Carlos Alcaraz está cambiando. O al menos lo está intentando. Quiere afrontar con una actitud muy diferente a la habitual este final de temporada, empezando por el US Open. Ya se ha celebrado el sorteo del cuadro del último Grand Slam de la temporada en el que se podría llegar a cruzar con Rafa Nadal en semifinales.
Hasta ahora, el llamado a ser el nuevo gran talento del tenis mundial, había hablado de motivación cuando otros le hablaban de presión. No forma de ver su vida y su carrera profesional demostrando que llevaba dentro un campeón insaciable. Sin embargo, las últimas derrotas que ha cosechado, algunas muy duras como las más recientes en la gira americana, le han hecho cambiar el paso.
La primera mitad del 2022 fue mágica y memorable con exhibiciones en torneos como el de Miami o Madrid. Sin embargo, desde Roland Garros, y especialmente desde Wimbledon, las cosas no le han ido del todo bien. Lesiones serias como la sufrida en su codo y derrotas dolorosas e inesperadas que han terminando por cambiar en cierto modo su carácter y también su forma de afrontar los grandes torneos y los grandes objetivos por delante.
[Djokovic confirma que no jugará el US Open al no estar vacunado: "Nos vemos pronto"]
Lo que antes era la ambición, ahora parece que lo envuelve una calma un tanto extraña en la que tanto el jugador como su entorno prefieren alejarse de todo el ruido mediático que se ha generado en torno a su figura en los últimos meses. Han llegado a la conclusión de que no le está haciendo bien al murciano, candidato a terminar en el Top3 del ránking ATP la presente temporada.
En estos momentos es cuarto, muy cerca de Rafa Nadal y también de Alexander Zverev, quien no estará en el US Open por problemas en su tobillo. La popularidad de Alcaraz ha crecido como la espuma en los últimos meses y ya se ha convertido en uno de los jugadores más famosos del mundo. Es un reclamo para la próxima Laver Cup y también ha formado parte de las acciones benéficas del US Open para ayudar a Ucrania tras la invasión rusa.
Alcaraz ya no quiere presión
En un acto con una de sus marcas, Babolat, ha explicado cuál es ahora su percepción del éxito y de la élite y por qué quiere alejarse de todos aquellos que le han puesto por las nubes en tan poco tiempo: "Voy a intentar apartar todas expectativas puestas en mí, disfrutar como vengo haciendo siempre y seguir jugando como el Carlitos de siempre".
Sin embargo, esto le ha reportado ya algunas críticas y es que la figura de los que huyen del legado de Nadal en el tenis español, con casos como Badosa o Garbiñe Muguruza, se está extendiendo sin que la afición comparta del todo esa postura. Alcaraz no quiere incluso sentirse uno de los grandes: "Sintiéndome como un jugador más, y no como uno de los tops, creo que puedo hacer un buen resultado aquí".
[Carolina Marín cae contra Yamaguchi, actual número uno del mundo, y dice adiós al Mundial de Tokio]
El camino de Alcaraz en el US Open no sera fácil. Tiene muchos escollos por delante y el primero será Sebastián Baez, del que también ha hablado: "Baez es un gran jugador y los que vienen si voy ganando cada vez serán mejores, pero como he dicho vengo aquí a disfrutar y así intentar superar mi mejor resultado en un Grand Slam que son los cuartos de final". Si avanza de esa primera ronda llegarán hipotéticos rivales como Borna Coric, flamante campeón el domingo del Masters 1.000 de Cincinnati, Jannik Sinner o Rafa Nadal.