El mundo del tenis se encuentra en mitad de un terremoto que escapa más allá de los muros del propio deporte. Se trata de la decisión que ha tomado la organización del Grand Slam de Wimbledon, tercer torneo importante que se celebrará esta temporada y que pondrá fin a la gira de hierba, de no permitir a los jugadores rusos y bielorrusos participar en la edición del 2022.
Se trata de una medida de protesta contra la situación de guerra que ha provocado el estado que dirige Vladímir Putin en territorio ucraniano. Este hecho era algo que se había rumoreado durante las últimas semanas, pero que no había llegado a confirmarse hasta ahora cuando el torneo que se disputa en el All England Club ha roto su silencio para confirmar que tienen decidido llevar a cabo esta medida restrictiva y que condiciona la configuración de su cuadro final.
De esta manera, muchos jugadores no podrán entrar en la pelea por el torneo, algo que no había sucedido hasta ahora en el circuito a título individual. Y entre todas las ausencias destaca lógicamente el caso de Daniil Medvedev, actual número dos del ránking ATP y uno de los favoritos para alzar el título al cielo de Londres si se recupera satisfactoriamente de una hernia.
Esta decisión ha llegado después de mucho tiempo de negociación tanto con el gobierno británico como con la propia ATP. Unos han apoyado esta postura y otros han intentado abogar por la integración de aquellos que son simplemente deportistas y que nada tienen que ver con los conflictos bélicos que defiende el Kremlin. A pesar de que la organización de Wimbledon se mantiene firme en su propósito, existe una guerra abierta y un conflicto de intereses que podría dar al traste con esta prohibición.
La decisión de Wimbledon
Wimbledon ha dicho basta ante la situación que atraviesan el grueso de tenistas rusos y bielorrusos. Tras muchas conversaciones con el gobierno británico, el Grand Slam que se disputa sobre hierba ha decidido vetar a los jugadores procedentes de estos países en lo que ha sido la primera decisión que se ha tomado a nivel individual en el circuito.
Reino Unido ha sido una de las regiones que más enérgicamente han condenado las conductas llevadas a cabo por Vladímir Putin y sus tropas. La invasión de Ucrania y la posterior guerra han tenido consecuencias en el universo del deporte y especialmente en el tenis. Ya desde el gobierno inglés, el ministro de deportes, Nigel Huddleston, proclamó en varias ocasiones que para que los jugadores rusos y bielorrusos pudieran participar en esta competición tan importante, debían manifestar su desacuerdo con la política bélica impuesta por el Kremlin y que está masacrando y destrozando Ucrania desde hace dos meses.
Esta manifestación debía ser pública y además ser transmitida también por escrito y firmada. Sin embargo, los jugadores rusos y bielorrusos no lo han hecho así. Algunos como Rublev sí han pedido el final del conflicto y de la guerra en general, pero ninguno se había atrevido a criticar y a mostrarse contrario a Vladímir Putin. Por ello, la prohibición de no jugar en Wimbledon ha seguido hacia delante. Una vez se había confirmado que el torneo no dependía de ningún organismo superior para llevar a cabo esta sanción, ahora han podido confirmar sus designios.
Así lo han anunciado a través de un comunicado oficial después de semanas de tira y afloja: "Es nuestra responsabilidad jugar nuestro papel en los esfuerzos del Gobierno para limitar la influencia de Rusia a nivel global. En las circunstancias de una agresión militar injustificada y sin precedentes, sería inaceptable que el régimen ruso se beneficiara de alguna manera de la participación de tenistas rusos y bielorrusos en Wimbledon. Por lo tanto, declinamos la participación de rusos y bielorrusos en la edición de 2022". Verían como un motivo de victoria y de propaganda política de la guerra la presencia de tenistas soviéticos que pudieran ganar la contienda.
A pesar de estas duras palabras, Ian Hewitt, presidente del All England Club, ha mostrado su pesar por tener que tomar esta complicada decisión: "Entendemos el sufrimiento por el que van a pasar los atletas por las decisiones que toman los líderes del régimen ruso". El órdago lanzado por Wimbledon ha sido secundado por todos los torneos del país, que han decidido alinearse detrás de su hermano mayor.
Así pues, la Federación de Tenis Británica ha anunciado también que el resto de torneos de primer nivel siguen la línea marcada por Wimbledon en su decisión de no dejar participar a tenistas rusos y bielorrusos. De esta forma, estos jugadores tampoco podrán competir en torneos como Birmingham, Nottingham, Queen's o Eastbourne.
"La continua participación de rusos y bielorrusos en competiciones crea el riesgo de impulsar estos regímenes, cuando hay un esfuerzo internacional sin precedentes de aislarles y sancionar sus acciones. La LTA también reconoce que los atletas rusos y bielorrusos puede que no estén de acuerdo con las acciones de su Gobierno y que está situación va más allá de su control". Este hecho provoca que hasta el mes de junio, si hubiera un cambio drástico en la situación, se pudiera revocar esa decisión.
Los principales jugadores que se perderán el tercer Grand Slam de la temporada, y el resto de torneos, son Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Karen Khachanov y Aslan Karatsev. En cuanto a las tenistas destacan Anastasia Pavlyuchenkova y Daria Kasatkina por Rusia mientras que por Bielorrusia están Aryna Sabalenka y Victoria Azarenka. Todos ellos dentro de las 30 mejores del planeta.
Guerra abierta con Putin
Esta decisión del torneo de Wimbledon, y por ende del Reino Unido, ha generado un gran revuelo en Rusia. Los deportistas soviéticos ya han sido sancionados en multitud de disciplinas, pero el tenis era una de las que se estaban salvando en cierto modo. Es verdad que la ITF había eliminado la participación de los equipos rusos y bielorrusos masculinos y femeninos de competiciones como la Copa Davis y la Billie Jean King Cup.
Sin embargo, no se habían tomado medidas hasta ahora contra los jugadores a título individual. Podían seguir compitiendo en sus eventos siempre y cuando no fueran representados por ningún símbolo nacional como la bandera o el himno. De hecho, países como Italia han confirmado recientemente que estos jugadores y jugadoras podrán seguir acudiendo a todos los torneos en los que estén inscritos en sus fronteras.
Ahora, el conflicto ha adquirido un carácter totalmente diferente y es que el caso de Daniil Medvedev es delicado. Es uno de los mejores tenistas del mundo, ha sido recientemente número uno, y es un gran símbolo para Rusia y para su gente. Y Vladímir Putin lo sabe. El jugador nunca se ha mostrado contrario al presidente, aunque sí a la guerra como concepto. Algo que no es suficiente para garantizar su presencia. Tras el veto, el Kremlin ha estallado a través de uno de sus vías de comunicación.
"Es inadmisible convertir una vez más a los deportistas en rehenes de intrigas y prejuicios políticos, de acciones hostiles hacia nuestro país", ha manifestado el portavoz de Kremlin, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa en la que ha tratado las informaciones sobre la prohibición que ha recaído sobre los tenistas rusos.
Además, ha añadido lo siguiente: "Rusia es un país muy fuerte en tenis. Los tenistas rusos están en lo alto de la clasificación mundial. Con su marginación perderán las propias competiciones". Un tema que ha pretendido zanjar así, pero que tiene más recorrido.
Seguramente, algunos de esos tenistas que han recibido este veto querrían manifestarse en contra del gobierno de Putin y de las actuaciones del ejército. Sin embargo, no pueden hacerlo porque el Kremlin castiga con penas de cárcel a aquellos que difaman o vierten informaciones y comentarios contrarios a la invasión de Ucrania y a las maniobras de las fuerzas armadas. Las condenas podrían ir hasta los 10 y 15 años de cárcel. Por ello, aunque algunos de estos jugadores quisieran manifestar su rechazo de manera clara, lo tendrían realmente complicado.
El rechazo de la ATP
El resto de agentes del tenis mundial que intervienen en el caso también han reaccionado a esta situación derivada del veto de Rusia que va ganando fuerza con el paso de las semanas. Mientras la Federación Internacional de Tenis ya se mostró en una línea muy similar con sus propias competiciones, quien se ha desmarcado de esta tendencia ha sido la ATP.
Nada más conocerse la noticia, han decidido condenar las decisiones tomadas desde el All England Club dejando claro que no comparten esta postura: "Es una decisión unilateral, discriminatoria, injusta y que puede sentar un precedente peligroso en el deporte. Creemos que la decisión unilateral tomada por Wimbledon y por la LTA es injusta y tiene el potencial para sentar un precedente peligroso en el deporte".
Un mensaje bastante duro que han querido completar hablando de algo tan grave como es la discriminación: "La discriminación por nacionalidad constituye una violación de nuestro acuerdo con Wimbledon, que explica que la entrada de un jugador a un torneo se basa en su ránking". El torneo británico llevaba sin tomar una decisión similar desde que tras la Segunda Guerra Mundial vetara la presencia de tenistas alemanes y japoneses por su participación en el conflicto. En el tenis también continúa la guerra.
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