Después de la desconexión sufrida ante Jesper de Jong, Carlos Alcaraz imprimió una marcha más a su tenis y demostró haber aprendido la lección al mantener durante todo el partido la concentración para superar a Korda (6-4/7-6/6-2). A medida que se suceden los partidos va elevándose el puerto a coronar por el murciano. Ante Korda no cedió set alguno, pero el grado de esfuerzo estuvo muy por encima de las rondas anteriores. [Así vivimos la victoria de Carlos Alcaraz ante Korda]
Se empinaba el partido nada más empezar con la rotura de Korda, parecía que la desconexión ante De Jong seguía en la mente del murciano que a las primeras de cambio había cedido su saque. Tuvo que mirar a su banquillo y encontrar la mirada de Ferrero para entender que el de Korda iba a ser un partido largo en el que no podía bajar el nivel. La reacción, inmediata, en forma de break. Carlitos estaba centrado.
Ya saben, lo difícil no es llegar a un nivel alto de juego, sino mantenerse en él. Ese camino recorre el murciano con pie derecho tras sortear al estadounidense, más que una piedra en el recorrido. Se presagiaban fuegos artificiales y espectáculo en la Philippe Chartier y Alcaraz y Korda, hijos del tenis moderno y veloz, no defraudaron. No sólo por el ritmo que imprimen, sino por el gran repertorio de trucos que guardan bajo la chistera. Globos imposibles, cortados, subidas a la red y golpes que encandilan. Como la dejada de Carlos, uno de sus sellos de identidad que desquició al estadounidense.
No escatimaba esfuerzos Korda, multiplicado para intentar llegar a todo. Tampoco Alcaraz, que más liberado de las molestias en el brazo, pudo soltarse y conectar potentes derechas. “¡Hay que ponerse duro, pero hay que ir a buscarlo, que pasen cosas!”, vocifera Juan Carlos Ferrero desde el banquillo. “¡Suelto y buscando!”. “¡Preocúpate solo de la bola y de jugar, solo de eso!”. Y Alcaraz, disciplinado, sigue las directrices marcadas por su mentor para apuntarse el primer set.
Alcaraz se reencuentra
La dinámica no varió tras el breve paso por el asiento. Korda, el alumno más aventajado de la nueva generación de tenistas estadounidenses (Shelton, Firtz, Tiafoe...) No se quiebra con facilidad. Se aferró a su saque abierto para enjaular a Alcaraz e ir subiendo escalones hasta colocarse a un juego de la segunda manga. Fue en ese momento cuando Carlitos se tiró al aire sin paracaídas y sacó los golpeos que sus molestias físicas le habían privado en las primeras rondas.
Korda no rehuyó el duelo de derechas y devolvió algunas imposibles de levantar, pero su punto débil es la cabeza. Y a pesar de que la tuvo firme durante la mayor parte del partido, no estuvo a la altura de la del murciano, inquebrantable. Y en ese tablero mental de ajedrez, Alcaraz se llevó el tie break tras un error del estadounidense que significó un jaque prácticamente mate porque espantaba los fantasmas de su rival y él quedaba tocado anímicamente.
No levantó aquella losa y se dejó llevar en la última manga, más todavía cuando Carlitos se colocó 4-1 arriba. "He estoy muy contento con mi actuación durante todo el partido, creo que he estado muy sólido, que he subido el nivel. También he podido jugar sin miedo con la derecha, de hecho, en el tie-break, con ese 'tanto ganador', he pensado: 'Lo echaba de menos'", confesaba Alcaraz al finalizar el encuentro. Este sí es el Alcaraz que acostumbraba.