Ilustración: Ulises

¿Qué libro tiene entre manos?

Doctor Uriel, de Sento Llobell.

¿Qué libro abandonó por imposible?

Varios.

¿Recuerda el primer libro que leyó en su vida?

Los tres mosqueteros.

¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?

Con Lorenzo Falcó. De hecho, me tomo un café con él cada mañana.

¿Cuáles son sus hábitos lectores? ¿Lee en papel o en digital, a qué horas del día suele hacerlo? ¿Suele releer?

Leo en papel, por las tardes o cuando viajo. Desde hace muchos años, releo más que leo.

Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

Las bibliotecas de mis abuelos. Crecí jugando y leyendo en ellas.

¿Cuál de sus libros le ha proporcionado más satisfacciones?

El Club Dumas. Disfruté mucho escribiéndolo, y además me dio lectores en medio centenar de países.

¿Fue su profesión de reportero tan esencial como parece para dedicarse después a su oficio de escritor?

Sí, unida a los libros que llevaba en la mochila y que me ayudaron a digerir lo que veía.

¿Esa mirada severa sobre la condición humana la adquirió entonces, o fue después cuando la compró para siempre?

Esa mirada me la traje de allí, y ahora escribo novelas con ella. Como dice uno de mis personajes, hay lugares de los que nunca se vuelve. O no del todo.

¿De qué libro le hubiera gustado ser autor?

De Historia de la Revolución francesa, de Michelet.

Hace unas semanas ha dado el salto a la literatura sonora con Bienvenido a la vida peligrosa, dirigida por Guillermo Arriaga. ¿Le está gustando la experiencia?

Ha sido una buena experiencia. Y trabajar con Guillermo la hizo doblemente buena.

¿No le tienta novelizar o al menos publicar el guión de Bienvenido... que ha comenzado a emitir Podium Podcast?

No. Cada cosa tiene su propio registro. Su territorio. Yo el narco ya lo novelé en La reina del Sur.

¿Para cuándo una novela sobre la corrupción en España?

Demasiado vulgar para una novela. Yo escribo para ser feliz mientras lo hago, no para sentir náuseas.

¿Cómo ha conquistado a tanto ‘hater' en las redes?

Con paciencia y salivilla.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Tengo una novela titulada El pintor de batallas. Y trata exactamente sobre eso.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

De Augusto Ferrer-Dalmau. Pero soy afortunado, porque ya la tengo.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

Cuando llevas treinta años escribiendo novelas y tienes tus lectores que te conocen y siguen, la crítica no cambia gran cosa. Pero siempre es agradable que hablen bien de tu trabajo.

¿Es usted de los que recela del cine español?

En absoluto. Sólo recelo de algunos españoles haciendo y viendo cine. Hay películas españolas muy dignas, igual que también hay una parte del público que lo es.

¿Cuál es la película que más veces ha visto?

La trilogía sobre la caballería norteamericana de John Ford. Como Javier Marías, me parece.

¿Qué música escucha en casa, o navegando?

No escucho música en casa ni navegando. Sólo cuando conduzco: tango y canciones italianas de los 50 y 60.

¿Una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país?

Un pacto educativo para toda España entre políticos decentes. O sea, que no.

¿Por qué libro o libros le parece que habría que inducir en los niños-jóvenes el hábito de la lectura?

No tengo ni idea. Lo que hice con mi hija fue llenarle su habitación de cuentos, tebeos y libros desde que nació. Ahora es historiadora, arqueóloga naval, y a ratos escribe teatro. O sea, que no fue mal del todo.