Ilustración: Luis Parejo

Presume de ‘coach' en Dramatic Resources pero es la dirección teatral su punto fuerte. Tamzin Townsend (Liverpool, 1969) vuelve a la cartelera con Héroes y La sesión final al tiempo que reniega del Brexit.

¿Qué libro tiene entre manos?

En estos momentos estoy muy enganchada a uno sobre el caso Lord Lucan, basado en la misteriosa desaparición del Conde de Lucan tras el asesinato de la niñera de sus hijos. Es uno de los grandes misterios de Inglaterra: ¿sigue vivo Lord Lucan?



¿Ha abandonado algún libro por imposible?

Pues sí. En mi faceta de coach intento leer muchos libros. Algunos me encantan y otros no me entran. Por ejemplo, los de autoayuda.



¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

Con Phyllida Lloyd, directora del musical y la película Mamma mía, a la que admiro mucho porque ella ha conseguido dirigir cine, musicales, clásicos, off... Me encantaría tener una carrera así. Creo que España es el país de las etiquetas y ella no las tiene.



¿Qué obra de teatro reciente la ha impresionado más?

El otro día estuve viendo Hotelo, dirigida por Félix Estaire en una sala off de Madrid. Me gustó mucho ver convertidos en gánsteres a sus personajes.



Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

Trabajar ahora como especialista en comunicación me ha cambiado mi forma de ver la vida. Tengo más paciencia, más escucha, más confianza en mí misma.



¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?

Sí, porque lo que emociona es lo que entra: en la sangre, en las venas o en el corazón. Todos somos piel.



¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

Me gusta mucho David Hockney. Viene del mismo pueblo de mi madre y tengo muchas cosas suyas en casa. También me gusta mucho Matisse.



¿Qué le llevó a los "héroes" de Gerald Sibleyras?

Los personajes. Las sensaciones de desamparo que tienen, su soledad, su valentía, su simplicidad. La leí y pensé: "este texto con buenos actores va a ser estupendo".



¿Lleva estos personajes al diván de Freud, como en su obra anterior?

No los llevo yo. Van ellos solos.



Divida su corazón: ¿A quién prefiere para hacer teatro, a Cervantes o a Shakespeare?

A Shakespeare. Adoro España, pero soy británica. Aunque me estoy sacando la nacionalidad española (risas).



¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

No. Ahora no la leo. Antes sí. Me he llevado tantos disgustos...



¿Es usted de las que recelan del cine español?

Aquí me hago la inglesa: muchas veces voy al cine para desconectar. Para hacerlo me gusta que sea en mi idioma. Veo todo el cine inglés. No es porque no me guste el cine español. Hay películas maravillosas. Una de las que más me ha influido ha sido Los santos inocentes.



¿Cómo ha recibido el Brexit?

Mal. Muy mal, muy indignada por las mentiras que se han dicho. Aún no puedo creer que haya ocurrido. La gente joven va a tener muchos problemas. Estoy muy enfadada con mi país, por eso me estoy sacando la nacionalidad española.



¿Por qué le gusta España? Denos sus razones.

Hay muchas: su naturaleza, el norte que contrasta con el sur... A veces es gris, otras azul. Me encanta la Barcelona de Gaudí y lo señorial de Madrid. Además, ahora es mi país. Me siento muy británica, pero también muy española.



Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de España.

La educación. El hecho de que en las universidades públicas no haya artes escénicas... ¿dónde están las artes escénicas? Cuando yo estudiaba la gente se pegaba para estudiarlas... Era una de las carreras más demandadas. ¿Por qué no están en la Complutense o en la Autónoma? Supongo que es porque la gente cree que no tienen futuro. Yo estudié Artes Escénicas y tengo tres trabajos: directora de teatro, coach como le decía, y profesora en la Universidad Europea.