El díscolo Benoît Paire se está destapando como el gran azote del tenis mundial. El tenista francés parece decidido a terminar con el circuito desde dentro, aunque lo único que va a conseguir es arruinar su propia carrera deportiva y a obligar a todos sus patrocinadores a darle completamente de lado.
A sus 31 años, sigue estando el 35 del mundo en el ránking ATP gracias al nuevo sistema de puntuación que impera en el tenis en tiempos de pandemia. De no ser así, su caída habría sido meteórica y ahora mismo estaría hundido en una clasificación en la que costaría encontrar su nombre.
Hasta que eso suceda, lo cual significará que la normalidad ya ha llegado al mundo de la raqueta, pretende seguir criticando al circuito en todas y cada una de sus apariciones, además de hacer el ridículo en todos los torneos a los que vaya. Literalmente, le da igual ganar o perder. Además, sigue cobrando y muy bien por ello, por lo que no está dispuesto a cambiar.
En los últimos meses no ha variado su modus operandi ni tampoco su comportamiento tanto en la pista como fuera de ella. Ahora, desde el Master 1000 de Montecarlo ha vuelto a sembrar la polémica con unas declaraciones que están muy lejanas de las que debería hacer un deportista profesional en una situación tan difícil como la actual. Mientras el resto de sus compañeros, o al menos la mayoría de ellos, intentan que todo siga su curso y que el tenis salga hacia delante, él vive instalado en la crítica permanente y en el mensaje derrotista.
Más críticas de Paire
"No me importa el tenis, esto se ha convertido en un cementerio. Me queda jugar el dobles y cuando pueda me voy a casa, que la tengo a dos horas. Montecarlo solía ser uno de los mejores torneos del mundo y ahora estamos delante de un ambiente triste. Es lo que piensan todos los jugadores, pero sólo yo me atrevo a decir".
Así de contundente ha sido en su última aparición en el Master 1000 de Montecarlo en el que ha vuelto a caer en primera ronda. Gracias a su calidad incluso fue capaz de pelear el partido ante Jordan Thompson, quien terminó llevándose el triunfo por 6-4, 6-7(3) y 7-6(5). Este encuentro, que se disputó en la pista central debido a la condición de Paire de jugador francés, ha servido para confirmar una vez más la dejadez y la falta de profesionalidad de este tenista que se permitió incluso el lujo de saltar a la pista teléfono móvil en mano.
"El circuito se ha podrido y no me voy a retractar en mis comentarios. Me da igual ganar o perder. Es lo mismo tirar un golpe ganador que hacer una doble falta. Como no hay ningún tipo de ambiente no notas la diferencia. La vida normal me parece una mierda en este momento".
Así se expresa un jugador que ya está inscrito en el Barcelona Open Banc Sabadell y que lleva sin ganar un partido desde que lo hiciera en el Open 250 de Córdoba contra Nicolás Jarry el pasado 25 de febrero en un torneo que terminó llevándose el argentino Cerundolo tras doblegar en la final al español Albert Ramos. Mientras unos intentan salvar el tenis y el deporte, Paire sigue haciendo gala de su mala actitud y de su pésima profesionalidad, haciéndole un flaco favor al deporte y a la sociedad.
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