Casi sin tiempo para recuperar tras el Open de Pekín, Carlos Alcaraz se presentó este sábado en el Masters 1.000 de Shanghái con un sólido triunfo ante su primer rival en el torneo, el francés Grégoire Barrère. Dos sets (6-2 y 7-5) le bastaron al tenista español para solventar su debut en un campeonato que disputa por primera vez en su carrera. [Narración y estadísticas: Carlos Alcaraz - Grégoire Barrère]
Carlitos desató la 'Alcarazmanía' con su llegada a Shanghái y se notó en las gradas durante su encuentro contra Barrère. El público chino se rinde a la sensación del circuito, que en Pekín cayó en semis ante Jannik Sinner y todavía busca su primer título de torneo desde que levantara el de Wimbledon.
Con una sonrisa, la lengua entre los dientes y el puño alzado, Alcaraz celebró su victorioso estreno en Shanghái. En la siguiente ronda le tocará jugar contra el vencedor del partido entre el kazajo Mikhail Kukushkin y el británico Daniel Evans, que se medirán en pista este domingo tras ser suspendido su enfrentamiento por la lluvia.
Alcaraz llegó a la pista central del centro deportivo de Qizhong -de pista dura- entre vítores del público chino, entre el que se escuchaba algún "¡Vamos!" en español. La jornada estuvo marcada por la lluvia y el español y Barrère se enfrentaron con el techo de la pista cerrado.
En los primeros compases del duelo, el juego físico de Alcaraz fue demasiado para Barrere, exigido en los potentes saques del murciano, que buscaba con acierto las esquinas para tener oportunidades de subir a la red. Tan solo algo más de un cuarto de hora tardó Alcaraz en ponerse 3-0. Durante la primera manga, Alcaraz salvó las seis bolas de rotura que tuvo.
En el segundo set, Barrere quiso dejar claro que no había llegado a Shanghái para vender barata su piel, poniéndose por delante hasta en cuatro ocasiones merced a un tesón reconocido por el auditorio, que celebraba sus cada vez más constantes subidas a la red.
La mejora del galo -situado en la posición número 73 del ránking mundial- era notable, con Alcaraz a rebufo durante buena parte de la manga, aunque en el momento decisivo, con empate a 5 juegos, el murciano tiró de casta para imponerse, poniendo de cara la victoria.