¡Buenos días!
Estuvieron a punto de ganar estos poemas:
Kimera
Prendo hogueras turbias
en tu playa con el mechón de fuego
caído del ocaso.
Imaginativo y original poema, con esas “hogueras turbias” encendiendo la luz inaugural de una “playa” que arde, con el crepúsculo tendido sobre la posibilidad de encontrar un nuevo comienzo. Versos muy plásticos y tensos, exactos en lo que dicen. Bueno.
Camila Lamas
A esta historia aplicaremos el cuchillo
deslizará derecho hacia la hendidura
del piano que congeló a las montañas.
El comienzo de entrar “a cuchillo” en “esta historia” es sólo un inicial punto de giro, una especie de impacto inicial que ya nos saca de lo que no conocemos, antes de que lleguemos a la poderosa, imaginativa y evocadora imagen final de ese “piano”. Bien.
Oroteanda
La mar alisa las suaves medias de seda
sin costuras en las tersas piernas
oscuras de las playas de arena negra.
Este poema ha estado en la ultimísima valoración. Me ha gustado mucho desde su aparentemente sencillo planteamiento: por su fluidez, por su plasticidad, por su elegancia en el trazo de las imágenes, por cómo nos va llevando en la lectura como si también fuera “de seda”, con ese potente e inquietante final “de arena negra”. Muy bueno.
Pero el ganador es
Rosario Campos
Espero el abrazo de las aves cansadas
que anidan de sombras mis espacios de luz
y me aprisionan entre zapatos de piedra.
Si bien el poema anterior era más un concepto que se iba desarrollando sobre sí mismo y con gran coherencia lírica interna, en el poema finalmente ganador, además de eso, tenemos una conciencia poderosa de cada verso, que acaba y nace en sí mismo, como ese “abrazo” inicial tan sugerente y ese segundo verso que es, en realidad, toda una declaración de vivir o una definición de la existencia, antes del final rotundo y rompedor, porque todos tenemos esos “zapatos de piedra” que nos pueden hundir.
Tema de la semana: “Cumpleaños feliz”. Cada uno lo vive como puede: con festejo o condena, como alegría y como vuelo de la celebración, que diría Claudio Rodríguez, o como oscuridad que se pasa de cierto refilón. Escribamos de esto en 3 versos y no más de 140 caracteres: sobre cumplir años, si nos mortifica o nos anima, y sobre aquellos a quienes extrañamos, los que ya no estarán y también los otros, casi recién llegados, pero ya imprescindibles y definitivos, que de pronto no están, esos locos bajitos que nos hacen soñar cada vez que nos llaman y reclaman tu nombre con la vela encendida.