Carlos Alcaraz sigue haciendo historia en el mundo del tenis. A sus 19 años se ha convertido en campeón del Master 1000 de la capital de España, el Mutua Madrid Open. Es su segundo gran éxito de la temporada después de haber levantado hace unas semanas el Master 1000 de Miami. Dos logros, junto con los torneos del Conde de Godó y Río de Janeiro, en el segundo mejor jugador del 2022.
Alexander Zverev, su rival en la final, definió a Alcaraz como el mejor tenista del mundo en estos momentos. Rafa Nadal, la víctima del murciano en unos cuartos de infarto, aseguró que 'Carlitos' ahora mismo puede ganar a cualquier jugador del mundo. Eso es una realidad ya que el joven murciano se ha convertido en el chico de moda del universo de la raqueta. Está en un estado de forma físico, tenístico y mental excelso. Todo le sale.
Otro rival que ha quedado rendido a los pies del joven jugador español es Novak Djokovic, su oponente en las semifinales del torneo madrileño. El jugador serbio tuvo una batalla encarnizada contra 'Charly', pero tras llevarse el primer set, terminó sucumbiendo en el segundo y en el tercero. Una remontada inconmensurable que dejó a 'Nole' sin palabras. "Grandes cosas están por venirle a este talento en el futuro", decía el serbio nada más caer derrotado.
Tras ganar la final del Mutua Madrid Open, Alcaraz descubrió cuál es una de las claves de su éxito. Obviamente están el trabajo y la disciplina, pero para él, lo más importante era disfrutar en la pista y pasárselo bien, no ver el tenis como una obligación. Así es como considera que ha llegado tan pronto a la élite y sin sufrir mentalmente la exigencia de ir camino del estrellato, quemando etapas en su niñez y su juventud a ritmo de vértigo. Unas palabras que han llamado mucho la atención y que han contrastado con las expresadas, hace unas décadas, por uno de sus rivales en el torneo, Novak Djokovic, quien veía este deporte como algo mucho más serio.
Por ello, surge ahora el debate sobre qué camino es mejor y más adecuado para los jóvenes talentos que están empezando en el mundo del tenis. El disfrute y la relajación de Alcaraz o la exigencia y la dedicación y concentración constantes de Djokovic. Dos caminos muy diferentes y que sin embargo les han servido para tener éxito.
La filosofía de 'Carlitos'
Carlos Alcaraz está todavía a años luz de lo que Novak Djokovic o Rafa Nadal han conseguido en sus carreras deportivas. Es una quimera pensar hasta donde va a llegar el murciano. Algunos apuntan que puede superar esa barrera de los 20 Grand Slam que ahora mismo marca, en cierto modo, la batalla por ser el mejor de la historia. Nadal suma 21 por los 20 de Djokovic y Federer.
Sin embargo, lo realmente llamativo de 'Charly' es hasta donde puede llegar. Sin con 19 años ya ha sido capaz de demostrar todo esto, dónde puede estar dentro de 15 años si las lesiones y su propia cabeza le respetan. Seguramente, peleando con el 'Big Three' en los libros de historia. A su favor tiene que, de momento, no ha surgido ningún tenista de su generación para competir con él más allá de nombres como Zverev, Tsitsipas o Medvedev, quienes son algo mayores que la joya de El Palmar.
Tras su conquista madrileña, lo que más ha llamado la atención fue esa afirmación que Alcaraz dejó hablando con Alex Corretja para los micrófonos de TVE. Un jugador que se acaba de poner número seis del mundo hablando de lo que significa disfrutar en la pista. Quizás por esa ilusión de niño que tiene, es ajeno a la presión que sufren los grandes.
"Lo que intentamos es que en la pista me divierta. Yo me lo paso bien jugando, me lo paso bien en la pista. Eso es lo que intentamos en cada partido". Así definía Alcaraz la gran clave para haber llegado tan lejos a pesar de ser un niño. Esa es la consigna tan importante que le ha transmitido su equipo, desde que arrancó en Murcia y, sobre todo, desde que a los 15 años empezó a trabajar de manera estrecha con Juan Carlos Ferrero en su academia de Villena, la Equelite Sport Academy.
Uno de los pilares del éxito de Carlos ha sido precisamente el apoyo y la buena gestión que han hecho de su carrera todo su entorno, especialmente su agente Albert Molina. Él, al igual que el extenista, intentan seguirle durante toda su gira. Pero su equipo también está compuesto por Juanjo López, su médico personal, Juanjo Moreno, Sergio Hernández y Fran Rubio, sus fisioterapeutas de confianza, Alberto Lledó y Álex Sánchez, quienes cuidan su preparación física y son los responsables de su enorme cambio físico en este 2022, e Isabel Balaguer, su psicóloga.
Todos ellos contribuyen cada día a que Carlos, cada vez que salga a la pista sea para disfrutar. Es muy complicado saber si seguirá siendo así en el futuro, cuando se consolide como el mejor jugador del mundo y cuando todos le exijan ganar cada torneo como sucede con los Nadal o Djokovic. Para eso quizás quede algún tiempo todavía y el murciano tiene claro qué es lo que tiene que hacer hasta entonces.
"Entro en la pista pensando que puedo ganar y que puedo hacerlo muy, muy bien. Se basa en confiar en uno mismo y pensar que puedes ganar en cualquier momento". Así es como se ha adjudicado uno de los mejores torneos del mundo. No obstante, no esconde que el tenis también requiere muchas horas de entrega: "Se necesitan millones de horas de trabajo, sacrificio, pero sobre todo pasártelo bien".
Ahí, Alcaraz señala precisamente a su gente: "Buscar un entorno bueno en el que te divierta jugar al tenis, que no sea algo obligatorio, siempre pasártelo bien, pero siempre trabajando duro". Así lo ve 'Carlitos', nuevo número seis del mundo, quien ha mantenido esta filosofía desde que era un niño y seguía las hazañas de su ídolo, Roger Federer.
La exigencia de Djokovic
En contrapartida a la filosofía más llevadera de Carlos Alcaraz y todo su equipo se encuentra la que siempre ha llevado a cabo uno de los mayores campeones de la historia del deporte, Novak Djokovic. Alcaraz entrena durante sesiones interminables y se ha convertido en una de los tenistas más preparados físicamente de todos los tiempos. Sin embargo, su nivel, no de autoexigencia, pero sí de meterse presión a sí mismo, parecen ser menores que los de otros tenistas como Djokovic.
El jugador serbio siempre se ha caracterizado por tener una personalidad fuerte, un carácter vehemente que aparece en los momentos de mayor tensión, esos en los que su rostro frío se transforma. Al contrario que 'Carlitos', 'Nole' siempre ha visto el tenis más como una obligación que como un divertimento. Evidentemente, empezó a jugar porque le gustaba y porque se enamoró de este noble arte, pero desde muy niño se propuso el reto de llegar a lo más alto y de ser capaz de cualquier cosa por conseguirlo.
Novak Djokovic empezó a jugar al tenis con solo cuatro años. Nació Belgrado en 1987 y en 1991, sus padres regentaban un restaurante en una zona situada junto a los Alpes Dináricos. Allí pasaba muchas horas mientras sus progenitores trabajan sin descanso. Enfrente del restaurante construyeron unas plazas de tenis públicas y allí fue donde descubrió un deporte que le cautivó. Su padre decidió regalarle una raqueta y 'Nole' se pasaba las horas jugando y practicando solo, golpeando una vieja pelota contra una pared una y otra vez, intentando mejorar su técnica.
Poco a poco fue interesándose cada vez más por este deporte y empezó a seguirlo por la televisión estudiando a muchos jugadores como Pete Sampras. Soñaba con ser algún día como él, pero no con la ilusión de un niño, si no con la exigencia de quien quiere conseguir sus retos a toda costa. Su afición fue creciendo poco a poco y un día pintó un dibujo en el que se le veía levantando un título en el que ponía "el mejor del mundo". El pequeño Djokovic no tenía otra cosa en la cabeza.
Cuando tenía solo 12 años, las amenazas de la guerra de los Balcanes llegaron a la ciudad de Belgrado y como hoy sucede en muchas zonas de Ucrania, el miedo estaba en las calles. Pero 'Nole' aprovechaba cada momento de paz para poder salir a la calle a dar unos golpes. Y mientras tanto, adaptaba sus entrenamientos para poder hacerlos en casa. Tenía un plan y no iba a parar hasta lograr lo máximo.
Poco después empezó a competir por toda Europa ganando los torneos más importantes de cada categoría hasta entrar en el circuito ATP. Pero lo hizo con la misma ambición con la que siendo un niño de tan solo 7 años confesaba en una entrevista cuál era su meta profesional y cómo veía él el tenis: "Para mí el tenis es una obligación, no un juego. Mi meta es ser el número uno del mundo".
Una mentalidad y una educación totalmente diferentes a la que ahora está poniendo en práctica Carlos Alcaraz. Sin embargo, a los dos les ha servido para llegar a la élite. Djokovic cumplió su propósito de ser el mejor del mundo y uno de los mejores de la historia. Y 'Carlitos' va camino de conseguir lo mismo. Dos rutas válidas, pero muy distintas, de convertir a niños y jóvenes talentos en estrellas.
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