Hoy empieza el Tanned Tin en Castellón y yo no estoy allí y la verdad es que no sé si alegrarme o lamentarme. Creo que mi corazón y mi cabeza sienten y piensan en los dos sentidos al mismo tiempo.
El Tanned Tin es más que un festival. Para quienes no lo conozcan, se puede pensar en una especie de fiesta de graduación donde se presentan los avances, las intuiciones, los experimentos más interesantes de los últimos meses en el mundo de la música independiente, sobre todo anglosajona y española. Una palestra para los más inquietos y raretes de la clase, tanto los que están apuntando nuevas músicas como los que trabajan sobre los sonidos ya conocidos de forma diferente y personal. Generalmente, además, se invita a alguno de los viejos alumnos precursores de caminos propios, incluso los que una vez presentaron allí sus primeras proezas e intentos y están ya en empresas de mayores.
Decir que es una apuesta por lo puramente musical está en este caso más que justificado. Una de las cosas que ha convertido al Tanned Tin en un festival de referencia mundial pese a su pequeño aforo (y a los enjutos cachés que paga a los músicos) es que el criterio con que se selecciona a las bandas valora lo puramente artístico. Pese a que quién lo organiza desde 1999 es esencialmente un sello discográfico, poco tiene que ver con la promoción de su cuadra y sus intereses. La influencia de los grandes agentes europeos y sus paquetes en promoción tampoco llegan hasta él. En el Tanned toca la inmensa mayoría de las veces (que alguna excepción seguramente habrá) quién quiere su creador, Jesús Llorente, quién apenas se plantea otra cosa que el festival que a él le gustaría ver, en la medida de lo posible, claro. Vamos que se puede decir que es un festival particular, en varios sentidos de la palabra, y un festival de autor, en sentido estricto.
Y dirán, pero eso es un riesgo. Y sí, por supuesto. Como lo es la cocina de autor, por ejemplo. Ha habido días de Tanned Tin un tanto difíciles de digerir por su reunión de novedades, de sonidos áridos, su falta de cambio de ritmo, su insistencia en conducirnos por las carreteras secundarias de la música pop. Pero aún en esos casos, a cada poco se vislumbraban señales de neón hacia paraísos artificiales o escondidas minas de oro. Además, junto a esas noches ha habido otras mágicas de descubrimiento anonadado, de estas que todos saben perfectamente que los grupos que están sobre el escenario van a ser una pequeña revolución en pocos meses. El monstruo de Llorente ha mostrado en sus garras (en muchas ocasiones cuando apenas nadie los conocía en España) a Deerhunter, Okkervil River, Final Fantasy, Beach House, The Decemberists, Xiu Xiu, Animal Collective, CocoRosie (con Antony al piano), M. Ward, Sodastream, Wolf Eyes, Wildbirds & Peacedrums, Deer Tick, Agent Ribbons, Cheval Sombre, Six Organs Of Admittance, Programme, Dolorean, Hood, His Name Is Alive, The Wave Pictures, Castanets, Hella, Herman Düne, Cass McCombs… ¿Sí, no?
En esta edición, de entre los 36 nombres el capo Llorente ha declarado su apuesta por: Papercuts, The Black Swans, Fair Ohs, Patterns y Zun Zun Egui. Casi todos tienen buena pinta. No me la juego contra él.
Todo ello en un entorno a escala humana perfecto para la música. Unas 600 personas sentadas en cómodas butacas de un teatro de sonido inmejorable componen una audiencia cómplice, respetuosa, exploradora y muy crítica si algo no le gusta también. Es otra clase de festival, coherente con el término independiente. Un lujo para aventureros musicales. Probablemente eso explique el grado de fidelidad de su público y la facilidad para atraer a las bandas y deje claro por qué digo que me aflige y me consume, me desespera y hasta me mata, no asistir este año.
El por qué me alegra no ir no es tan fácil de explicar. Tiene que ver con el vértigo que siempre se viene conmigo de vuelta a casa debido a la cantidad de ideas nuevas, de formas de sonido, de personalidades musicales, de instrumentos, combinaciones y cacharros incluso, que uno puede llegar a conocer en esos tres días. Una locura. Me parece peligroso lo que provoca su estímulo en las ganas obsesivas y compulsivas de hacer música y que sea una nunca antes puesta a sonar. Casi todos los músicos que conozco y pasan por el Tanned sienten al acabarse éste un absceso musical creciendo en su cerebro, un impulso creativo una inspiración tal que no deja vivir, que es una tortura y… Bah, a quién quiero engañar.
Jueves, 2 de febrero
19:30 Greg Trooper
20:15 Nacho Vegas
21:05 Lætitia Sadier
22:00 Tim Hecker
23:10 Standstill play "Rooom"
pendiente horario Amor de Días
01:10 Austin TV
02:05 Triángulo de Amor Bizarro
Viernes, 3 de febrero
19:45 Dead Western
20:30 Nat Baldwin
21:20 Papercuts
22:25 The History of Apple Pie
23:20 MAIN
pendiente horario Oh! Pears
00:25 Like a Stuntman
01:20 Zun Zun Egui
02:20 Za!
Sábado, 4 de febrero
12:30 Azure Blue
13:05 Mursego
13:40 The Black Swans
14:20 The Marzipan Man
19:30 Pete Dale
20:10 Elle Belga
20:55 Fair Ohs
21:45 The 99 Call
22:40 Patterns
23:35 The Orchids
00:40 The Hidden Cameras
01:45 Matt Elliott
02:45 Kites
Domingo, 5 de febrero
12:30 Algodón Egipcio
13:05 Phoebe Kreutz
13:40 Toby Goodshank
14:20 Norman Palm