La aventura de Rafa Nadal se terminó en la segunda ronda del Conde de Godó. El tenista español se vio superado claramente por Alex de Miñaur (7-5, 6-1), pero esta derrota no supone más que un paso para ir cumpliendo sus objetivos. El balear se despide de su segundo torneo del año con la cabeza bien alta y con la sensación de haber competido todo lo que le ha dejado su cuerpo.
En su primer cruce contra Cobolli, Nadal hizo gala de su calidad y frente a De Miñaur volvió a demostrar que todavía tiene mucho que decir esta temporada. Tuvo momentos brillantes, especialmente en el primer set, y solamente la calidad de su oponente le hizo claudicar. Plantó cara a lo largo de las dos mangas disputadas y eso es una buenísima noticia.
Alex de Miñaur supo sacar partido de la falta de ritmo de Nadal y le planteó un duelo muy exigente. Rafa se defendió en todo momento y le miró de tú a tú en muchas fases del encuentro. El australiano aprovechó un recurso tan útil como las dejadas para hacer correr a su rival y eso hizo que el español se desgastase mucho en cada carrera.
Los últimos minutos fueron todo un deleite de público. En los últimos juegos se dedicaron a ovacionar cada golpe del tenista español. Una muestra del cariño que profesa Nadal allá por donde va. Él quiso responder con varios golpes para el recuerdo y cumplió con su misión de plantear batalla.
Inicio complicado
Alex de Miñaur no quiso esperar a entrar en calor. El australiano rápidamente dio el paso al frente y le arrancó a Nadal el primer break en el juego inicial tras dudas del arranque. Acto seguido confirmó la rotura pese al esfuerzo de Rafa por darle la réplica. Fue un inicio marcado por la alta intensidad.
Pudo poner de Miñaur la puntilla al set con un segundo break consecutivo, pero Rafa se sacó ese espíritu aguerrido que tantas veces le ha caracterizado para evitarlo. Sufría Nadal al resto y eso lo aprovechaba el australiano para ir sumando juegos a su favor relativamente fáciles.
Cuando todo parecía abocado a un set fácil para De Miñaur, emergió la versión más combativa del tenista español. Un break y un servicio en blanco que se apuntó con un majestuoso revés cruzado. Le había dado la vuelta al set en un abrir y cerrar de ojos. Pasó del 3-2 al 3-4 en apenas un par de minutos, lo que supuso un golpe de efecto.
Nadal iba creciendo con el paso de los minutos, pero su rival tampoco se amilanó. De Miñaur sacó a relucir su calidad, esa que le tiene rondando el top 10, para asestar la estocada definitiva al set. Rompió el servicio de Rafa para ponerse con 6-5 y se apuntó la manga con su servicio. Era lo previsible, aunque el australiano tuvo que esforzarse más de lo esperado.
Estocada definitiva
La igualdad predominó en los primeros compases del segundo set. Los dos jugadores se apuntaron con cierta facilidad sus servicios, aunque la cosa cambió ya en el tercero. De Miñaur subió un pistón su nivel y comenzó a hacer sufrir a Rafa. Esto provocó que el australiano rompiese y se pusiese por delante con 2-1.
Nadal seguía enganchado al partido y dejaba puntos de muchísima calidad. Aún así, la falta de ritmo en la pista le pesó en determinados momentos. Un nuevo break de De Miñaur le puso el partido prácticamente imposible en el segundo set, puesto que la distancia en el marcado ya era demasiada con 4-1.
De Miñaur puso la directa y apretó el acelerador para no pasar más tiempo del debido sobre la pista. Nadal solo pudo aceptarlo, pero se marchó dejando varios golpes de muchísima calidad y levantando al público de sus asientos. Ha vuelto sin resentirse de las lesiones y esa es la mejor noticia.