Durante estas semanas se está disputando en Londres el campeonato de Wimbledon, donde Carlos Alcaraz intentará revalidar su título de campeón. El español, que acaba de ganar su primer Roland Garros, acumula ya 14 grandes y pretende seguir sumando títulos en su palmarés. Con 21 años el de El Palmar ha dejado su huella en las pistas de tenis más emblemáticas, incluso en la que es la más grande del mundo.
Esta en concreto es la pista central de tenis de Flushing Meadows en Nueva York, reconocida como la más grande del mundo entero, y conocida como Arthur Asher Stadium. Es sede del US Open desde su inauguración y en 2022 fue Carlitos quien se coronó como campeón del torneo. Igualmente otros españoles hicieron historia en este estadio como por ejemplo Rafa Nadal, cuatro veces campeón del US Open.
Tiene una capacidad para 22.500 espectadores y su nombre hace referencia al primer tenista en ganar el US Open: Arthur Asher. Esto fue en 1968, cuando se celebró el primer torneo en el que los profesionales podían competir. Su diseño original de 1997 no incluía techo, sin embargo, ahora mismo es un elemento característico.
La historia del estadio
El Arthur Asher Stadium forma parte del Centro Nacional de Tenis Billie Jean King de la USTA. Esta nueva pista fue inaugurada en 1997, sustituyendo al estadio Louise Amstrong, y se convirtió en la sede principal del torneo de US Open.
La construcción del estadio original costó alrededor de 254 millones de dólares. No obstante, debido a las inclemencias climatológicas del lugar, con fuertes vientos, lluvias e incluso huracanes propios de la zona en la época, los partidos sufrían retrasos y cancelaciones constantes y la pista tuvo que incorporar un nuevo elemento a su diseño.
En 2014 decidieron poner fin a este problema e instalar un techo retráctil. Esto supuso un coste de 150 millones de dólares. Ahora, la cubierta, que supuso un reto gigantesco, es el elemento que lo define.
Los anfitriones quisieron conservar el concepto de 'partido al aire libre' que caracterizaba al torneo, y por ello con la idea del techo retráctil que presentó el estudio encargado del proyecto, Rossetti Architects, pudieron conservar la esencia de la pista. El proyecto se presentó en 2013, fue aprobado y comenzó en 2014, finalizando en 2016.
Desde el 'Room 26' se controla la cubierta de 5.000 toneladas de peso y sostenida por 8 pilares de acero. En ese 'box' se instala un ordenador, con el que con un simple botón se puede abrir y cerrar el techo.
El techo se cierra y se abre en menos de siete minutos. Mientras el clima lo permita el techo retráctil da la posibilidad de que el centro esté abierto y los espectadores cubiertos, para que haya corrientes de aire y la luz llegue a la pista de tenis. Además, el recinto cerrado está climatizado y tiene una muy buena acústica, lo que ha permitido que el estadio no sirva solo para albergar partidos de tenis sino también para celebrar eventos culturales como los conciertos de Beyoncé, Jay-Z y Paul McCartney.