Jesús Ordovás. Foto: El Mundo
El periodista musical y escritor presenta hoy en Madrid su libro 'Los discos esenciales del pop español' (Lunwerg)
PREGUNTA.- ¿Cómo ha logrado reducir la historia del pop español en un centenar de discos? ¿Cuál ha sido el criterio de selección?
RESPUESTA.- Durante todos esos años de historia del pop he trabajado en prensa, radio y televisión y gracias a ello he conocido a todos los grupos y artistas que ha habido en España. Los he entrevistado y los he apoyado desde mis programas. El criterio ha sido profesional, pero también de gustos propios, aunque siempre intentando ser objetivo. Por ejemplo, hay artistas, grupos y portadas que no son mis favoritos pero que no podía obviar, como es el caso de Rafael, Julio Iglesias, Camilo Sexto y Héroes del Silencio, su éxito fue indiscutible.
P.- El libro arranca con Los Brincos, cuyo primer LP define como "la piedra filosofal" del pop español". ¿Por qué ellos?
R.- El pop internacional empezó con los Beatles e inmediatamente Fernando Arbex creó Los Brincos a su imagen y semejanza. Fue la primera vez que un grupo español grabó un LP completo sin que éste contuviera versiones de los Beatles, sin copiar, como hacían sus coetáneos. Los Brincos son los primeros en componer con libertad y aportaron un sonido español y universal a la vez. Esa línea de libertad va desde ellos a Los Planetas, el grupo actual más creativo y el que más ha sabido explorar esa libertad y a la vez mantener un criterio.
P.- Muchos de los grupos de los 60 han sido definidos como sucedáneos de pop descafeinados por la censura. Defiéndalos.
R.- Hay que tener en cuenta las circunstancias políticas, económicas y culturales de cada momento. La época dorada del pop español empieza con la democracia, con Kaka de Luxe y Alaska, cuando comienza a haber libertad auténtica, pero lo de los sesenta tenía mérito.
P.- Libertad que ya empezaba a notarse en los 70, como cuenta en el libro. ¿Con qué se queda de esa década?
R.- Con el encuentro que se produce entre el flamenco y el rock, gracias a la actitud de gente como Kiko Veneno, Paco de Lucía, Triana, Lole y Manuel, Los Smash, Las Grecas... La simbiosis de esos años es única.
P.- Pero su etapa favorita, en cuanto a demiurgo de la Movida, son los ochenta.
R.- Sí, en realidad desde Kiko Veneno en adelante. Lo que pasó entonces era impensable, eso de poder hacer cosas sin que nadie te las censurara y que permitió que los grupos no se atuvieran a la política de imposiciones de las discográficas. Se nota mucho en los comienzos de Aviador Dro, Alaska...
P.- ¿No se planteó con la editorial convertir el disco en un discolibro?
R.- ¡Sería carísimo! Lo ideal es comprar los discos completos, y si es posible en su edición original, esa es la idea del libro. Por otra parte, quería que fuera un libro barato, que lo pudiera comprar cualquier chaval.
P.- Es un libro muy gráfico por la importancia que se le da a las portadas, muchas de las cuales aparecen firmadas. Me imagino que son de su colección particular.
R.- Sí, son las mías, tengo todos los discos que se han editado en España desde los años 70, que fue cuando a empecé a recibirlos en la radio. Cuando venían los grupos al estudio les pedía que me las firmaran, tengo una colección inmensa de discos, miles de ellos. Mis libros son un poco una biografía musical. Este es una historia sonora y también gráfica, es la primera vez que en España se le da importancia a las portadas originales. Se pretende rendir un homenaje a los fotógrafos, diseñadores y creativos de la música pop, porque el de las portadas es un arte.
P.- De esas portadas, ¿cuál es su favorita?
R.- La del Cuándo se come aquí, de Siniestro Total, que diseñó Oscar Mariné, último Premio Nacional de Diseño. Es de las primeras ocasiones en las que utiliza el cómic.
P.- ¿Se le han quedado muchos discos y portadas fuera?
R.- ¡Miles! Yo soy un amante de la música pop, incluso de las canciones que la gente considera malas. Guardo todo: casetes, vinilos, discos de grupos que no han visto la luz. La selección ha sido muy dolorosa. Luego hay gente que tiene muchos discos muy buenos, como Radio Futura, y he tenido que elegir uno.
P.- El libro acaba con lo más reciente de Rosenvinge, y gente como Señor Chinarro y Astrud. Si los 60 imitaban al pop británico, los 70 reunieron flamenco y rock, los 80 fueron los años de la libertad y los 90 un desdoblamiento entre el indie y el grunge, ¿cómo definiría la última década y la que acaba de comenzar?
R.- Como una etapa rica y variada en la que es fácil grabar discos, en la que gracias también a internet hay muchos grupos y artistas que están en contacto con sonidos de todo el mundo. De ahí que haya muchos estilos distintos, a diferencia de lo que ocurría antes.
P.- ¿Qué grupos figurarán en la reedición de este libro dentro de 10 ó 15 años?
R.- Aparte de Love of lesbian, que es el grupo del año, y que se lo merecía porque llevaba ya mucho tiempo trabajando, hay una banda en Valencia que se llama Maderita, y que también es el culmen de mucha gente que lleva años en esto. Ellos estarán.
P.- Una última pregunta. ¿Cuál de los discos seleccionados es su favorito, el mejor, al que más cariño le tiene?
R.- Me lo pones difícil, pero me quedo con uno que fue muy significativo en su momento y que llevo siempre en mi coche, el Échate un cantecito, que Kiko Veneno grabó gracias a la colaboración de Auserón y que le dio por fin el éxito que merecía. Le tengo mucho cariño.