986 partidos. 835 victorias (y 151 derrotas). 73 títulos individuales. 23 Grand Slam. Serena Williams pone fin al contador y se retira del tenis. La Arthur Ashe a rebosar despidió a una leyenda del tenis, que cayó en tercera ronda del US Open frente a la australiana Ajla Tomljanovic (7-5, (4)6-7 y 6-1) en un partido épico. Su adiós solo podía ir acompañado de ese adjetivo.
Hace unas semanas que Serena anunció su retirada inminente y puso el foco en la presente edición del US Open. Después de ganar el pasado miércoles a la 2 del mundo, Anett Kontaveit, la gente le pide que siga. Ella solo piensa en pasar tiempo con Olympia, su hija de cinco años, a partir de este sábado.
"Son lágrimas de felicidad, supongo…", decía desde el cento de la pista tras un partido que se alargó hasta las tres horas. 23.859 fans agotaron las entradas y se pusieron en pie para aplaudir a Serena. El jueves también hubo lleno en el torneo de Queens para ver el último partido de dobles de las Williams.
Su mensaje de despedida lo empezó con un agradecimiento especial: "Muchas gracias, lo intenté. Gracias papá, sé que me estás viendo", le dedicaba a su padre Richard Williams, quien llevó a las dos hermanas a la cima del tenis bajo un estricto método. Su madre Oracene y su marido Alexis Ohanian fueron lo siguientes.
Acabó con la otra persona a la que más debe: "No sería Serena si no hubiera Venus, así que gracias, Venus. Ella es la única razón por la que Serena existió". Junto a ella empezó en Compton (California) un viaje tenístico que marcó para siempre la forma de entender el juego para las mujeres.
Lucha y pasión
Luego le pidieron que definiera su propia carrera y ella lo tuvo claro: "Hay muchas cosas, por ejemplo la lucha. Soy una luchadora. Creo que he dado, y sigo dando, algo al tenis. Mi intensidad y obviamente la pasión, es una palabra muy bonita. He seguido pese a los altibajos. Estoy muy agradecida por estos momentos y por ser Serena", explicó.
Dejó una rendija para que por ella pasara la esperanza de que su retirada no sea definitiva ("Siempre me ha encantado Australia", dijo sonriendo), pero eso ahora no le importa. El día 26 de este mes cumple 41 años y lo pasará feliz junto a su familia. El tenis echará de menos a una de sus mayores leyendas. Por si no vuelve, en Queens sonó a todo volumen el Simply the Best de Tina Turner.
Con la cabeza alta
Serena lo tuvo para alargar un poco más el camino. En primer parcial sirvió con 5-3 a favor, pero falló al echar el lazo. Se torció el plan, ya que ahora le tocaba apretar en el segundo set que es donde aprovechó en la anterior ronda para coger aire. La siguiente manga se la llevó, pero se alargó hasta el desempate tras desechar un 4-0.
Le quedaba poco gas para el set definitivo y su rival no perdonó. Serena no ganó ninguno de sus saques, pero no se iba a ir bajando los brazos. Hasta la sexta bola de partido, no dejó a Tomljanovic acabar el trabajo. La australiana, de 29 años y 46ª del mundo, tendrá en su palmarés haber sido la tenista que retiró a un mito del deporte.
La cuenta de Grand Slam se para en 23, aunque en realidad se había detenido hace tiempo. El último que ganó fue el Abierto de Australia de 2017. Levantar un major más le daba para igualar el recórd histórico de la australiana Margaret Court, pero fue imposible. Los dos años siguientes perdió cuatro finales (dos en Wimbledon y dos en el US Open) y desde entonces ha estado lejos.
Sigue siendo la persona con más Grand Slam ganados en la Era Open, aunque eso puede cambiar con una victoria más de Rafa Nadal (22). La extenista alemana Steffi Graff también ganó 22, seguida de Novak Djokovic (21) y Roger Federer (20).
La carrera de Serena
Nacida el 26 de septiembre de 1981 en Saginaw, un pequeño pueblo de 56.000 habitantes en el estado de Michigan (EEUU), Serena creció con su principal modelo en casa, su hermana Venus, con quien se lleva poco más de un año de diferencia.
Se mudó a los cuatro años junto a su familia a Compton, una ciudad conocida por la peligrosidad de sus calles, pero que a la vez marcó el comienzo de su leyenda.
Allí empezó a trabajar con su hermana Venus siguiendo los consejos de su padre Richard y comenzó un viaje que le llevó también a West Palm Beach, en Florida (EEUU), lugar al que se trasladó toda la familia con nueve años, y momento desde el que su carrera comenzó a tomar forma.
Profesional desde el año 1995, la carrera de Serena tuvo un punto de inflexión en 1999, cuando ganó su primer título del US Open. Desde entonces, Serena conquistó cinco Abiertos estadounidenses más, siete Wimbledon, siete Abiertos de Australia y tres Roland Garros.