De sopetón, la organización del Masters 1000 de París-Bercy anunció que Rafael Nadal se retiraba de su partido de semifinales ante Denis Shapovalov por una lesión abdominal que nadie vio venir, pero que ocurrió durante el calentamiento de por la mañana, y que puso en jaque a todo su equipo a lo largo de tres horas en las que tomaron la decisión de no saltar a jugar a la pista.
¿Cómo ocurrió?
“Había hecho un buen calentamiento, no tenía ninguna molestia, pero en uno de mis últimos saques he notado algo en el abdominal. Estaba golpeando la pelota, girando hacia abajo, y he sentido un tirón en el recto. La sensación es que me he roto algo. No ha sido muy brutal, pero sí que lo he sentido inmediatamente. Eso quiere decir que alguna pequeña fibra ha saltado. Lo pequeña que es la rotura no lo sé”.
¿Qué hizo el tenista?
“Lo he notado. He probado otro saque y luego otro. Y lo he continuado sintiendo. No he sacado más y me he ido directo al médico. No se veía nada en la ecografía de ese momento y hemos esperado una hora y media porque cuando pasan cosas así es muy difícil apreciarlas inmediatamente. Las imágenes musculares son complicadas de analizar con precisión total, pero una hora y media después se apreciaba algo más. Cuando hemos vuelto la imagen había cambiado, se veían las fibras difusas. El especialista nos ha dicho que la imagen era peor”.
¿Cuándo tomó la decisión?
“Existía un riesgo muy importante de empeorar lo que había si jugaba. Tenía dudas, pero mi ilusión por jugar me ha hecho volver a la pista. He calentado cinco minutos. Jugando desde el fondo de la pista, por abajo, no me duele. El problema es que sacando lo noto. No era algo imposible, no era un dolor insoportable, pero está ahí. Eso quiere decir que hay algo. Y es un músculo que tiene un trabajo muy directo en cada movimiento de servicio. Iba a tener que estar sacando todo el partido, y sacando al 100% para darme opciones de éxito. La situación nos ha llevado a tomar una decisión que era la única posible, aunque cueste”.
¿Ha dudado si jugar?
“Por mi experiencia del pasado, y siendo en el abdominal, lo lógico es hacer lo que se ha hecho. Si no, es un paso hacia la probable destrucción de lo que resta de temporada, y hasta no sé cuándo más. Me puedo volver a quedar un mes sin volver a entrenar. Y eso, a estas alturas de mi carrera… Da igual lo que haya en juego. No hay nada más prioritario que ser feliz. Y con más problemas de la cuenta se hace muy difícil que pueda ser feliz jugando al tenis, más después de tres primeros meses complicados con las lesiones. No puedo permitirme el lujo de dar pasos en falso porque mentalmente se hace difícil de soportar”.
¿Llegará a la Copa de Maestros? ¿Y a la Davis?
“Tenemos que esperar 48 horas para hacer un test real y ver cómo van las cosas. Ahora mismo, lo único que puedo hacer, es situarme otra vez. Y a partir de ya, hacer las cosas de la mejor manera posible para darme las máximas opciones de recuperarme cuanto antes. A partir de ahí, de cuánto sea la recuperación, podremos precisar unos objetivos: sea Londres, la Copa Davis o lo que sea. La única meta ahora es recuperarme. El calendario se verá en base a lo que mi cuerpo me permita hacer. No sé lo que puede ocurrir, pero esperemos que pueda jugar en Londres. Esa es mi gran ilusión”.