Hola, amigos.
Bienvenidos otra vez a Cuenta 140 en su versión narrativa. Podéis empezar a escribir sobre el bufé: Comida compuesta de una diversidad de alimentos fríos y calientes, dispuestos a la vez sobre una o varias mesas, y ofrecidos generalmente en hoteles y actos sociales.
Estuvieron a punto de ganar los siguientes poemas:
Ondine
Nuestros rostros tienen las facciones de un mismo nombre
que se desdibuja cada tarde
en un piélago de espejos sordomudos.
Esos rostros comunes que comparten nombre se van diluyendo con el tiempo y con la anochecida, van dando paso a una geografía en la que nos miramos al leer, pero no hablamos ni escuchamos. Paisaje desolador expuesto con brillo y fortaleza verbal.
ANA MARÍA
Regreso en círculos, con el sabor de una naranja amarga,
por las arterias
de una montaña azul.
El comienzo es concéntrico, en un poema que se va abismando dentro de sí mismo, pero sin renunciar a su lirismo sensorial, desde esa evocadora “naranja amarga”, antes de recorrer la vida como un cuerpo con su cima celeste y su sistema nervioso. Muy bueno.
Juanjo Maíllo
¿Pretendéis que ayudemos a la espuma homicida,
que empujemos al frío
que taladre sus vértebras de vidrio?
La pregunta inicial ya es un poema en sí mismo con fuerza sugerente y con sentido, antes de dar paso a unas imágenes aparentemente abstractas, pero muy evocadoras, antes de esa punzada inicial en el soporte del mundo. Versos de elegancia plástica.
Pero el ganador es
Juanvi
La mujer que vuela
poderosa agita los cipreses
que emergen sobre el agua.
El poema funciona como postal evocadora y sensorial que nos va rodeando y acogiendo, con esa misteriosa mujer volante y las copas que se alzan por encima del mar, nacidas de ese fondo que se nos presenta misterioso, pero también fértil. El poder es mover esas hojas marinas, la plenitud asistir a la sensualidad de una naturaleza que nos reconoce.