El ajedrez es un deporte que en los últimos meses está generando demasiados episodios controvertidos. Si hace un tiempo fue el escándalo de las bolas anales con Hans Niemann como protagonista, ahora Kenia ha sido el escenario del último capítulo que ha abochornado a muchos de los miembros del gremio.
El ajedrecista Stanley Omondi decidió presentarse en el Abierto de Kenia disfrazado de mujer para disputar el torneo en el cuadro femenino. Pese a que se trata de un jugador de cierto prestigio en el país africano, consideró que tenía más posibilidades de éxito en el cuadro femenino y por eso decidió tramar esta argucia para engañar a todos los presentes.
Omondi se personó con el cuerpo y el rostro completamente cubierto para no levantar sospechas. Ataviado con un burka y con unas gafas que tan sólo le permitían enseñar los ojos, el jugador formalizó su inscripción como si fuera una mujer. Lo hizo bajo el nombre de Millicent Awour, un pseudónimo totalmente desconocido entre las jugadoras y la organización.
El jugador, infiltrado como mujer, comenzó a avanzar eliminatorias ante rivales de supuestamente un peso mayor y eso levantó las primeras sospechas en la organización. "En el camino notamos que ganó contra jugadoras muy fuertes... y es poco probable que lo haga una persona nueva que nunca haya jugado un torneo ", alegó el presidente de Chess Kenya, Bernard Wanjala.
Sin embargo, por temor a las posibles reacciones, la organización no se atrevió a decirle nada al jugador hasta que ya en la cuarta eliminatoria tuvieron que llamarle al orden. Omondi no se sorprendió y acató la decisión del torneo, que decidió expulsarle inmediatamente ante el fraude que estaba cometiendo.
Sus problemas financieros
El jugador de 25 años justificó su decisión alegando problemas financieros a través de una carta de disculpa. Además, se mostró comprensivo con las represalias que pudiera tener su actuación y confesó que estaba "dispuesto a aceptar todas las consecuencias" de su estrambótica aventura.
Omondi es un jugador de cierto prestigio en su país, si bien es cierto que este Abierto de Kenia cuenta con un nivel ciertamente elevado. Por eso, pensó que si se hacía pasar por mujer tendría más posibilidades de ganar la competición, por la que había un premio de unos 3.000 dólares.
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En anteriores torneos, en Kenia se han registrado algunos casos de fraude con los que ha tenido que luchar, aunque tenían que ver con la edad. Sin embargo, la Federación confirmó que es la primera vez que se encuentran un problema de esta índole y que no hay precedentes. "Es un caso extremo, el veredicto puede incluir una prohibición. Descarto una suspensión de por vida, pero se le puede prohibir jugar al ajedrez durante varios años", comentó Bernard Wanjala, el presidente de Chess Kenya.
"Uno de los signos fueron los zapatos, usaba zapatos masculinos. También notamos que no hablaba. Normalmente, cuando estás jugando le hablas a tu oponente, porque jugar una partida de ajedrez no es una guerra, es amistad", comentó del presidente de la Federación keniata.