La de Luvo Manyonga, atleta sudafricano, era una historia de superación: se rehabilitó de su adicción a las drogas y fue medallista olímpico (plata en 2016) y campeón del mundo (oro en 2017) en salto de longitud. Pero después de esto recayó, 'desapareció' del mapa y acabó haciendo cosas de las que se arrepiente por completo.
Ocurrió hace dos años, en 2020, tras tocar fondo por la muerte de su madre. El tik -una variante de la metanfetamina cristalina- volvió a tomar el control de su vida. Volvió a pasar por aquella pesadilla a la que sobrevivió para luego alcanzar la cima del atletismo. Hoy en día está alejado del deporte.
La BBC ha podido dar con él. No ha sido fácil, relata el periodista Mike Henson. No tiene agente, ni siquiera teléfono, y vive en una dirección que no es la suya sin redes sociales y correo electrónico. Se centra encontrar al verdadero Luvo ("no al campeón mundial, no al drogadicto").
La última vez que el medio inglés había hablado con Manyonga fue en 2017, un día después de coronarse campeón del mundo en Londres. Aprovechó aquel momento para contar el infierno de drogas que había atravesado en el pasado. Consumía tik en 'pajitas', que eran calentadas -a menudo en una bombilla de faro de coche robada- y fumadas. "Era un niño, pasé por eso y lo superé", explicaba hace cinco años.
Lo dejó, aunque una recaída inoportuna le llevó a rehabilitación poco antes de ganar el oro en Londres 2017. Las drogas hablaban por él: "Había un pensamiento que me venía cuando estaba drogado que me decía 'eres genial, lo has hecho antes y regresas a tope'. Pensé que podía volver a tomar drogas e ir y competir, pero me estaba mintiendo a mí mismo. Esa es la verdad, eran las drogas las que hablaban con mi cerebro".
Una tragedia como detonante
La muerte de su madre, Joyce, en 2020 le llevó de nuevo a consumir tik. Manyonga se había criado junto a su hermano y su hermana bajo la única mano de su progenitora en una pequeña casa. Su fallecimiento le causó un profundo vacío.
"Después de que perdí a mi madre, las cosas se vinieron abajo para mí, ¿entiendes? No lloré a mi madre, lo tomé muy a la ligera y, mirando atrás, estaba usando drogas para reprimirlo, para no sentir el dolor. Sólo quería adormecerme hasta el punto de no saber qué fecha era", relata ahora.
Era como un matón en cierto modo por cómo me perdí en las drogas
Su recaída fue tan fuerte que "fácilmente podría haber perdido la vida", explica. Y añade: "Estaba haciendo todo tipo de cosas locas". Entre ellas había auténticas barbaridades: "No me gustaría mencionarlas todas, pero hice algunas de esas cosas que hacen los yonquis como robar, robar coches, entrar en casas...", reconoce Manyonga.
"Era como un matón en cierto modo por cómo me perdí en las drogas. Me alegro de que Dios estuviera conmigo y me alegro de que todavía estoy vivo", explica sobre su adicción.
Posibilidad de volver
Luvo está actualmente suspendido. Ha recibido varias sanciones desde 2012 de la Unidad de Integridad del Atletismo y desde 2019 no puede competir. No será 'libre' hasta diciembre de 2024: "Entiendo mi suspensión. Fue justo como una llamada de atención para todos aquellos que dependen de otros. Las cosas han sido difíciles, no voy a mentir. Pero soy un tipo fuerte. Esta es mi realidad y no puedo escapar de ella, ¿entiendes?", dice.
No cierra la puerta a regresar al atletismo, ya que tendría 33 años en el momento en el que le levantarían el castigo: "Todavía hay una posibilidad de que Luvo regrese. Lo único que tengo que hacer ahora es encontrar a Luvo. No al campeón mundial, no al drogadicto. A Luvo. Si puedo encontrar a esa persona, las cosas estarán en su lugar". Antes del deporte está dar de nuevo el rumbo de su vida.