Ya no hay dudas: Rafael Nadal llegará a Roland Garros (desde el próximo 30 de mayo) como el principal candidato a levantar la Copa de los Mosqueteros, lo que supondría su título número 14 en París y quedarse en solitario con el récord de grandes que ahora mismo comparte con Roger Federer (20). La victoria del español en la final del Masters 1000 de Roma ante Novak Djokovic (7-5, 1-6, 6-3) vino a confirmar lo que presuponía. Un año más, Nadal será el rival a batir en el templo de la tierra batida.
“El trabajo estaba hecho antes de este partido, pero ganar siempre te da un extra”, reconoció Nadal ante los periodistas cerca de las nueve de la noche. “A nivel de preparación había hecho lo que tenia que hacer, pasando un proceso lógico y mejorando durante estas semanas. Evidentemente, el partido de hoy es un añadido, pero lo principal es que me llevo un título muy importante que se añade a mi palmarés”, añadió el mallorquín. “Es mucho mejor llegar con este trofeo bajo el brazo, pero también he ganado Roland Garros después de perder aquí. Lo que ocurra en el futuro no se sabe hasta que llega. Sí, viene París y es un torneo muy importante para mí, pero vivo de mi día a día”.
Nada más acabar en Roma, Nadal activó su plan para los siguientes días: volver a casa el lunes a primera hora y tomarse dos días de descanso, sin coger la raqueta, tras cinco días que le han visto pasar mucho tiempo en la pista (11h56m) y convivir con una presión brutal casi desde el miércoles cuando debutó contra Jannik Sinner. A mitad de la próxima semana, el mallorquín volverá al trabajo para darle continuidad a un par de facetas de su juego en las que puso el acento en Roma.
“Viene un torneo muy importante para mí y debo trabajar un poco más, perseverando en algunas cosas”, avisó Nadal. “He estado mejorando esta semana, pero necesito seguir por esa línea. Cuando mejoras y puedes hacerlo todos los días durante mucho tiempo, ganas confianza y te sientes más seguro cuando tengas que hacerlo en la competición”, insistió. “Antes de este torneo, mi temporada de tierra no era ni mala ni tampoco muy buena; con la victoria aquí mejora drásticamente porque de cuatro torneos he ganado dos”.
En consecuencia, Nadal aterrizará en París con la tranquilidad de haber conquistado dos de sus cuatro torneos previos de la gira europea de tierra batida (Barcelona y Roma, un 50%). A diferencia del mallorquín, y a falta de ver lo que hace dentro de unos días en el torneo de Belgrado, Djokovic llegará a Roland Garros tras una temporada de arcilla pobre, que ha corregido ligeramente alcanzando la final ante Nadal en el Foro Itálico.
“Estaba feliz de jugar contra él por la puesta a punto de cara a Roland Garros”, reconoció Djokovic. “No hay un desafío mayor en tierra batida que jugar ante Nadal en una final. Estoy decepcionado por no haber ganado, pero a la vez satisfecho con el nivel de tenis que logré encontrar en las últimas rondas de este torneo”, prosiguió el número uno. “Ir a París me trae buenas sensaciones. Creo que si logro jugar como anoche y hoy, tengo una buena oportunidad de llegar hasta el final allí”.
Roland Garros, ya se sabe, es una historia diferente a cualquier otra.