“No me considero favorita, prefiero ser humilde porque no he jugado mucho en tierra batida. Me gusta mucho la superficie, pero no me veo así. Mi cuerpo no ha estado al 100% en esta gira y ha sido difícil rehabilitar, entrenar e intentar llegar a la competición”.
Garbiñe Muguruza no se equivocó cuando reflexionó el pasado sábado sobre sus opciones al título de Roland Garros, que ganó en 2016. En su estreno en el torneo, Marta Kostyuk apeó 6-1, 6-4 a la española y se clasificó para la segunda ronda a todo trapo, con paso firme y sin vértigo para cerrar el triunfo cuando le llegó el momento. La campeona de dos grandes compitió con lo poco que tuvo (40 errores no forzados) y eso no le dio para frenar a una contraria decidida a celebrar la victoria, implacable desde que atisbó debilidad al otro lado de la red. [Narración y estadísticas]
“Me ha faltado nivel y ritmo, pero no me voy a castigar por haber hecho un partido regular”, resumió luego Muguruza. “Intentar ponerme a tope ha hecho que no termine de encontrar las sensaciones. Roland Garros es un torneo que siempre me ha encantado porque me he sentido cómoda. No sé por qué, pero me ha costado encontrarme bien este año en tierra. Tenía ilusión por hacer algo aquí porque había preparado toda la temporada de tierra para llegar bien a París”, lamentó la española, que nunca había perdido en su estreno en Roland Garros. “Ahora tengo que recuperarme para la próxima gira”.
Tras perder el primer set en media hora, lidiando contra un puñado de desatinos de todo tipo, Muguruza pidió la ayuda de la fisioterapeuta y se marchó al vestuario para intentar solucionar unos problemas en la zona lumbar que arrastró desde mitad de ese primer parcial, apurando sus opciones de reengancharse al cruce para esquivar la derrota a la primera, intentando cortar la peligros dinámica de su rival.
Al volver, la española intentó suplir con actitud todas las carencias con las que había estado luchando desde el arranque. Así logró Muguruza un break (3-1) que le permitió soñar con una remontada imposible. Kostyuk recuperó la distancia, sumó cinco de los siguientes seis juegos (de 1-3 a 6-4) y despidió a la campeona de dos grandes sin pestañear, reafirmando con solo 18 añis el prometedor futuro que tiene por delante.
La derrota de Muguruza supone un punto negro en una temporada magnífica (23 victorias, título en Dubái) que empezó a volverse difícil a principios de abril: una lesión muscular en su pierna izquierda le llevó a retirarse de su partido de octavos de final en Charleston (ganaba 6-0, 2-2 a Yulia Putintseva), le impidió debutar en Madrid y condicionó su participación en Roma (se despidió en octavos ante Elina Svitolina). Lidiando con todo eso intentó Garbiñe preparar Roland Garros... con el resultado que buscaba evitar.