El dopaje es capaz de acabar con las carreras de la manera más abrupta que se conoce. Se puede pasar de ser una estrella absoluta a un total repudiado. Es la tónica habitual, aunque es cierto que hay casos donde se consigue demostrar lo contrario. Sin embargo, no ocurre habitualmente.
Los Juegos Olímpicos se presentan como la gran oportunidad de los deportistas de lucirse a nivel mundial. Y no lo fue menos en los de Pekín 2022, la cita de invierno reunía a un espectacular elenco. Entre ellos destaca de sobre manera una patinadora sobre hielo. Kamila Valieva encandilaba al mundo en tierras asiáticas con tan solo 15 años, lo que se denomina como estrella precoz.
Con sus majestuosas actuaciones sobre el hielo de la capital de China encandiló al mundo. Su delicadeza a la hora de ejecutar cada uno de sus movimientos le valió para aupar al Comité Olímpico Ruso, porque no podían competir por la bandera de su país debido al dopaje, al oro en la modalidad por equipos imponiéndose a Estados Unidos y Japón.
Pero a partir de ahi se llegaba el descalabro absoluto para Valieva. Los controles antidopaje señalaban que la rusa había dado positivo en trimetazidina unos meses antes, en diciembre. Normalmente, cualquiera se retira de la competición por ese motivo, pero ella no lo hizo por decisión de su equipo. Una vez señalada, el panorama sobre su caso de dopaje sigue en el más hermetismo absoluto. No hay ni una noticia sobre ella y la resolución ocho meses después sigue sin conocerse. La RUSADA, agencia estatal rusa antidoje, también ha señalado que no habrá veredicto sobre esta situación tras apuntar que ya habían terminado con la investigación.
Hermetismo absoluto
Con el mundo expectante sobre la resolución de la Kamila Valieva, la RUSADA se negó a hacer pública cualquier decisión sobre la jovencísima deportista. A sus 15 años y dando positivo, se la trató de exculpar desde un primer momento dado la excepcionalidad de su caso.
En un primer momento se achacaron sus resultados a la contanaminación de la patinadora con los medicamentos de su abuelo. Siguió compitiendo, casi por obligación, y los resultados fueron un desastre absoluto para Valieva. Incapaz de soportar la presión dejó imágenes de impactante tristeza sobre la pista. Ella estaba completamente rota y aún así la pusieron a competir, eso si, tras el visto bueno del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) al considerarlo algo no punible en un primer momento.
Y hubo voces importantes que pusieron el grito en el cielo sobre su participación en tierras asiáticas, ya que su positivo se produjo meses antes de competir en Pekín. La USADA, agencia contra el dopaje en Estados Unidos, se mostró tremendamente crítica con la decisión de su participación en el evento. "El hecho de no informar de una prueba tomada en diciembre hasta después del evento por equipos de los Juegos es una falla catastrófica del sistema para proteger al público, la integridad de los Juegos y a los deportistas limpios que tenían que competir", señaló Trygart, director ejecutivo de la misma.
Lo que fue un revuelo internacional increíble, parece haberse tornado en un absoluto silencio sepulcral. Ella sigue compitiendo como si nada hubiese ocurrido y por decisión de la RUSADA nadie es capaz de hacer pública condena alguna a la patinadora. Una situación surrealista, que es difícil de comprender.
Hace apenas unos días, el organismo encargado del dopaje en Rusia hacía público que no se iba a publicar nada relacionado con el negativo episodio. "En estricta conformidad con los principios de las normas antidopaje internacionales y rusas, y también teniendo en cuenta la naturaleza y las circunstancias del caso, RUSADA no tiene la intención de anunciar la fecha de la audiencia, el fallo u otros detalles del caso", subrayaba parte del comunicado publicado.
Los funcionarios de la RUSADA se amparan en que al ser considera como una figura protegida. Una excusa perfecta para evitar dar a conocer la sentencia a la patinadora. Además, en ningún momento se refieren directamente a ella en la publicación, sino que se refieren a una persona que pertenece al Comité Olímpico Ruso (ROC). Ella fue la única que dio positivo por dopaje en los Juegos Olímpicos de Invierno.
"Persona protegida" es el término referido a este tipo de personas bajo las normas antidopaje. Ese estatus se le aplicó a Valieva, ya que tenía menos de 16 años en el momento en que entregó la muestra. Las reglas establecidas por la Agencia Mundial Antidopaje eseñalan que la divulgación pública de ese tipo de datos en casos que involucran a una persona protegida es opcional —la publicación de un veredicto es obligatoria para la casi todos los casos en los deportes olímpicos— y "deberá ser proporcional a los hechos y circunstancias del caso".
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De vuelta en su país
La carrera como patinadora artística de Kamila Valieva se vio repentinamente parada por la guerra. La rusa no pudo competir fuera de su país debido a las constantes restricciones a todos aquellos nacidos en el país gobernado por Vladimir Putin. Un problema para ella, al ver cómo se restringían de manera súbita su presencia sobre el hielo repentinamente.
Donde su pudo volver a sentirse libre como patinadora fue en el Channel One Trophy, organizada por Rusia. Allí Valieva regresó felizmente al volver a ponerse los patines tras su caso de dopaje en los Juegos Olímpicos de Pekín. Ella mismo aseguró que "estaba feliz de volver al hielo" tras participar.
Tras venirse abajo en la final individual en los Juegos de Invierno, donde se cayó tres veces y acabó a lágrima viva, la deportista sentirse nuevamente plena. En el Channel One Trophy, competición creada por Rusia a la par que el Mundial de Patinaje Artístico para que participasen todos aquellos vetados en él, logró una segunda plaza. Solo fue superada por Anna Shcherbakova en su prueba.
Y volvió de nuevo en el Grand Prix de Rusia que se celebró en Moscú. Allí fue coronada como campeona tras una serie espectacular sobre el hielo. En la capital de su país, fue recibida como una auténtica heroína. Los asistentes a la prueba la homenajearon con un lanzamiento masivo de peluches tras su vencer de manera contundente y sumar un nuevo triunfo a su palmarés.
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Una muestra de que no hay castigo alguno por el momento para Valieva. Por lo que parece que podrá seguir compitiendo de manera asidua, eso sí, únicamente ha vuelto al deporte en su país ya que fuera sigue habiendo restricciones para todos aquellos que compiten bajo la bandera rusa.
Una progresiva vuelta a los focos mientras el mundo sigue sin conocer su castigo públicamente, aunque el hermetismo de la RUSADA parece indicar que no hay sanción alguna para Valieva. Un caso de dopaje que se queda cada vez más atrás y ocho meses después no hay muestra alguna de acción contra ella. La joven patinadora, mientras tanto, sigue acaparando los focos a la espera de lo que le espera fuera de sus fronteras.