En Canadá, el hockey sobre hielo no es un deporte. Es mucho más que eso. Es la forma en la que crecen los niños con un stick en la mano o el día a día para muchos ciudadanos. Algo que levanta pasiones como lo puede hacer el fútbol en otros países del mundo. Al fin y al cabo, es prácticamente una religión, una institución intocable. Por eso, el último escándalo en el país norteamericano está tomando unas dimensiones mayúsculas.
Hace unas semanas que todo salió a la luz. Varios medios de comunicación dieron a conocer una serie de abusos sexuales que se pertrecharon en el seno de Hockey Canada, la Federación canadiense de este deporte, y que durante años han sido silenciados. La polémica es mayúscula, porque se denunciaron quince incidentes de violaciones grupales por parte de varios jugadores juveniles de la Selección desde 1989 hasta, al menos, el año 2018.
La vergüenza nacional es algo que ha trascendido a todos los niveles del país y la clase política ha entrado de lleno en el asunto pidiendo responsabilidades. Se habla, incluso, de que la propia Federación llegó a pagar con fondos conseguidos a través de sus asociados, indemnizaciones de este tipo de acusaciones. La consecuencia es una huida en masa de los patrocinadores, una sociedad cabreada y unos dirigentes que, después de aferrarse a sus sillones todo lo que han podido, se han visto forzados a presentar su dimisión.
Un impacto total
Canadá sigue todavía en estado de shock. De un día para otro, se ha destapado que la Federación de hockey sobre hielo ha conseguido mantener ocultas varias décadas de abusos sexuales. Los directamente señalados son varios de los jugadores que formaron parte de los equipos nacionales de categoría juvenil durante los años 2003 y 2018. Pero no se queda ahí la cosa. Para llegar a los quince casos que han salido a la luz, la oscura historia se remonta al año 1989.
Se habla de que estos abusos se cometían en grupo, y que de hecho varios de los supuestos autores llegaron a ser imputados por la policía. Es decir, que Hockey Canada no solo estaba al tanto de estos hechos delictivos sino que además protegía a los infractores de los mismos y los cobijaba bajo su paraguas.
Tanto, que este organismo del deporte más seguido en el país norteamericano llegó a pagar indemnizaciones a algunas mujeres que sufrieron estos abusos sexuales. Se cuenta que había una partida clandestina de dinero que se llenaba con las cuotas de los asociados, y de la que se sacaron las cantidades necesarias para cubrir este tipo de penalizaciones. Millones de dólares dedicados a subsanar los daños provocados por este tipo de actos sin que nada llegara a la opinión pública.
La indignación es alta entre la población, ya que en lugar de que Hockey Canada apartara de los equipos a estos infractores, los protegió y los dejó seguir jugando con las selecciones nacionales. Es decir, a sabiendas de lo que sucedía, la Federación decidió ya no solo mirar para otro lado, sino ayudar a quienes cometieron estos actos.
[Escándalo en el fútbol femenino de EEUU: abuso sexual y emocional a las jugadoras de la NWSL]
Cuestión de estado
Un escándalo de este tipo no ha pasado desapercibido para la clase política del país. El Gobierno tomó cartas en el asunto de forma seria y llegó a pedir la dimisión de los responsables actuales de la Federación de hockey sobre hielo. "La gente que dirige Hockey Canada no son extraordinariamente especiales. Hay mucha gente que puede dirigir en el país una organización como esta", apuntó Justin Trudeau, primer ministro canadiense.
Desde las altas esferas pidieron que los mandatarios dieran un paso al lado, e incluso amenazaron con disolver este ente federativo y crear uno nuevo para hacer una limpieza en este deporte. La subvención estatal, de hecho, quedó congelada ante un escándalo de tal magnitud, por lo que los dirigentes estaban totalmente acorralados.
Durante las últimas semanas, han sido más todavía las medidas de presión que ha recibido la Federación. En este ente han visto como, uno tras otro, sus patrocinadores les han ido dejando de lado al no querer asociar sus marcas con unos hechos tan deleznables como los denunciados, por lo que han retirado su apoyo económico.
Empresas como Nike, Tim Hortons, Telus, Chevrolet o Scotiabank, pilares fundamentales para la sostenibilidad financiera de Hockey Canada, se han ido marchando paulatinamente ante la falta de acción de la directiva. De hecho, incluso el Mundial júnior de hockey sobre hielo que se iba a celebrar en Canadá a finales de este año está en entredicho por la falta de patrocinadores.
La presión ha sido tan alta, que pese a aferrarse a su puesto los responsables de la Federación se han visto obligados a presentar su dimisión. Este pasado martes, Scott Smith y toda su junta directiva anunciaron su adiós, algo que pedían los aficionados, las instituciones y los patrocinadores. Después de varias semanas en el ojo del huracán, decidieron dar un paso al lado. Ahora, un comité provisional se hará cargo de este organismo hasta las elecciones del próximo 17 de diciembre.
Investigación de la NHL
Pese a la dimisión en bloque de la directiva de Hockey Canada, el escándalo no se ha terminado todavía. De hecho, trasciende fronteras ya que la NHL, la liga de hockey sobre hielo de Estados Unidos, tiene en marcha una investigación. Existen serias sospechas de que algunos de estos jugadores que están implicados en los abusos sexuales se encuentren actualmente jugando en esta competición, y no quieren dejarlos marchar impunes. Asimismo, hay otra investigación en curso por parte de la Liga Nacional de Hockey de Canadá, y la Asociación de Jugadores colabora con estas pesquisas.
Se trata de un nuevo caso de abusos que azota al deporte, otro episodio oscuro que contó con el beneplácito y la colaboración de un organismo oficial. Otra triste página que se escribe, en esta ocasión, en Canadá.