Ruth Gabriel.
Interpreta en el Teatro Arenal la obra Good Sex, Good Day
Pregunta.- ¿Para quién es más recomendable Good Sex, Good Day: para los hombres o para las mujeres?
Respuesta.- Para los dos. En las funciones que hemos hecho hasta ahora hemos visto de todo: mujeres y hombres solos, grupos de amigas, grupos de amigos, amigos y amigas revueltos, parejas... Es una buena obra para tener una divertida conversación después de verla.
P.- Una conversación y ¿algo más?
R.- Bueno, Good Sex, Good Day no se ha escrito para excitar a los espectadores, pero es verdad que es como un ejercicio de risoterapia, y la risa siempre puede ayudar a desbloquear los instintos. Una pareja que esté pasando un mal momento puede decirse: "venga, dejémonos de tonterías, vamos a disfrutar un poco".
P.- Sois tres actrices sobre el escenario hablando de sexo. ¿Salen muy escarnecidos los hombres?
R.- No, no... En realidad es una autoparodia de nosotras mismas. La historia comienza con tres galácticas que llegan a la tierra y alucinan con la obsesión por el sexo de otras tres terrícolas. Una de ellas acaba de perder la virginidad, pero no ha tenido un orgasmo y las otras intentan explicarle cómo de alcanzarlo.
P.- ¿Pero no se denuncia ningún error recurrente entre los hombres en materia carnal?
R.- De verdad que la obra no busca poner en solfa a los hombres. No tiene ese objetivo. Como mucho se les critica que no se quiten los calcetines, poco más.
P.- ¿Le ha aportado algún enfoque nuevo en su vida sexual trabajar en esta obra?
R.- (Ríe) No creo. En realidad lo que se cuenta son cosas que casi todos hemos vivido, por eso se crea una gran complicidad con el público. En el plano artístico sí que ha sido reto: es la primera vez que hago comedia en el teatro. Tenía bastante miedo a este género y ya por fin lo he superado, y lo he disfrutado muchísimo.
P.- ¿Diría que España en la práctica del Good Sex está por encima o por debajo de la media europea?
R.- La verdad es que no he mirado estadísticas, ni ganas de hacerlo. Yo creo que España es un país muy sexual, que no tiene problemas en manifestar sus instintos sexuales. Es un país que ha cambiado mucho en muy poco tiempo. En 1975 cuando nací si la mujer tenía un orgasmo o no tenía importancia. Ahora las parejas intentan enriquecerse mutuamente.
P.- ¿Cree que cuando le dieron el Goya a mejor actriz revelación por Días contados le cayó una especie de maldición?
R.- Ese día fue muy hermoso. Sentí que la profesión a la que yo me quería dedicar me aceptaba y me reconocía. Pero ese día nadie me prometió nada, por eso no puedo sentirme decepcionada. Yo ya conocía muy bien los altibajos de este oficio: mi padre es actor y mi tía actriz. Sé que debes estar continuamente esperando a que te den la oportunidad.
P.- Usted trabajó con Agustí Villaronga en 99.9. ¿Qué le pareció su éxito rotundo la otra noche en la gala de los Goya?
R.- Me alegré muchísimo. A mí me fascinó su manera de trabajar. Tiene un mundo interior lleno de magia y poesía, y sabe cómo reflejarlo en la pantalla. Además, a los actores los mima muchísimo, les habla despacio, les ayuda, les lleva de la mano.