El deporte es una de las actividades más lucrativas, especialmente si eres una gran figura a nivel mundial. Solo una cantidad de selectas personas son capaces de llegar a ese estados, pero si lo consigues tienes el futuro prácticamente asegurado ante los enormes contratos que se manejan en casi cualquier modalidad.
Mucho se ha hablado de los contratos firmados por Leo Messi o Kylian Mbappé en el mundo del fútbol, de los lograron Stephen Curry o LeBron James en la NBA o, incluso, de aquellas estratosféricas bolsas que firmaban los boxeadores en su época. A todos ellos hay uno que les supera, que rompe totalmente con los moldes marcados.
Y, sorprendentemente, no está entre los deportes más seguidos a nivel mundial. El luchador irlandés Conor McGregor es el que se lleva la palma en este aspecto, es decir, es el líder absoluto por ganancias por minuto. El elevadísimo caché del que dispone en la MMA le ha hecho ser el primero de la tabla.
Conor McGregor, luchador irlandés de la UFC. Foto: Instagram (@thenotoriusmma)
Según los datos de la empresa de apuestas 'OLBG', extraídos desde mayo de 2021, McGregor ha logrado sacarle rendimiento a su única pelea disputada desde entonces. Fue contra Dustin Poirier en julio del pasado año en Las Vegas y, pese a caer, logró embolsarse 31 millones de dólares únicamente por nueve minutos. Es decir, ganó 6 millones por minuto, una cifra de auténtico escándalo.
Una asombrosa cantidad a la que nadie se acerca por asomo. Eso sí, los dos que le acompañan en el podio también están referidos al mundo de la lucha, aunque concretamente al mundo del boxeo. Canelo Álvarez, con 1.310.000, y Tyson Fury, con 1.030.000, son segundo y tercero respectivamente. Una demostración de la cantidad de dinero generado por los deportes de contacto, que acaparan los primeros puestos de la lista.
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Poderío estadounidense
Ninguno de los tres primeros es estadounidense, sin embargo, todos ellos han disputado gran parte de sus peleas en dicho territorio. Si se observa el resto del 'top ten', desde el cuarto hasta el décimo los deportistas que se posicionan ahí son nacidos en el país.
El principal causante de ello es la NFL, pues gracias a ella copan de la quinta a la décima plaza con sus lucrativos contratos. Con grandes eventos como la Super Bowl son seguidos a nivel mundial, aunque su potencial núcleo de fans residen en Estados Unidos. De ahí, que los contratos también sean mucho mayores que los que se proporcionan en Europa.
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Ryan Ramczyk o Aaron Rodger, ambos jugadores de la NFL, están colocados a partir del quinto y sus cifras no son tan despampanantes como las de los tres primeros. Ellos, a pesar de contar un salario desorbitado, solo generan entre 52.000 y 60.000 dólares.
Esta rebaja más que sustancial, se debe a que los minutos de los partidos de la NFL sean mucho mayores que a los de cualquier combate de boxeo o de MMA, que se pueden decidir en cuestión de segundos, algo prácticamente impensable en otros deportes que tienen unos tiempos establecidos.
El fútbol, muy abajo
Hay que bajar unas cuantas posiciones para encontrar a los futbolistas. En este caso, es Neymar el primero en aparecer en la lista. El brasileño ocupa la duodécima posición gracias a la generosidad del PSG a la hora de darle un salario para colocarle en la primera posición del balompié.
Neymar y Messi, dos de los futbolistas que más cobran.
Eso sí, ni se acerca mínimamente a las cifras de McGregor, pues él solo genera poco más de 28.000 dólares por minuto. La enorme cantidad de partidos disputados a lo largo de la temporada, pudiendo llegar a superar los 50, y los noventa minutos jugados, como mínimo, hace que baje mucho en comparación.
Mucho más atrás se encuentran otros ilustres de este deporte como Leo Messi o Cristiano Ronaldo, donde se demuestra que no son los mejores pagados pese al caché que todavía tienen en el fútbol. El argentino se encuentra en la vigesimo segunda plaza y el portugués en la trigésima. Pese a considerarse que tienen estratosféricos contratos, la rentabilidad de otros deportes, ya sea por su duración o la mejora salarial, les hace estar por detrás.