Cristina Fernández Cubas es Fernanda Kubbs. Foto: Jordi Soteras.
La escritora publica 'La puerta entreabierta', una novela fantástica con la que inicia una nueva línea literaria.
Pregunta.- ¿Por qué ha decidido usar un seudónimo a estas alturas? ¿Cómo se desdoblan literariamente Cristina Fernández Cubas y Fernanda Kubbs?
Respuesta.- Para no despistar a los lectores ni a mí misma. Con La puerta entreabierta inicio una línea que se parece a mi mundo habitual, pero más desenfadada.
P.- He oído que con este libro piensa iniciar una saga.
R.- Sí, pero ahora mi proyecto inmediato es trabajar en unos cuentos que tengo en la cabeza, firmados con mi verdadero nombre. Ya sé algo de la segunda parte, pero no te lo voy a decir... Sé cuáles serán los escenarios y qué personajes de esta novela repetirán en la siguiente.
P.- ¿Cuánto tiempo lleva pensando en la idea del seudónimo y esta "nueva línea" literaria que inaugura?
R.- Todo empezó hace unos tres años. Estaba en un momento especial en el que me sentía algo deprimida y las aventuras de Isa [la protagonista] me devolvieron el placer de la escritura. Me di cuenta enseguida de que me tenía que llamar de otra manera porque mi actitud era distinta. Hasta ahora en mi obra ha habido un equilibrio entre lo conocido y lo desconocido, lo irreal y lo irreal. Pero en esta novela atravieso esa puerta alegremente para adentrarme en ese mundo paralelo.
P.- ¿De dónde se nutre su imaginación?
R.- No lo sé, pero en este libro he rescatado lo que me fascinaba en la infancia, las historias de leyendas, los juegos de corros, los embrujos, los juegos de palabras...
P.- ¿Cree en lo esotérico?
R.- A lo desconocido no le niego carta de existencia, pero tampoco soy una crédula. Hay misterios que yo no he sabido explicar. La literatura es una forma maravillosa de sumergirse en ese mundo de lo oculto.
P.- En su libro hay relatos insertados dentro de la historia principal en clara referencia a obras como Las mil y una noches y el Manuscrito encontrado en Zaragoza.
R.- Sí, aparecen personajes excéntricos a los que les encanta hablar y contar historias. Algunas son verídicas, como la del tormento romano reservado para los parricidas, que consistía en tirarlos al río dentro de un saco junto a un mono, un perro, un gallo y una serpiente. A veces a la realidad le da por ponerse así de inventiva (y perversa). La vida es una excelente guionista.
P.- Usted era cuñada de Eugenio Trías, que desgraciadamente nos ha dejado hace unos días. ¿Cómo lo recordará el mundo y cómo lo hará usted?
R.- El mundo lo recordará como un gran filósofo, un gran hombre y un gran amigo. Para mí, además de mi cuñado era mi amigo. Mi marido, él y yo viajamos a América en barco y fue una experiencia inolvidable, no discutimos ni una sola vez. Era un conversador nato, un hombre que abría frentes continuamente. Realmente voy a sentir muchísimo esta pérdida, al igual que toda su familia.