabajos…
¿Quien cree que manda hoy en el mundo del arte?
Nadie. Pero si me pregunta que quién tiene más influencia, consideraría a interesantes mujeres como Maja Hoffmann, Patty y Ella Cisneros, Patrizia Sandretto, Julia Stoschek y Pamela Kramlich, todas coleccionistas increíbles. También a Sheikha Hoor Bint Sultan Al Qasimi, fundadora de la Bienal de Sharjah, a Hedwig Fijen, fundadora de Manifesta, a Carolyn Christov-Bakargiev, Chus Martínez, Ute Meta Bauer, todas ellas comisarias de documenta, y a Roselee Goldberg de Performa en Nueva York.
¿Qué es lo que más le gusta de la feria ARCO?
El acceso a tantos artistas latinoamericanos. Es una oportunidad para conocer a nuevos comisarios que hacen un gran trabajo pero que están demasiado lejos para que podamos apreciarlos en Europa. Aunque me gustaría ver una mayor apertura hacia África.
Dice que coleccionar es un compromiso, ¿con quién?
TBA21 trabaja con los artistas y entendemos que el proceso de crear requiere tiempo y compromiso. Pero también son los comisarios, escritores, activistas, científicos y pueblos indígenas quienes han contribuido a ese proceso.
Ha creado una fundación que lucha también por proteger el planeta, ¿qué papel tiene el arte en esta misión?
Los artistas crean imágenes icónicas que capturan el imaginario global. Ayudan a comprender, a empatizar con problemas que de otro modo serían demasiado grandes o demasiado remotos para entenderlos. Desde el cambio social hasta el impacto ambiental y las prácticas sostenibles, queremos fomentar el cambio a través del arte.
Hace unos meses se abrió una nueva oficina de TBA21 en Madrid y comenzó un programa de colaboración con el Museo Thyssen. ¿Cuáles son sus intenciones en Madrid?
TBA21 ha encontrado un nuevo hogar fascinante en Madrid, que funciona en paralelo con Viena, y estamos entusiasmados. Pero somos muy independientes y no nos centramos en un solo lugar: llevamos dos décadas tratando muchos temas en distintas geografías.
¿Sigue a muchos artistas españoles?
Uno de los primeros trabajos adquiridos por TBA21 fue el de Sergio Prego con su Tetsuo, Bound to Fail de 1998. Hemos trabajado con Teresa Solar, ya que ella fue parte de una exposición de la Academia TBA21 comisariada por Chus Martínez junto con el argentino Eduardo Navarro.
Ejerza por favor de crítica de la última exposición que ha visitado. ¿Cuál es y qué le ha interesado?
In Real Life de Olafur Eliasson en la Tate que acaba de itinerar este mes al Guggenheim Bilbao. Incluye algunas de sus primeras obras que muestran los fascinantes mimbres de su práctica posterior. Nos hace protagonistas de un viaje hipnótico a través de los elementos, agua, niebla, lluvia, fuego y una pared de musgo islandés. Ayuda a reconectar con la naturaleza encapsulando lo sublime.
¿Qué música escucha en casa?
Escucho R&B, Soul, Reggae, música africana… ¡principalmente música negra!
¿Le gusta España? Denos sus razones.
¡Aquí no hay quien se aburra! Me encanta el espíritu de su gente. Y lo más importante: ¡me siento bienvenida! Noto el agradecimiento hacia mi familia por la creación del Thyssen y aprecio el enorme esfuerzo de España.