Esta colección de cuentos a cargo del autor Toño Benavides supone una combinación afortunada de surrealismo y expresionismo. Las grandes viñetas actúan como cuadros donde la acción se detiene por un instante para que el lector se recree en la propuesta visual y aproveche para integrar el texto, colocado siempre a pie de página. La temática resulta variopinta (amor, traición, asesinatos...), entremezclando ensoñación con crudeza para provocar la reflexión. Son cuentos cortos, algunos de un par de páginas, que zarandean y estimulan. De esos que dejan un rato pensando mientras le buscamos un final plausible a lo que acabamos de leer. En lo narrativo, la referencia a Frank Kafka es inevitable: historias angustiosas, personajes condenados. En la gráfico, un dibujo sinuoso y sombras enigmáticas que recuerdan a Edward Gorey o Lorenzo Mattotti.
Con regusto a relato ilustrado, quizá el formato sea inhabitual para el cómic más actual, pero no por ello es menos eficaz. Una propuesta realizada en blanco y negro donde surge la pregunta ¿por qué el autor no ha utilizado siquiera un golpe de color? Si tiene ocasión, conviene echarle un vistazo. No se olvida fácilmente.