Pepe Rivero
El pianista de jazz latino presenta en el festival Clazz una adaptación de Las cuatro estaciones de Vivaldi en los Teatros del Canal de Madrid.
A Pepe Rivero no le gusta tener a los maestros clásicos metidos en formol. A menudo los saca de la vitrina, juega con ellos, los actualiza. Lo ha hecho con Chopin, con Albéniz, con Wagner... Y ahora con Vivaldi. El músico cubano afincado en Madrid desde hace 20 años, abanderado del jazz latino en nuestro país,
se ha atrevido a versionar Las cuatro estaciones pasándolas no sólo por el filtro del jazz, sino de otros géneros como el tango, la bossa nova o la guaracha. "Es como si Vivaldi hubiera hecho un viaje por América", explica. La primavera la pasa en Cuba, el verano en Brasil, el otoño en Argentina y el invierno en Nueva York. El resultado pudo verse hace unos días en la edición mexicana del festival
Clazz Continental Latin Jazz. Este viernes Rivero lo presenta con en Madrid, la sede original del mismo festival, del que es fundador junto al productor y compositor Óscar Gómez. Será en los Teatros del Canal y estará acompañado por la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Pregunta.- ¿Qué hace Vivaldi de viaje por América?
Respuesta.- Mezclarse con la rumba, el danzón y la guaracha en Cuba y con la bossa nova y la samba en Brasil. Argentina la asocio al otoño y a la nostalgia y allí se mezcla con el tango. Y en invierno pasa por
Nueva York, donde nació el latin jazz cuando Dizzy Gillespie se juntó con Chano Pozo y crearon temas como
Manteca. En esta última estación fusiono a Vivaldi no solo con este género sino con otras ramas del jazz y con el swing.
P.- ¿Qué reglas ha seguido para adaptar
Las cuatro estaciones al jazz?
R.- Me dejé llevar por el propio Vivaldi, por el ritmo de sus melodías y establecí conexiones con otros géneros que encajan con ellas. Por ejemplo, en el Verano hay un primer movimiento que encajaba a la perfección con el baiao de Brasil. Lo consulté con el guitarrista brasileño Arturo Lledó y opinó lo mismo. Y con el resto sucede igual.
P.- ¿Cuánto de la autoría de estas Cuatro estaciones es suya?
R.- Mucho, en la obra hay partes orquestales que son originales, pero muchas que están arregladas por mí y otras que directamente son composiciones mías. También hay momentos para la improvisación por parte de los músicos que formamos el quinteto de jazz.
P.- El Clazz se abrió ayer jueves con
Carmen París y
Jorge Pardo, los dos últimos ganadores del Premio Nacional de Músicas Actuales. Ambos llevan en su ADN musical tanto el jazz como el flamenco. ¿Qué se le ha pegado del flamenco a usted en estos veinte años que lleva en España?
R.- Mucho, casi sin quererlo. He tenido la suerte de trabajar con ellos dos, con el Cigala y otros muchos músicos de aquí. En mi segundo disco, por ejemplo, tengo un tema muy flamenco con Gerardo Núñez a la guitarra.
Yo también lo llevo en el ADN porque mis abuelos por parte de madre y de padre son españoles.
P.- ¿Qué planes tiene para este verano?
R.- Estaré una semana en el Café Central con Eduardo Coma y su grupo de cuerdas Quinteto Cimarrón y el percusionista Yuvisney Aguilar con nuestro espectáculo
Esencia cubana,
prepararé el disco de Las cuatro estaciones y presentaré el
Verano en el Espacio Fundación Telefónica.
P.- ¿Cómo ve la apertura que está teniendo lugar en Cuba?
R.- Es muy positiva. Luego veremos si llega realmente a algún sitio. Yo como músico he notado la diferencia. Antes cuando iba a Estados Unidos me tenían una hora retenido en el aeropuerto porque
Cuba figuraba en el séptimo lugar en su lista de países terroristas. Me llevé una grata sorpresa la última vez que pasé por allí: ¡Pararon a los españoles y a mí no!
@FDQuijano