Las bajas por paternidad y maternidad son uno de los asuntos que mayores conflictos generan entre trabajadores y empresas. En un ámbito laboral normalizado, parece que estos periodos de inactividad se van aceptando con la normalidad que deberían tratarse. Sin embargo, es un capítulo aparte lo que sucede en un entorno tan particular como el deporte de élite.
La maternidad es un conflicto muy importante para muchas atletas, las cuales terminan esperando al final de su carrera o incluso deciden adelantar el mismo, para poder ser madres. La inactividad, la pérdida de la forma física, los problemos económicos o el poco respeto que históricamente han demostrado algunos clubes que han llegado incluso a rescindir los contratos de sus atletas han sido algunas de las barreras que habitualmente se han encontrado las deportistas en relación a este asunto.
Sin embargo, los deportistas masculinos se han encontrado en muchas ocasiones problemas similares en relación a la paternidad. Una circunstancia que tampoco está bien vista y que casi ningún atleta de élite hace efectiva a pesar de que es de obligado cumplimiento con cualquier contrato laboral. Desde el año 2021, el permiso de paternidad se extiende a 16 semanas, sin embargo, la ley solo obliga a cumplir las seis primeras, las cuales se deben solicitar inmediatamente después del parto. Pero ¿se imaginan realmente que eso sucediera cuando un jugador de un equipo de fútbol o de baloncesto se estuviera jugando el descenso o un título?
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Son precisamente estas seis semanas de parón las que han convertido ahora en protagonista a un jugador de fútbol sala en España. Concretamente a un portero, Cristian Ramos, quien defiende la meta del Córdoba Patrimonio de la Humanidad de la Liga Nacional de Fútbol Sala. El cancerbero se encuentra de baja y su caso ha dado ya la vuelta al país al tratarse de una situación inédita en su disciplina y pocas veces vista en la élite del deporte. Su situación abre un importante debate que se extiende a los deportes colectivos en los que podría haber un antes y un después.
El caso de Cristian
Los permisos de paternidad suponen una situación compleja en España porque en muchas ocasiones se tiende a pensar que el derecho natural a esta baja solo pertenece a las madres. Desde el año 2021, los periodos de maternidad y paternidad se han igualado a las 16 semanas. Además, existe un periodo que, por ley, es obligatorio cumplir. Son las seis primeras semanas después del parto.
Después, existen otras diez semanas que son a elección del trabajador. Siempre y cuando se elijan de manera completa y dentro del primer año de vida del bebé, el padre podrá hacer uso de las mismas a su antojo. Una circunstancia que amplía el rango de enfrentamiento entre empleados y empresas.
Mientras esas seis semanas suponen una condición obligatoria para todos los trabajadores con contrato en vigor y que cumplen una serie de requisitos que tienen que ver con el número de días cotizados en su vida laboral, en el deporte parece que esa obligatoriedad brilla por su ausencia ya que no es frecuente que los atletas falten a sus 'puestos de trabajo' en entrenamientos y competiciones durante esos 42 días. Por ello, cuando se produce un caso de una baja por paternidad en la elite, resulta tan llamativo como ha sido el caso de Cristian Ramos.
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El portero del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, equipo clasificado en la zona baja de la Primera División del fútbol sala nacional, comunicaba hace unos días que tras llegar a un acuerdo con el club había hecho efectiva su baja por paternidad. En su caso, Cristian aseguraba que la vida le había llevado a "tomar decisiones" que no dependían solamente de sí mismo.
A pesar del gran contratiempo que supone para su equipo a nivel deportivo dado que están inmersos en la lucha por el descenso, ambas partes han tenido que llegar a un acuerdo que escribe un caso inédito en el mundo del fútbol sala y pocas veces visto en el deporte en España. El propio Córdoba informaba a través de sus redes sociales que el portero había solicitado hacer efectivo su derecho a la baja de paternidad, una circunstancia a la que tendrán que hacer frente, como mínimo, las próximas seis semanas.
Cristian, que se ha visto empujado a tomar esta decisión por cuestiones personales, abre el camino para todos los jugadores con contrato que quieren lanzarse también a dar un paso más en la normalización de la paternidad en la élite y en la defensa de una circunstancia que, aunque permanezca en el olvido de manera habitual en deportes como el fútbol, el baloncesto o el balonmano, forma parte de un derecho al que no se tiene por qué renunciar.
De Jon Rahm a De Gea
El caso de Cristian Ramos, tan comentado en las últimas horas, puede sentar un precedente importante que ayude a desestigmatizar este tipo de situaciones y abrir líneas de diálogo más claras y fáciles entre jugadores y clubes o incluso federaciones. Sin embargo, el suyo no ha sido el único que se ha producido en España en los últimos años. Eso sí, son pocos y excepcionales.
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Algunas estrellas sí han afrontado procesos similares al del portero del equipo cordobés, aunque eso sí, cada uno con sus circunstancias particulares. Uno de los casos más sonados fue el de Jon Rahm, quien comunicó a finales del año 2020 que iba a pasar unas semanas alejado de los campos debido a que su pareja iba a tener un hijo.
'Rahmbo' decidió no salir de Estados Unidos durante un tiempo y apostar por ser precavido para preservar la seguridad de su familia. En su caso, esta situación se produjo a finales del mes de noviembre del año 2020, cuando el deporte empezaba a dar sus primeros pasos tras la llegada de la Covid-19. De ahí que apostara decididamente por mirar por y para su salud y la de una familia que estaba en crecimiento.
El caso de Rahm es cierto que es difícil de comparar al de Cristian, ya que se trata de un golfista y por lo tanto compite en un deporte individual donde no tiene que rendir cuentas a ningún club y cuyo rendimiento no afecta a ningún colectivo, más allá del perjuicio que pueda suponer a sus patrocinadores. Además, la posición económica de 'El León de Barrika' también le facilitaba en su momento tomar esta determinación. Sin embargo, que una estrella de su talla decidiera dar este paso ayudaba a la visualización de esta particularidad.
Una experiencia más parecida a la de Cristian fue la que protagonizó David de Gea en el año 2021. El portero del Manchester United le comunicó a su club que, tras haber sido padre, había tomado la determinación de parar para poder estar junto a su familia y junto a su pareja, la conocida cantante Edurne.
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El guardameta se ausentó de la primera plantilla durante alrededor de un mes y se perdió seis partidos, pero dejó otro camino abierto que, aunque no ha sido seguido por muchos, seguramente sí sirvió de inspiración para que otros deportistas al menos pensaran en su derecho a disfrutar de la baja por paternidad.
En su caso, el Manchester United le dio una normalidad total a lo sucedido, al menos de puertas para fuera, y aseguró que De Gea estaba fuera por motivos personales y que se tomaría el tiempo que fuera necesario. A su regreso, recuperó la titularidad de la portería, esa que lleva defendiendo las últimas doce temporadas. Casos como el de Cristian, el de Rahm o el de De Gea son un rara avis en el deporte de élite que poco a poco van alimentando un debate necesario y van construyendo un camino que permite al deporte y a la sociedad avanzar.