El diseño de videojuegos es una empresa compleja que se apoya en tres patas fundamentales: arte, programación y diseño. Cada una sustentada por perfiles muy especializados. Durante los primeros años del medio era bastante habitual que los creadores abarcaran las tres facetas, pero conforme los juegos fueron creciendo en volumen y complejidad esa característica de hombre renacentista fue pasando a mejor vida. De la misma forma lo más frecuente era que los estudios invirtieran una gran cantidad de tiempo en programar sus propias herramientas antes de pasar a crear el juego propiamente dicho, pero hoy en día lo más habitual es confiar en la fiabilidad de empresas tecnológicas dedicadas a ese propósito. Unreal y Unity son los nombres más grandes en el mundo de los motores gráficos, la herramienta principal con la que se desarrolla un videojuego, y aunque su uso se ha facilitado mucho con el paso de los años, sigue requiriendo de amplios conocimientos técnicos. Sacarle el máximo partido requiere años de estudio y experimentación.
Es la democratización de la creatividad digital, donde la intuición y la comunidad apasionada estimulan la imaginación
El objetivo de Media Molecule con el videojuego Dreams ha sido crear una herramienta muy potente que incluya todos los apartados que intervienen en la cocina (modelado, animación, lógica, sonido, interactividad, físicas…) pero con muchos atajos y una gran maleabilidad para permitir una gran experimentación, volviendo al estándar de un creador total. Una plataforma donde realizar bosquejos en cuestión de minutos, probar ideas y ver cómo funcionan sin tener que pasar por procesos engorrosos y prolongados, y poder reaccionar con una gran celeridad. Es la democratización de la creatividad digital, donde la mera intuición y el apoyo de una comunidad apasionada son elementos suficientes para estimular la imaginación. El pequeño estudio afincado en Guilford (Inglaterra) lleva más de una década explorando la creatividad de los usuarios bajo el paraguas de SIE Worlwide Studios. El ADN de Dreams se puede rastrear hasta Little Big Planet (2008), su primera obra, pero mientras el juego protagonizado por los simpáticos muñecos de trapo se asentaba sobre un esquema de plataformas y saltos, en Dreams la flexibilidad también incide en los géneros. En los meses que el juego ha estado en acceso anticipado se ha podido ver a la comunidad crear todo tipo de producciones: juegos de carreras, puzles, acción, aventura, juegos de cartas, pinball, battle royale y todo tipo de combinaciones. Una de las características que van a expandir los horizontes de los creadores es la posibilidad de compartir creaciones y provocar sinergias entre los usuarios para utilizar y reutilizar elementos en distintos juegos. De esta forma se podrán acelerar el proceso de elaboración, con un sistema también que reconozca la habilidad de los autores con más talento,
Multijudador online
Media Molecule está determinado a apoyar el juego durante mucho tiempo, con funciones que se irán implementando en los meses venideros, como el multijugador online, aunque ya cuenta con cooperativo local para cuatro jugadores, y la realidad virtual. En este sentido, una de las iniciativas con más peso es la Jam de la Comunidad, que trata de emular las competiciones de desarrollo popularmente conocidas como Game Jams. En ellas, a partir de un concepto propuesto al principio de la competición, los diferentes equipos tienen que desarrollar un juego funcional y divertido en un tiempo determinado. El tema cambiará cada varias semanas y la comunidad de usuarios podrá votar sus favoritos.
Encuentro con Art
A pesar de que el foco está puesto en la creación, el estudio también ha incluido un modo historia donde los jugadores conocerán a Art, un ex músico de jazz al que acompañarán a lo largo de un viaje para hacer las paces con sus compañeros de banda. El periplo le llevará por una serie de situaciones oníricas en las que participan tanto él como todo un elenco de personajes fantásticos y estrambóticos entre los que destaca un oso de peluche con un martillo que responde al nombre de Frances. El juego soporta el uso de los controladores Move, que, siendo opcionales, facilitan mucho el proceso de escultura de los modelos de personajes.
El pasado mes de octubre, en la feria Madrid Games Week, PlayStation y el Museo Thyssen-Bornemisza organizaron las jornadas Playlab Thyssen: Dreams, un taller intensivo donde aprender, crear y participar en la puesta en marcha de un videojuego con la herramienta. Sin embargo, como los recursos que pone Dreams a disposición del creador van incluso más allá del videojuego, algunos participantes extendieron el ejercicio a la reinterpretación de los cuadros de la colección Burbuja de jabón azul (1948-1950) de Joseph Cornell y Todavía y siempre (1942) de Yves Tanguy. Durante la gala de los PlayStation Talents de diciembre se creó una categoría especial para premiar el trabajo de Andrea Latorre e Irene Espejo, que se llevaron un galardón por su creación Monster.
Solo el tiempo dirá hasta dónde llegan las creaciones de la comunidad, y cómo los creadores alrededor del mundo abrazan la herramienta para llevar a cabo sus proyectos e ideas, no solo en el medio interactivo, sino también en el campo de los cortometrajes de animación, la escultura o la pintura. Pero lo que resulta innegable es que Media Molecule ha trabajado de manera incansable para ofrecer una plataforma cuyo propósito principal es ofrecer un vasto horizonte a la creatividad personal dentro de un caldo de cultivo comunitario, donde el intercambio de proyectos y el feedback positivo refuercen los sueños de los usuarios alrededor del mundo.