Malas noticias para Novak Djokovic que vuelve a recibir un duro revés en su guerra contra la vacunación de la Covid-19. El gobierno francés ha admitido su cambio de parecer respecto a la disputa del segundo Grand Slam de la temporada, Roland Garros, y ha anunciado que todos los jugadores deberán estar vacunados.
De esta forma, el tenista serbio, que ha tenido que abandonar Australia en las últimas horas tras ser deportado por el escándalo que lleva viviendo más de una semana con su entrada irregular en el país para disputar el Abierto de Australia, ve como París y Francia también le cierran las puertas por no querer vacunarse contra el coronavirus. Esto será obligatorio, no solo para jugadores, sino para el público y todos los miembros de la organización. Una prohibición que no solo afectaría a Roland Garros, sino que se extendería a cualquier torneo sobre suelo francés como el Master 1000 de Paris Bercy.
Esta medida, camino de ser oficial, ha sido adoptada e impuesta por Francia a nivel estatal y afecta de lleno al caso particular que está viviendo el jugador serbio Novak Djokovic. Después de no poder disputar el Abierto de Australia y de ver como tanto Wimbledon, por parte de Reino Unido, y el US Open, por parte de Estados Unidos, le ponían nuevas trabas, ahora han sido Francia y Roland Garros quienes se sumaban a la lista de malas noticias. En el torneo británico podría participar, de momento, tras realizar una cuarentena de 10 días, mientras que en Nueva York no podría jugar.
El gobierno galo había mostrado una visión mucho más aperturista de la situación hace tan solo unos días, cuando indicaba que no iba a ser una condición indispensable la vacunación para poder disputar el torneo y acceder a recintos deportivos. Sin embargo, esto ha cambiado tal y como ha especificado la ministra de deportes de Francia Roxana Maracineanu en la noche del domingo al lunes.
El parlamento francés ha adoptado de manera definitiva el proyecto de ley por el cual se impondrá un certificado de vacunación obligatorio para muchas actividades de la vida social, incluido asistir a espectáculos deportivos, y por ello ha llegado esta rectificación que la ministra transmitía así a través de sus redes sociales.
"Desde que se promulgue la ley, será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de los espectadores, de los practicantes, de los profesionales, franceses o extranjeros".
Además, Roxana Maracineanu ha aprovechado su comunicado para agradecer al deporte galo su apoyo a los procesos de vacunación para motivar a la convicción de "los últimos y pocos no vacunados" de la sociedad francesa. Además, ha considerado básica esta medida para "preservar las competiciones" y así apoyar la globalización del pasaporte de vacunación "a nivel internacional".
El cambio de postura
Había sido la propia ministra Maracineanu quien el pasado 7 de enero había rebajado la tensión en el 'caso Djokovic' con la posible repercusión que podía tener la prohibición al serbio de jugar en Australia respecto a Roland Garros. Ella misma había asegurado que el serbio no tendría problemas para acudir a París y disputar el segundo grande del año, en el cual defiende título. No obstante, el cambio de opinión ha sido notable.
En aquel momento argumentó que Francia sí aplicaría una excepción a la obligación del certificado de vacunación a todos aquellos deportistas presentes en competiciones internacionales, de forma que no se les aplicaría la nueva normativa francesa y podrían competir incluso sin estar inmunizados.
Aquella decisión estaba justificada al considerar que los "protocolos obligatorios impuestos por las federaciones" estaban por encima de cualquier otra normativa estatal. De cualquier forma, a diferencia de lo que ocurre en Australia, para entrar en Francia no hay que tener la pauta completa de vacunación imperativamente. Se puede llegar al país con un pasaporte sanitario que pruebe disponer de un test negativo en su lugar.
No obstante, el proyecto de ley sobre el certificado de vacunación que debe entrar en vigor a finales de esta semana, ya que está todavía pendiente de un recurso ante el Consejo Constitucional, va a imponerse para bares, restaurantes, cines, espectáculos o estadios, pero también para utilizar los transportes públicos de larga distancia.
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