Vicky Uslé

La artista inaugura Observatorio en Travesía Cuatro, una exposición de obras de gran tamaño

El mundo del arte para los artistas jóvenes es un territorio hostil en el que las exigencias y la competitividad están siempre presentes. No obstante, siempre hay hueco para quienes que apuestan por ello como modo de vida. Es el caso de Vicky Uslé (Cantabria, 1982) que aterriza de nuevo en Madrid con la inauguración de su última exposición en Travesía cuatro: Observatorio. Se trata de piezas de un gran tamaño desde las que intenta observar el mundo. Deja a un lado, por un momento, el papel y la cartulina para adentrase en el canvas. Un desarrollo natural que ha venido inspirado por su propia evolución personal.



Pregunta.- Inaugura Observatorio en Travesía Cuatro. ¿Qué podemos ver en esta exposición?

Respuesta.- Estoy siguiendo la conversación que he tenido estos últimos años sobre la pintura. La veo como algo que se mueve, que está en evolución y creo que quizás esta nueva obra ha ido madurando a través de todo lo que he estado experimentando y descubriendo en el estudio en los momentos de reflexión y meditación. Para mí la pintura tiene que ver con el silencio y la asocio a la meditación porque lleva mucho tiempo y requiere de miradas, de pausas, etc. Tiene mucho que ver con el título porque cuando estoy dentro de ese espacio siento que estoy dentro un lugar donde puedo observar y todo se va dejando ver. Estos nuevos cuadros se han hecho evolucionar los unos a los otros. Me muevo de uno a otro y se van hablando entre ellos aunque no se parezcan en nada.



P.- ¿Cuál es el hilo conductor de su obra?

R.- Hablo sobre la arquitectura, sobre cómo podemos moldear los espacios como universos y fantasías porque es imprescindible tener fantasías. Los collages preceden a los cuadros y son como el origen y germen de los mismos pero no funcionan como boceto. Hablo de pintura en su plasticidad, como se hablan estos dos diálogos en los que uso mucho gesto y pinceladas repetitivas. Es un lenguaje que empieza a aparecer ahora y es una especie de pintura más opaca, fría y distante. Son una pincelada más orgánica de líneas geométricas y opacas que conversan muy bien entre ellas.



P.- ¿Qué técnica ha seguido para configurar estas nuevas piezas?

R.- Trabajo en óleo y acrílico y creo que mezclando ambas pueden pasar cosas interesantes. Cuando vi cómo funcionaban los dos lenguajes en ese momento de roce, de unión, cuando se encuentran estas dos formas de aplicar la pintura y la pincelada con esta otra vertiente más fría, se crea una ventana que ayuda a meterte en otra dimensión. Por eso hay tantas capas y juego con los espacios. Justo en el momento de encuentro ocurre algo interesante que es lo que no se ve, lo sientes pero no se ve. Te invita a entrar y te puedes perder dentro de ellos de una manera nada agresiva. Te puedes perder dentro de los cuadros yendo en la dirección que quieras aunque haya algunas pinceladas similares.



P.- Su trabajo se caracteriza por el uso del papel y la cartulina. ¿Ha sido siempre así o ha ido experimentando con diversas técnicas y materiales hasta llegar a este lenguaje propio?

R.- El papel es una forma de desconectar, de hablar de las cosas que intento desarrollar y tomar distancia. Ahora, al acercarme a estos formatos más grandes de 2 x 1.5 cambia la visión y perspectiva. Lo hice adrede para buscar lo que buscaba en el papel, que es mi base y lo puedo llevar a todas partes. Se trata de mi forma de mantener una forma de diario que te ayuda a moverte y viajar con ello. En estas pinturas tan grandes me pierdo, no veo donde se acaba el panel y es bastidor. Esto ha desatado algo que llevaba dentro pero que no sabía que podía aplicar al canvas, no hay control y te dejas llevar por lo que tienes dentro, las emociones y el movimiento. El movimiento es de la propia evolución. Somos organismos vivos y era algo natural que necesitaba salir y desarrollar.



P.- Ha habido, por tanto, una evolución del arte al tiempo que se desarrollaba como persona

R.- La pintura siempre ha estado ahí pero llevaba dos años sin pintar en panel o en canvas porque siempre te lanzas más a un medio en el que te sientes cómodo. Los cambios llegan y salen cosas que tenías dentro. El arte es un proceso evolutivo como el nuestro. Maduro a la vez que mi arte.



Vicky Uslé: Observatorio uno (la engaña).

P.- Viene de una familia de artistas. ¿Hasta qué punto ha influido o influye el trabajo de Juan Uslé y Victoria Civera en su modo de entender el arte?

R.- La verdad es que arte y artistas me han ayudado a aprender el arte como un proceso natural y vital. Pero las conversaciones que he podido escuchar entre ellos y sus amigos artistas, al ser habituales en casa, se convirtieron en hábito y necesidad y tengo una atracción esencial al silencio. Escuchaba lo que pasaba dentro de esas paredes donde estaban trabajando y me marcó mucho. Otros compañeros hijos de artistas han tomado otras rutas pero para mí fue algo natural. Haber tenido esos colores alrededor, no solo la pintura sino también la literatura, la música o el cine hace que crezcas con ello y te va configurando como persona. No la elegí, salió de manera natural. Me gusta el silencio porque te invita el pensamiento, como una fuente de nutrición.



P.- Pronto se va a celebrar una nueva edición de Arco. ¿Cuáles son sus objetivos y metas como artista?

R.- Yo creo que el arte para mí es algo vital. No pienso en ferias, convivo con ello y espero que sea algo en lo que voy a trabajar toda la vida. Las ferias están cambiando y nos ayudan a vernos de otra manera pero también tiene su lado negativo. De todos modos, creo que ahora mismo están en un momento positivo.



P.- ¿Hasta qué punto es difícil para un artista joven y emergente el mercado del arte?

R.- Muy difícil. Yo tengo mucho que aprender y poco que recomendar pero supongo que lo más importante es escuchar y perseguir nuestros deseos. Ser tozudos y humildes sin pensar mucho en lo que se ponga en nuestros caminos. Es muy duro porque hay mucha competitividad pero estoy viendo ahora que hay un movimiento de solidaridad entre los artistas. Tenemos más formas de comunicarnos, de movernos y hablarnos aunque no sea in situ. Creo que eso es muy importante.