Toni Cantó
El actor y político estrena Debate en los Teatros del Canal, su primer texto como dramaturgo, en la que traza los acuerdos que llevan a cabo dos políticos antes de un debate televisivo.
Pregunta.- En la obra da a entender que todo que todo es tod puro teatro. ¿Es así?
Respuesta.- Hay mucha negociación en temas meramente estéticos y hay temas que se pactan. Y tengo la seguridad de que en los grandes temas los partidos viejos han estado de acuerdo siempre y en los debates se han puesto a agitar otros asuntos para marcar algunas diferencias que no son tan grandes. Porque a la hora de repartirse la justicia o de no eliminar los aforamientos, los indultos, no pelear decididamente contra la corrupción los dos siempre han estado de acuerdo.
P.- ¿Cuántas experiencias en primera persona ha depositado en el texto?
R.- Me he informado con políticos que han estado en esas negociaciones, con periodistas y profesionales de la televisión. Estamos en un momento curioso porque nunca me imaginé que estrenaría esta obra en precampaña. Y, curiosamente, estamos en precampaña en parte debido a un debate entre Rajoy y Sánchez que precisamente por no ponerse a hablar del fondo se descalificaron el uno al otro y eso ha tenido consecuencias. Hay heridas sin cicatrizar que les han impedido sentarse a hablar sobre lo que todo el mundo les está pidiendo y que es imprescindible y tendrá que pasar en un futuro, que es sentarse a dialogar y pactar. Un personaje de la obra dice "esto es política, todo es personal" y por desgracia en política se pone muchas veces por encima lo personal y partidista por encima de lo que necesita el país, que es una visión de Estado.
P.- Se trata de una pieza en la que los números dos del partido azul y rojo se enfrentan en un debate que va a ser televisado. ¿Están estos personajes inspirados en alguien en concreto o son pinceladas de unos y otros?
R.- Son pinceladas de unos y otros y pueden ser intercambiables. Cualquiera de los dos podría estar en cualquiera de los partidos grandes. Son dos tipos muy distintos; uno mucho más frío y otro más emocional pero son dos tahúres que de repente están de acuerdo en cosas y al minuto siguiente pueden estar clavándose un cuchillo en la espalda.
P.- ¿Tiene algo de eso que vimos en la tele hace unos meses?
R.- Sí, en Debate estoy radiografiando una realidad que por desgracia lleva sucediendo en este país durante mucho tiempo. No hemos tenido un debate en condiciones, el único que se hizo real fue el de a cuatro pero no lo fue porque Rajoy no se presentó y lo devaluó. El cara a cara entre ambos tampoco era real porque no había dos partidos, como poco, que debieran haber estado. Sin embargo en los países de nuestro entorno es habitual que debatan todos los partidos y sin ninguna regla. Me parece importante poner el acento en cómo los partidos han utilizado a los medios públicos. El ejemplo más brutal es Cataluña con el ejemplo de TV3 y de la publicidad en los medios para influir incluso en la línea editorial. Pero incluso en las teles de nuestro país ha pasado, los partidos de oposición se quejaban del uso que se hacía pero al llegar al poder practicaban la misma política. Lo que pretendo es que el espectador pueda mirar por esa puntita del iceberg para saber lo que pasa por debajo.
P.- El teatro siempre es un lugar de entretenimiento pero puede ayudar a formar una idea o a que nos preguntemos y planteemos cuestiones. ¿Cuál es el papel del teatro político, en este caso?
R.- El arte y la cultura también sirven para ofrecer una mirada crítica de la realidad y para a través de una ficción colocar de una manera más efectiva al espectador frente a la realidad. La función del teatro político es el mismo que el de todo teatro; poner, como decía Shakespeare en Hamlet, un espejo en el que podamos reflejarnos, vernos a nosotros mismos, observar la sociedad y llevar a cabo conclusiones.
P.- ¿Ha entrevistado a diferentes protagonistas del panorama para escribir este texto?
R.- Empecé a escribir esta función hace casi dos años y ha sido una labora tranquila y lenta, de ir encontrándome con la gente, de ir preguntando, cotilleando, sonsacando e informándome para ir viendo muchos debates que se han llevado a cabo en este país. Ha sido una labor divertida. Es la primera vez que estreno un texto mío y me da mucha responsabilidad y mucha ilusión. Además estamos en un momento en el que, a pesar de que hay mucho hartazgo, también hay mucho interés, porque hace unos años nos llegan a decir que iba a haber tertulias políticas en horario de prime time y nadie lo hubiera creído. La única cosa buena de la crisis es que nos removió a todos y nos hizo darnos cuenta de la importancia que tiene la política en nuestras vidas. No hay que desacreditar la política sino a la forma en la que se ha hecho en nuestro país. Eso es lo que la gente quiere que cambie.
P.- Desde el punto de vista de un actor, ¿cómo ve el dominio lingüístico de los políticos actuales? ¿Ha habido un descenso de tales dominios?
R.- Creo que hay de todo. Siempre digo que a través de la ficción se busca la verdad, en la política no. Por desgracia me he encontrado con cómo se han dedicado a enmascarar la realidad para ocultarla. Son dos cosas muy distintas, pero hay gente con muy buena capacidad comunicativa y otras que no.
P.- La gente de la cultura se queja, u os quejáis, en muchas ocasiones de la falta de compromiso del Gobierno con la cultura. ¿Cómo debería cambiar esto?
R.- En esta legislatura tuve el honor de ser nombrado, de manera efímera, presidente de la comisión de cultura e intenté acercar la cultura al congreso. Intervine y creé un acto cultural en homenaje al Quijote en el hemiciclo de los diputados que creo que fue exitazo. Marisa Paredes, Mota, Pou... la gente tomó por un día el hemiciclo. Pero también me dediqué a hacer comparecencias para explicarles cómo está la cultura porque hay un gran desconocimiento y, por desgracia, la mayoría de las veces que el poder se ha acercado a la cultura ha sido para instrumentalizarla y ganar votos, no para favorecerla. Por ahora los dos modelos que se nos han vendido, tanto del PSOE como del PP, se han mostrado ineficaces, no hay apoyo, ni ayuda a crear un tejido industrial. Además, nos han hecho olvidar que el 99% de la cultura no es esa gente que gana mucho dinero, es otra cosa que le da valor añadido a nuestro país, al turismo, que es una necesidad constitucional de ser más libres, de conocernos mejor y que da trabajo a muchas familias.
P.- ¿Cuál es la medida más urgente que Ciudadanos adoptaría de ser escogidos para gobernar en términos culturales?
R.- Hay muchas pero me detendría en algo que nunca se ha hecho en este país y que ya se lo dije en su día al ministro Wert. Me hablaba de cómo en otros países se ve mucho más teatro y esto no tiene que ver con que en nuestro país tenga menos calidad, porque no es así, sino porque los ciudadanos no lo practican. Uno de los retos fundamentales es promover las enseñanzas artísticas y que se lleven a cabo por profesionales del medio. Al empezar a practicarlo se entiende mucho mejor su complejidad y al saborearlo la gente empieza a acudir más.
@scamarzana