Cristina Morató

La escritora ha publicado Reinas malditas, un libro en el que retrata de manera humana a seis reinas desdichadas por la infelicidad

Hoy en día podemos ver a las reinas y princesas europeas desapegadas de sus maridos. No resulta extraño conocer sus actividades ajenas a la agenda. Son de carne y hueso. Es sabido que a la Princesa Letizia, próxima heredera del trono español, le gusta la música indie. Esto supone un avance en la mirada del pueblo que antes veía a sus reinas como un mero objeto para concebir varón y continuar con la dinastía. Muchas reinas enfermaron debido a la presión del trono porque, algunas de ellas, fueron reinas en contra de su voluntad. ¿Qué hubiera pasado si Franciso José se hubiera casado con Nené, la hermana mayor de Sissi, quien realmente había sido educada para el trono? O, ¿si María Antonieta no hubiera sido colgada por traición a una edad tan temprana? Así, hasta cuatro más: Alejandra Romanov, Eugenia de Montijo, Victoria de Inglaterra y Cristina de Suecia. Seis reinas a las que retrata Cristina Morató en su libro Reinas malditas (Plaza&Janés).



Pregunta.- ¿Cómo surge la idea de este libro?

Respuesta.- He elegido unas soberanas que fueron muy calumniadas por la Historia. Eran reinas famosas, poderosas y que han dejado una huella profunda. De ahí mi elección y de ahí el título del libro, porque fueron calumniadas y maltratadas por la Historia y golpeadas por las tragedias personales. A Eugenia de Montijo, por ejemplo, se le sigue tildando de inmoral, de frívola, de estéril porque tardó en quedarse embarazada, se le considera la culpable de la caída de Imperio Francés. A María Antonieta, por otro lado, se le achaca el contribuir a la caída de la Monarquía y a Alejandra Romanov de desalmada, la persona que puso fin a la dinastía Romanov. He intentado no juzgar y las he elegido porque eran personajes potentes para descubrir sus luces y sombras.



P.- De todas ellas, ¿cuál le ha sorprendido o más le ha llamado la atención?

R.- Cristina de Suecia. Una de las reinas más antiguas del libro, hablamos del siglo XVII pero, a la vez, de una de las mujeres más destacadas de la época. Era admirada en las cortes europeas aunque era poco agraciada, poco aseada, blasfemaba, escupía y fue educada como un varón por su padre. Lo que es magnífico es que fue una mujer muy admirada por su ilustración y cultura, era excéntrica y causó un gran escándalo porque decidió darse el lujo de ser libre. Lo hizo a lo grande, decidió abdicar para ser libre, no quería contraer matrimonio, quería romper las ataduras del cargo y se convierte al catolicismo siendo la hija del paladín del protestantismo. Contaba en el siglo XVII con una biblioteca muy valiosa, fue mecenas de artistas, se rodeaba de intelectuales como Descartes y convirtió Suecia en una especie de Atenas, una capital muy brillante.



P.- El hecho de no querer contraer matrimonio y abdicar se achacó a una presunta homosexualidad, término que entonces aún no se conocía como tal.

R.- Sí, con sus juegos y prácticas sexuales, su 'vive la vida' se cuestionó su lesbianismo y en el exilio llevó a cabo la vida que quería. Se instala en Roma, dilapida dinero, vive a su manera y el amor como ella lo entendía. Su gran amor fue su dama de compañía aunque no le disgustaban los hombres apuestos y jóvenes tampoco.



P.- ¿Cuánto tiempo le ha llevado terminar el libro?

R.- Han sido casi dos años y medio. En este caso la investigación ha sido ardua. Es un libro que habla sobre seis mujeres muy biografiadas y he querido presentar aspectos más desconocidos intentando humanizar sus personas. Yendo más allá de la imagen que nos han dado de Sissi y María Antonieta en las películas, que han reflejado con poca veracidad su espíritu. Sissi se representa mediante Rommy Schneider, y se le muestra ñoña, dócil, manipulable, una imagen muy romántica y es un personaje mucho más complejo y con un espíritu atormentado más atractivo. Para no caer en los clichés he recurrido a las fuentes más fidedignas como los diarios personales de las soberanas, hay diarios que se conservan porque Victoria, por ejemplo, escribió uno durante décadas. incluso el día anterior a su muerte. Habla de su vida, sus sentimientos. También he utilizado las cartas familiares de Romanov a su marido, que son una fuente maravillosa. Y las memorias que publicaron sus damas de compañía. No son tan objetivas pero son, de alguna manera, una fuente bastante rigurosa para poder recrear como era el día a día de las soberanas en la corte.



P.- Se cuenta en el libro que todas ellas padecían algún tipo de trastorno. Tras haberlas analizado a fondo, ¿a qué cree que se debe?

R.- En realidad muchas de ellas enfermaron de nostalgia, de melancolía porque tienen en común la soledad, el desarraigo, nostalgia, la falta de amor o el sufrimiento por no poder dar un heredero. Hay pérdida de hijos, fracasos matrimoniales porque eran alianzas políticas que no tenían nada que ver con el amor. Si le sumamos, sobre en todo Sissi y María Antonieta que eran unas niñas cuando llegaban a la corte extranjera, no eran bien recibidas, se les apartaba de su familia y país. Junto a que en aquella época lo que se esperaba de una Reina es que fuera una anegada esposa y dieran heredero, las que no pudieron tuvieron muchas presiones. En el libro se habla de neurastenias, de depresión y de enfermedad que va unido porque fueron princesas en contra de su voluntad salvo en el caso de Victoria de Inglaterra, la todopoderosa. En el resto fueron en contra de su voluntad. Sissi era una niña sana y feliz cuando era una princesa bávara, una niña normal. Llega a la corte y enferma. Tenemos que tener en cuenta que era la corte más pomposa, pero mal cuidada y enferma de anorexia y depresión.



P.- ¿Podría definir a cada una de ellas en una sola palabra?

R.- Alejandra Romanov, fanática religiosa, María Antonieta, inexperiencia y grandeza, Cristina de Suecia, rebelde con causa, Isabel de Baviera (Sissi), espíritu atormentado, Eugenia de Montijo, emperatriz a su pesar y Victoria de Inglaterra, el gran mito, una vida de leyenda.



P.- Diana de Gales no llegó a ser reina pero en caso de haberlo sido, ¿cree que hubiera sido una de las reinas malditas más populares?

R.- Sí, sin duda alguna. Hoy en día se cuestiona el papel de reinas y princesas. Letizia va ser reina y se han encendido las redes sociales y se percibe que mucha gente no la quiere y lo mal que hablan de ella. Hay rumores, acusaciones, etc. Se cuestiona porque los tiempos han cambiado en las casas reales europeas. Ya no se espera que sean objetos decorativos. Pocas están ya dispuestas a limitarse a ser consorte, quieren su espacio y no es comparable a las cortes imperiales del libro, que vivían recluidas, ociosas y sin cargo. Estaban de espaldas al pueblo. Lady Di lo hubiera sido, solo hay que ver en lo que ella misma se convirtió.



P.- ¿Alguna más actual?

R.- Hoy en día el ejemplo es la princesa Masako, casada con el príncipe heredero de Japón, una chica de una familia normal que había crecido en un ambiente liberal, con estudios y el príncipe la elige para ser su esposa. No puede decir que no y ahí la tenemos, una princesa consumida por los rigores milenarios de la casa Imperial nipona y una princesa enferma porque no ha podido concebir el hijo varón para la sucesión dinástica. Esta mujer ha entrado en depresión crónica, abatimiento y se le ve poco en la vida pública. Vive confinada, se le controlan las llamadas familiares, no puede salir del país sin el consentimiento del marido, etc. La corte imperial nipona es comparable a la corte vienesa de la época. Y diría que Grace Kelly también tuvo una vida de maldita por la infelicidad conyugal.



P.- ¿Cuál es el objetivo de estos libros que siempre hablan sobre mujeres?

R.- Lo que quiero es dar voz a las mujeres que han sido olvidadas y maltratadas por la Historia. Ya pueden ser reinas, exploradoras, aventureras. Y lo hago desde una mirada femenina.



Ver otros Buenos Días