El control del tenis mundial cambiará de manos en unos días. Pase lo que pase en el Masters 1000 de Cincinnati, que arrancó el domingo, Rafael Nadal regresará al número uno el próximo lunes 21 de agosto y desplazará a Andy Murray del trono, poniendo fin a un reinado de 41 semanas consecutivas. La baja de Roger Federer de Cincinnati como consecuencia de una lesión en la espalda despejó el camino para que el español vuelva a la cima de la clasificación por cuarta ocasión en su carrera (2008, 2010 y 2013), la primera desde el 6 de julio de 2014 (más de tres años después), y abra oficialmente la pugna que mantendrá con el suizo por la primera posición hasta final de temporada.
“Para mí es muy especial volver a esta posición”, celebró el balear. “Muchas cosas han ocurrido en este tiempo, como lesiones o momentos complicados”, recordó Nadal. “La pasión y el amor por el juego me han dado la oportunidad de volver a lo más alto. Quiero disfrutar el momento, pero sobre todo estar preparado para competir aquí, que es lo más importante. Volver al número uno es algo muy complicado”.
El lunes por la mañana, Andre Silva, director de Cincinnati, avisó a Nadal de la baja de Federer antes de que el torneo la hiciese oficial mediante una nota de prensa. Ya con el número uno en su mano, el mallorquín se marchó a practicar y terminó esa sesión con la sensación de haber realizado uno de sus mejores entrenamientos de toda la gira, y ya es decir porque hoy se han cumplido 10 días desde que aterrizó en Montreal. Las buenas noticias, claro, son un motor de energía difícilmente comparable a cualquier otro.
El mallorquín, que se estrenará el miércoles en Cincinnati contra Richard Gasquet (6-4 y 6-4 al australiano Smith), dependía de sí mismo para recuperar la cima del ranking esta semana tras no aprovechar las oportunidades que tuvo en Wimbledon y Montreal, pero la ausencia de Federer le garantiza volver al uno, aunque caiga a la primera en el torneo. El suizo, que perdió la final del Masters 1000 de Canadá ante Alexander Zverev maniatado por los dolores en la espalda, viajó a Cincinnati el domingo por la noche y tardó pocas horas en tomar la decisión de no competir, pensando en su cuerpo y consciente de que el Abierto de los Estados Unidos está a la vuelta de la esquina (arranca el 28 de agosto en Nueva York).
“Siento mucho retirarme de Cincinnati”, se lamentó el campeón de 19 grandes, siete veces ganador del torneo. “Siempre disfruto jugando aquí porque Cincinnati tiene una de las mejores aficiones del mundo, siento perdérmelo”, insistió el suizo, que en un primer momento tenía pensado no jugar Montreal y volver directamente en Cincinnati, aunque posiblemente cambió de planes espoleado por la posibilidad de pegarle un bocado al número uno, que también persigue. “Desgraciadamente, tuve un problema en mi espalda en Montreal y necesito descansar esta semana”.
Así, Nadal aterrizará en el Abierto de los Estados Unidos como dueño del ático de la clasificación (lo tiene garantizado hasta después del último grande) tras una temporada que le ha visto ganar cuatro títulos (incluyendo su décimo Roland Garros) para firmar una ascensión meteórica, otra resurrección para la historia. En enero, el balear reapareció en el circuito tras tres meses de baja como número nueve del mundo; en agosto, con toda la mitad del año todavía por jugarse, Nadal ya ha demostrado que a los 31 años tiene tanto apetito como la primera vez que llegó a lo más alto en 2008, aunque sus ojos están puestos en ir más allá.
Con Novak Djokovic (lesión en el codo derecho) y Stan Wawrinka (operación de la rodilla izquierda) fuera de combate hasta 2018, y mientras Andy Murray intenta dejar atrás sus dolores en la cadera (ausente en Montreal y Cincinnati, tratando de llegar a tiempo al Abierto de los Estados Unidos), Nadal y Federer tienen por delante un interesante tramo final de curso para jugarse el auténtico premio, que es acabar el año como número uno. El primero solo defiende 370 puntos y el segundo ni uno, por lo que todas las victorias que consiga a partir de ahora le ayudarán en la cacería. De momento, el mallorquín lleva una ventaja que deberá mantener en su parte más difícil del año: la gira asiática y la temporada de pista cubierta, el reino de Federer.
“Roger y yo estamos teniendo una gran temporada y creo que los dos vamos a tener la oportunidad de estar en esa posición hasta el final del año”, avisó el campeón de 15 grandes. “Dependerá de los resultados… así que ya veremos”, añadió. “Tengo una oportunidad aquí para competir bien esta semana y voy a tratar de hacerlo”, cerró el español, que ya solo piensa en asaltar Cincinnati por todo lo alto.
Noticias relacionadas
- Zverev está listo: campeón en Montreal tras batir a Federer
- Nadal arrolla a Coric en su vuelta al cemento en Montreal
- El cuarto asalto de Rafael Nadal al número uno
- La tenista Errani, dos meses de sanción por dopaje y unos tortellini salvavidas
- A Muguruza ya no le afecta el éxito
- Djokovic no jugará más en 2017
- El español Davidovich, tras los pasos de Federer, Lendl y Edberg
- El ‘abuelo’ Federer y la gestión del esfuerzo
- La historia es para Federer, ocho veces campeón de Wimbledon
- Garbiñe Muguruza: “Mi nombre ya forma parte de la historia del tenis”