La crisis del coronavirus cambió el mundo por completo en 2020. Y los deportes, en todas sus disciplinas, tuvieron que adaptarse. En el caso del tenis con mayor necesidad, pues los constantes viajes y los torneos en diferentes países distan bastante de otras competiciones como las ligas nacionales en fútbol y baloncesto. El calendario se ha modificado y hasta fechas muy concretas como la de Roland Garros han acabado cediendo para reaccionar a la pandemia. Una situación que, en lo que respecta a sus estrellas, ha acabado pasando factura.
Y es que en otros deportes no está siendo tan habitual, pero a la hora de hablar del tenis son varios los nombres propios que han decidido dar un paso atrás. Temporal y determinado, pero renunciando al fin y al cabo a dinero, puntos y trayectoria. Todo para aguantar el físico y mantenerse en el tiempo. Un parón para seguir disfrutando del tenis que tanto les da. Este 2021, en apenas unos meses, se van a concentrar torneos de renombre como Ronald Garros, Wimbledon y US Open. Si a eso se le suman los Juegos Olímpicos y las medidas sanitarias, el escenario es aún más difícil.
Los casos no son pocos. En España, principalmente, está el de Rafa Nadal. El tenista ha priorizado su físico y ha tenido que tomar decisiones muy complicadas. A principios de año, por ejemplo, se ausentó de torneos medios pero claves a la hora de coger ritmo como Róterdam, Miami, Dubái o Acapulco. Posteriormente, y centrado en su totalidad en Roland Garros, dejó en el aire su participación en los Juegos. Y finalmente, después de una larga reflexión, el balear ha optado por renunciar tanto a la cita olímpica como a un torneo emblemático como Wimbledon.
Cita que, además, el año pasado no se llegó a disputar por culpa de la pandemia. El dolor, si cabe, es doble para el de Manacor. Las razones que dio Nadal fueron muy sencillas: "Es la decisión acertada con el objetivo de alargar mi carrera deportiva y seguir haciendo lo que me hace feliz; competir al máximo nivel y seguir luchando por retos profesionales y personales al máximo nivel de manera competitiva".
Y, como él, muchos otros. También sin salir del territorio nacional, Roberto Bautista confirmó que no representaría a España en Tokio. "Está siendo una temporada muy intensa tanto física como mentalmente y, tras discutirlo y pensarlo detenidamente con mi equipo, hemos decidido no acudir", explicó el tenista en sus redes. Pero lejos de la frontera española la cosa no ha cambiado demasiado.
Thiem, número cinco del mundo, tampoco estará presente en el evento olímpico. Su objetivo es, según ha explicado, "trabajar duro las próximas semanas" para competir en Wimbledon y en el US Open. Y Roger Federer, que se ha recuperado en los últimos meses de una lesión, se dio de baja en Roland Garros pese a lograr el billete a octavos por unas molestias y con Wimbledon en el horizonte. No quiso arriesgar y comenzó su preparación.
Otra estrella como Naomi Osaka, número dos del mundo, tampoco disputará el torneo de Wimbledon para tomarse un descanso. En su caso, como ha concretado en diferentes ocasiones, para cuidar la salud mental. Ya renunció a Roland Garros, hará lo propio con el torneo de hierba y buscará su mejor versión en los Juegos Olímpicos junto a su público.
El debate sobre si ha habido mayores o menores afectados está abierto, pero el mundo del tenis, a la vista de las decisiones de sus principales rostros, no ha conseguido adaptarse en su totalidad a la pandemia. Entre viajes, aislamientos en hoteles y torneos semanales, priorizar su salud y renunciar al estrellato se ha convertido en una decisión a tomar.
Djokovic acecha
Todo ello se produce en un año donde Novak Djokovic, lejos de ausentarse de torneos, aspira a ser el mejor de la historia. El serbio no ha tenido una época de pandemia sencilla, pues sus declaraciones sobre la Covid-19 y la vacunación nunca han pasado desapercibidas. Además, llegó a organizar un torneo cuando la pandemia más daño hacía y se notificaron numerosos positivos entre los presentes. Incluso el suyo. Pero ese protagonismo lejos de las pistas no ha sido suficiente para despistarle.
Novak ganó el Open de Australia y se puso con 18 Grand Slams. Llegó a Roma y cayó en la final ante Nadal. Y con Roland Garros entre ceja y deja, consiguió eliminar al español en unas semifinales para el recuerdo y remontó a Tsitsipas en una final de ensueño. Levantó entonces su Grand Slam número 19. Y, sin Nadal en Wimbledon, Roger Federer es el único que puede evitar que Djokovic empate a 20 grandes títulos con los dos históricos tenistas.
En una temporada donde muchos grandes dan un paso atrás, Djokovic puede igualar esa cifra histórica. Y, por si fuera poco, podría sumar también un oro olímpico. El serbio dejó en el aire su participación, pero el éxito le llama y renunciar a él, vistos sus antecedentes, resulta complicado.
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