Pablo. Álex. Carlos. Cris.
Después de remontar un 0-2 por primera vez en su carrera para superar 4-6, 5-7, 6-3, 6-4 y 6-4 a Dominic Thiem en 4h28m en la primera ronda de Roland Garros, Pablo Andújar escribió en la cámara los nombres de su familia (sus tres hijos y su mujer) y luego lo resumió con una frase llena de espontaneidad: “Es como si hubiese venido a verme Papa Noel”.
Fue su manera de explicar el regalo que le ha hecho la vida, recompensa a la resiliencia, premio a la tenacidad. Con 35 años y tras tres operaciones en el codo derecho (entre marzo de 2016 y abril de 2017) que le dejaron al borde de la retirada (cayó hasta el puesto 1.764 de la clasificación), Andújar ha celebrado dos semanas de ensueño, tumbando a Roger Federer en Ginebra y luego a Thiem en la central de Roland Garros. Casi nada y casi todo a la vez.
“Soy el primer sorprendido, esto es muy especial para mí”, explicó el tenista. “Jamás había pensado en conseguir estos dos triunfos a estas alturas. No sé si es el mejor momento de mi carrera porque he tenido buenos años, pero sí sé que es el momento de mi carrera en el que más estoy disfrutando. Quizás tengo menos piernas, pero juego mejor al tenis”, prosiguió el español. “Mi mejor victoria es la Federer, un triunfo que se va a quedar conmigo toda la vida. Ganarle a Thiem hoy también ha sido algo increíble, pero la de Roger… él es un mito”.
Hace dos semanas, Andújar se enfrentó a Federer en el regreso del campeón de 20 grandes a la tierra batida en el torneo de Ginebra. El suizo se llevó toda la atención durante los días previos, pero el español se proclamó protagonista con una victoria sorprendente en casa de uno de los mejores tenistas de todos los tiempos: Federer ganaba 4-2 en el tercer set y terminó inclinando la rodilla.
“Esa victoria”, recordó Andújar este domingo, “me ha dado confianza hoy para remontar, me ha hecho seguir creyendo a pesar de perder los dos primeros sets, me ha mantenido con vida en el tercero”, reconoció el conquense. “He tratado de seguir concentrado. Sabía que si ganaba ese tercer parcial todo podía cambiar. Por supuesto que el triunfo ante Federer tiene mucho que ver en lo que ha pasado hoy”.
En el arranque de la tercera manga, Andújar jugó con decisión y sin complejos para reengancharse a un cruce en el que Thiem nunca fue Thiem, sumido desde hace meses en la mayor crisis de juego de su carrera. El austríaco, sin embargo, lo intentó todo con lo que tuvo a su alcance: cuando la tarde ya se le había ido de las manos, todo empatado y 1-0 y saque de su rival en el quinto set, el campeón de un grande suplió con coraje la falta de recursos en un intento a la desesperada de recuperar terreno (1-1). Andújar no perdió la calma, al revés. Saboreó la presión como el que se come un helado en julio y terminó con éxito lo que había comenzado horas atrás.
“Lo malo de la lesión es que paré mucho tiempo; lo bueno es que aprendí a disfrutar de todos los torneos que juego”, reveló el número 68 mundial. “Habiendo ganado es más fácil decirlo, pero realmente es una oportunidad espectacular jugar ante Thiem en la central de Roland Garros. Eso hace que yo esté luego más tranquilo, como he demostrado en el 5-4. Con mi saque, me sentía nervioso. He sabido gestionar muy bien los puntos importantes y cuando todo estaba apretado he logrado la victoria. Estoy muy feliz”.