Carlos Alcaraz es el nuevo rey de París. El tenista español sigue escribiendo con letras de oro su corta pero exitosa carrera en el circuito. Primero llegó el US Open en 2022, después Wimbledon en 2023 y ahora ha sido Roland Garros. Un nuevo hito a su trayectoria después de imponerse a Alexander Zverev en una batalla titánica que se alargó hasta los cinco sets (6-3, 2-6, 5-7, 6-1, 6-2). [Así hemos vivido la victoria de Alcaraz frente a Zverev].
El jugador murciano recoge de esta manera el testigo de Rafa Nadal sobre la arcilla de París. El tenis español sigue reinando en la capital gala y Alcaraz sigue asombrando al mundo con su precocidad. Ha jugado tres finales de Grand Slam y todas han acabado con victoria. Inconmensurable. Nadie con su edad había ganado tres torneos de esta envergadura en tres superficies diferentes.
Una final emocionante y en el que cada tenista tuvo sus momentos. Pero fue Alcaraz quien supo aguantar como un titán en los momentos más delicados y quien golpeó con más fuerza cuando se mostraba inexorable sobre la arcilla de la Philippe Chatrier. Sufrió mucho, pero acabó celebrando a lo grande.
De hecho, el guion del duelo ante Zverev fue muy similar al que se vivió en las semifinales contra Sinner. Estaba contra las cuerdas y se vio obligado a ganar los dos últimos sets del partido. Una confianza ciega en sí mismo y en sus posibilidades. No es para menos, su nivel está al alcance de muy pocas raquetas en el circuito.
El inicio de partido sirvió como muestra para lo que iba a ser el primer set de Zverev. Dos dobles faltas para inaugurar la final que acabaron por decantar el primer break del partido en favor de Alcaraz. El teutón respondió al momento con otra rotura, pero fue ampliamente superado por el murciano en la primera manga.
El tenista español se mostró muy cómodo en la Philippe Chatrier. Las bolas le corrían mucho y maniataba a un Zverev que comenzaba a desesperarse. Alcaraz rompió el saque de su rival tres veces en el primer set y volaba hacia su primer Roland Garros. Comenzó la final justo de la forma contraria a lo que ocurrió en las semis ante Sinner.
Reacción
Pero Zverev es mucho Zverev. El tenista alemán no se iba a rendir. Le había costado un mundo alcanzar una final del Grand Slam parisino y no podía dejar escapar la oportunidad así como así.
Poco a poco comenzó a incrementar su nivel de juego. Mucho más ritmo y muy poderoso en sus golpes, 'Sascha' encontró las flaquezas en su contrincante. Y se tiró a colmillo a por él. Fue un vendaval el alemán en el segundo set y Alcaraz tan solo pudo contemplar las acometidas de su rival.
La igualdad reinó en el inicio del segundo set, pero un break de Zverev para ponerse 2-3 comenzó a desequilibrar la balanza. El alemán se encargó de precintar la manga, ni siquiera le dio opción alguna a Alcaraz para devolverle la rotura. Cerró el set en 2-6 y con la sensación de que la final estaba mucho más igualada de lo que en un principio se podía prever. El gigante alemán ya estaba listo para la batalla, un duelo que prometía muchas emociones tras casi hora y media de juego.
Momento crucial
El tercer set fue una montaña rusa llena de emociones. Alcaraz tiró de orgullo en el momento en el que más peligroso era Zverev y revivió hasta tal punto de ponerse 5-2 en el marcador. Pero de pronto se vino abajo.
'Carlitos' entró en barrena y Zverev resurgió de sus cenizas y le dio la vuelta a la contienda con una auténtica exhibición. Le rompió el saque al murciano cuando éste servía para llevarse el set y después mostró su contundencia en el saque para apuntarse la tercera manga.
Sufrió más de la cuenta para llevarse la tercera manga. De hecho, Alcaraz tuvo una oportunidad de romperle el saque al teutón y forzar el tie break, pero no lo logró y 'Sascha' se puso por delante por primera vez en la final de Roland Garros.
Al igual que contra Sinner, Alcaraz necesitaba una remontada heroica para lograr enfundarse su primer entorchado en París. Debía reencontrarse con su tenis y cambiar la forma de jugar ante un Zverev infranqueable.
Golpe sobre la mesa
Y esa remontada llegó. Y lo hizo ofreciendo un nivel excelso. Barrió a Zverev en los dos sets definitivos y lo hizo con golpes sensacionales que quedarán para el recuerdo, pero también con férreas defensas siempre que 'Sascha' asomaba en busca de meterse en una final que se le escapaba de los dedos.
Alcaraz fue un torbellino en el cuarto set. Se lo llevó por un contundente 6-1 después de un inicio redondo en el que maniató a su rival. Mandó la final al quinto y definitivo, igual que contra Sinner.
Y ahí le dio la puntilla al gigante germano. Tardó tres juego en romperle el servicio y tomó la delantera hacia su tercer Grand Slam. Se lo llevó con cierta holgura (6-2), pero tuvo que salvar varias bolas de rotura que le podrían haber complicado sobremanera la final. Lo solventó bien y acabó entrando en la historia de Roland Garros. Ya tiene la ensaladera y puede ser la primera de muchas.