Lola Herrera en la presentación de sus memorias, Me quedo con lo mejor (La Esfera de los Libros). Foto: El Mundo
La Esfera de los Libros publica 'Me quedo con lo mejor', las memorias "a ráfagas" de una de las veteranas de nuestro teatro
Pregunta.- ¿Por qué unas memorias?
Respuesta.- Nunca se me había ocurrido a mí directamente. Me lo han propuesto muchas veces en los últimos años y siempre he pesando que no tenía nada especial que contar. Yo no sé escribir libros, pero me animaron y me dijeron que me ayudarían. Al final accedí, pero decidí escribir mi propio libro, expresarme con mis palabras y ser yo misma.
P.- ¿Ha salido airosa?
R.- Creo que sí, empecé por el principio, ha sido un recorrido muy emocionante y muy tierno y me ha resultado bastante grato. No tuve la pretensión de que estuviera bien sino de que fuera sincero. Y, por otra parte, tengo 78 años y leo cosas en internet en las que no me reconozco, que no he dicho. Si alguien tiene curiosidad por saber quién soy puede acudir al libro.
P.- Leyendo su autobiografía se aprecia la trayectoria de una mujer que nunca se detuvo. ¿Le gusta el trajín o se terció así?
R.- Se ha terciado así. Nunca me fijo metas, he tenido muchas dudas pero siempre he caminado, no me he parado. Lo que he hecho que no me gustaba lo hice porque sabía que era eventual, que era una cosa transitoria y que la tenía que hacer muy bien. El trasiego no ha sido por voluntad sino por el compromiso. He tenido la suerte de hacer funciones que han estado mucho tiempo en cartel. Una tiene que responder a los compromisos, sobre todo al del teatro, que exige salir de tu ciudad, porque a mí siempre me ha gustado llevarlo a domicilio.
P.- Pero no le ha quedado un medio por tocar. Su nombre está asociado a uno de los hitos de la televisión en España, como Estudio 1.
R.- Es verdad, la televisión fue un aprendizaje muy grande en su día y sigue siéndolo, además de la popularidad que te da. Si dejas de salir en televisión enseguida creen que te has muerto. Pero, vamos, sí, mi pasión sigue siendo el teatro. Cuanto más lo conozco, más lo quiero.
P.- Y ahora necesita que lo mimen mucho...
R.- La profesión está sana y con gente buena. Sin embargo, ese 21 por ciento del IVA nos ha pegado un cacharrazo gordísimo, y espero que el Ministro de Hacienda se dé cuenta de que no somos una farándula sin sentido. Un país sin teatro es un país si alma, por lo tanto tienen que reparar y establecer un nuevo orden de prioridades.
P.- ¿Se habría visto haciendo otra cosa?
R.- Cuando era jovencita las mujeres trabajaban muy poco. Yo tenía un espejo en casa. Mi madre era ama de casa y mi padre trabajaba, así que al principio pensé que me uniría a alguien tan maravilloso como mi padre y que tendría una vida normal, pero aparecieron las inquietudes y no me conformé con lo establecido. Estoy contenta con los resultados. Indudablemente me habría gustado también tener un hombre a mi lado que me ayudara, porque creo en la pareja a partir de lo que he visto en mi familia, pero no he tenido suerte nunca. Todo no se puede tener en la vida.
P.- Titula el libro Me quedo con lo mejor. ¿Qué fue lo mejor de lo mejor en lo profesional?
R.- Todo forma parte de todo, no hay hechos aislados. Cuando recibes un espaldarazo es porque has trabajado mucho antes, detrás de la suerte siempre hay un trabajo de años. Es verdad fui afortunada desde el principio, y doy gracias a poder conocer la profesión tal como era entonces. Empecé dando pasos cortos y firmes y no he tenido prisa. A la mitad de mi vida llegó Cinco horas con Mario, y fue un espaldarazo enorme, pero detrás de eso había 20 años de trabajo. Insisto, todo forma parte de todo, para tener un éxito así hice muchas cosas antes.
P.- ¿Piensa seguir aferrada al trajín?
R.- Claro que sí, hasta donde llegue, lo que sea que me pille andando, en buen estado. Mientras esté bien, estaré aquí; y cuando no, pues adiós muy buenas. Pero no puedo parar, es una inercia inevitable, aunque no tenga la energía de hace diez años.