Paula Badosa vuelve a sonreír. Después de meses de sufrimiento la tenista española parece ver la luz al final del túnel. Todavía está lejos de su mejor nivel, es cierto, poco a poco dando pasos en busca de reencontrarse con su mejor versión.
Relegada al puesto 126 del ránking por culpa de las lesiones y tras solo 1 victoria en sus últimos 5 partidos, Badosa irrumpió en el Masters 1.000 de Roma por todo lo alto. Debutó con autoridad imponiéndose a Andreeva, una de las mayores promesas del circuito WTA.
Tras un inicio dubitativo en el que tuvo que salvar dos bolas de break en el primer juego del choque, Badosa fue un auténtico torbellino. Se llevó la primera manga por 6-2 cediendo dos saques y firmando cuatro roturas de servicio y en el segundo set aprovechó su único break para cerrar el duelo con un sólido 6-3.
Esta victoria llega después de que Badosa informara hace apenas unos días de que durante el torneo de Indian Wells los médicos le dijeron que no podría jugar muchos años más al tenis, debido a su lesión crónica de espalda. La tenista dijo que creía en su juego y que seguiría sobre la pista mientras mantuviese esa fe.
Fin a la mala racha
El triunfo de Badosa fue especial para ella. Y es que, por primera vez desde hace un año logró vencer un partido ante una jugadora del top 40 del ranking mundial. La última vez que lo logró fue el pasado 17 de mayo de 2023. Desde entonces, nada.
Ahora, en segunda ronda le espera la estadounidense Emma Navarro, cabeza de serie número 20 del torneo y número 22 del ranking WTA. Badosa ocupa el puesto 126 y espera seguir escalando posiciones.
A pesar del triunfo, Paula Badosa tiene una misión con la que debe seguir en el torneo de Roma, para no seguir cayendo en el ranking. La española llegó hasta los cuartos de final la temporada pasada y defiende, por ende, 215 puntos en el ranking WTA, ante los que debe responder en esta semana en la que, más allá de eso, ya ha logrado una victoria balsámica que no debe caer en saco roto, independientemente de lo que venga a continuación.