Pedro Sánchez, el jueves en Moncloa, presentando su plan contra la guerra arancelaria de la Administración Trump.

Sánchez ve muy probable pactar con el PP sobre los aranceles porque cree que Feijóo busca distanciarse de Vox y Trump

El Gobierno da importancia a la dura posición de Aznar frente a Trump y Vox, y a la presión de los sectores productivos que más van a verse perjudicados.

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Fernando Garea

Esta vez parece que sí es posible que Gobierno y PP coincidan en las medidas contra una crisis, en este caso la generada por los aranceles aprobados por Donald Trump. Al menos, esa es la posibilidad que ven cerca fuentes destacadas de la Moncloa, en lo que sería el primer acuerdo de este tipo entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, al margen de la renovación del CGPJ en 2024.

Esa coincidencia podría traducirse en un voto coincidente en el Congreso cuando haya que aprobar o convalidar las medidas que hayan pasado antes por el Consejo de Ministros. Algunos miembros del Gobierno, alejados de la gestión de esta crisis, no ocultan su escepticismo por los precedentes.

Para empezar, en esta ocasión Pedro Sánchez sí ha buscado activamente desde el principio el apoyo del PP y, en lugar de encuentros protocolarios y fugaces, se ha celebrado ya una reunión entre el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el responsable de economía de los populares, Juan Bravo.

Y, según fuentes del Gobierno, la reunión fue muy bien porque hubo coincidencias y porque han quedado en seguir hablando sobre esas medidas.

El PP siempre lamenta que, cuando se produce este tipo de situaciones, el Gobierno primero aprueba las medidas y luego exige al PP que las apoye sin negociación alguna.

En esta ocasión, Sánchez ha dado instrucciones a Carlos Cuerpo para que negocie con todos los grupos, con todas las comunidades autónomas y con sindicatos y patronal. Este viernes el ministro ha recibido, uno por uno, a todos los portavoces del Congreso.

La única discrepancia que ha trascendido es que algunos partidos le han pedido que, entre las medidas que se aprueben, se incluyan aportaciones a fondo perdido y no sólo créditos reembolsables.

Y el ministro les ha transmitido que comparecerá la próxima semana en el Pleno del Congreso y, además, que confían en que la negociación de la Unión Europea y Estados Unidos permita reducir los aranceles.

Moncloa entiende que esta vez el PP tiene todos los condicionamientos para acordar y apoyar la posición del Gobierno.

Por un lado, aseguran que el PP ha sido siempre reacio a pactar con Sánchez por la presión de Vox y el temor de ser acusados de proteger y apuntalar al presidente del Gobierno.

Pero esta vez, a Alberto Núñez Feijóo le es mucho más favorable distanciarse en lo posible de Vox, porque los de Santiago Abascal respaldan a Donald Trump y no critican los aranceles que ha impuesto.

"Castigar" a Abascal

Para el PP, según Moncloa, sería muy embarazoso votar con Vox en contra de las medidas para hacer frente a Trump.

Es más, entienden que el error estratégico de Vox al vincularse a Trump es una ocasión única para el PP para distanciarse y "castigar" a los de Abascal.

Además, influyen notablemente las presiones de empresarios y sectores productivos que serán perjudicados por las medidas del presidente de Estados Unidos.

Es fundamental también, según el Gobierno, la posición de Faes, la fundación de José María Aznar, que está siendo extremadamente dura con Trump y con la posición de Vox.

Este mismo viernes, Faes hizo pública una nota titulada "El día de la confiscación", en la que arremete contra Trump y también contra Vox: "Asombra ver a ciertos libertarios, muy patriotas –y muy despistados– aplaudiendo con ganas un tarifazo brutalmente lesivo para los intereses de España. Se entiende mal lo de un españolismo contrario a los intereses de los españoles. Se entiende mejor al recordar aquello de María Zambrano: 'Todo extremismo destruye lo que afirma'".

Habla de "miseria moral" y "miseria material" y asegura que "los aranceles de Trump provocarán una serie de distorsiones en cadena que alterará muy negativamente el comercio internacional", entre otras críticas.

Fuentes del PP atribuyen esta reacción a la reconocida relación entre Aznar y el expresidente George Bush, que encabeza a los pocos republicanos tradicionales y contrarios a Trump.

Además, en las instituciones de la UE tienen amplia mayoría los represetantes del Partido Popular Europeo, los socios del PP, empezando por la propia Ursula von der Leyen y tampoco se entendería que Feijóo se opusiera a la posición de Sánchez.

Que el PP pueda apoyar en esta ocasión al Gobierno no hace que vaya a levantar el pie del acelerador en su oposición a Sánchez. Más bien al contrario, porque necesitaría mostrar esa dureza por otro lado, siempre según el análisis de Moncloa.

De hecho, este viernes, los consejeros del PP de las siete comunidades autónomas con competencias transferidas en Justicia (Galicia, Andalucía, Cantabria, La Rioja, Comunidad Valenciana, Aragón y Madrid) abandonaron la Conferencia Sectorial de Justicia que se celebraba en Barcelona acusando al ministro Félix Bolaños de querer hacer "un paripé".

En la cita iba a tratarse la implementación de la Ley de Eficiencia Judicial. Bolaños calificóo el plante de los populares de "gamberrismo institucional".