35 subidas a la red le abrieron a Garbiñe Muguruza las puertas de la segunda ronda del Abierto de Australia. El martes, la española se estrenó en el primer grande de la temporada imponiéndose a Clara Burel (6-3, 6-4) en un ejercicio de valentía en la media pista de la Rod Laver Arena, la central del torneo. La número tres del mundo, finalista en 2020 (perdió ante Sofia Kenin), jugó con un mensaje grabado a fuego en la mirada: ha venido a Melbourne a por el título.
“He tenido que jugar más profundo y subir a la red”, detalló Muguruza tras alcanzar la segunda ronda, donde se encontrará con Alize Cornet (6-3, 6-3 a la búlgara Tomova). "Me ha funcionado, a pesar de que alguna vez me ha superado en la media pista. Era la manera de meter presión y lo que tenía en mente hoy. Me ha salido a la perfección. En general, estoy muy contenta”.
“Se ha movido de manera agresiva, quitándole tiempo a su rival y yéndose hacia la red”, analizó Anabel Medina, la seleccionadora nacional, que comentó el encuentro en Eurosport. “Es la línea que ha estado llevando desde que ganó las WTA Finals en Guadalajara”, prosiguió la valenciana. “Ha sido un partido serio, muy completo. Me ha gustado su juego y también su actitud. En el estreno siempre hay nervios, pero ha sido una buena primera ronda”.
Garbiñe silenció esas mariposas del primer día a cañonazo limpio. Burel, solo 20 años, intentó enredar a la española con un tenis imprevisible, ahora piso el acelerador, ahora el freno, y se encontró con una contraria mayúscula que movió la pelota con mala baba (22 ganadores por 20 errores no forzados) hasta celebrar la victoria.
A Muguruza se unirán en ls segunda ronda otras dos grandes candidatas a levantar el trofeo en Melbourne: Simona Halep venció a la polaca Frech (6-4, 6-3 en 1h29) y Anastasia Pavlyuchenkova acabó con la húngara Bondar (6-2, 6-1 en 64 minutos).