Novak Djokovic, Connor McGregor, Kyrie Irving o Aaron Rodgers. Los cuatro tienen en común ser estrellas en sus disciplinas deportivas. También cobran millones de euros al año con contratos estratosféricos en sus competiciones. Sin embargo, lo que les ha llevado a estar en el centro de los focos es su postura respecto a la gestión de la pandemia del coronavirus. Algunos de ellos han rechazado la obligación de las vacunas y otros han impulsado teorías de la conspiración respecto a la Covid-19. Todo pese a poder poner en riesgo sus acuerdos publicitarios.
El último en sumarse a la lista ha sido justo Connor McGregor. La estrella de las artes marciales siempre ha acostumbrado a realizar declaraciones que le mantengan con un papel protagonista en los medios de comunicación. Pero, hasta el momento, sus comentarios se limitaban a criticar a sus rivales o a incendiar próximos combates para generar mayor expectación. Una temática que ha cambiado en sus palabras más recientes.
"Obligar a alguien a inyectarse algo en su cuerpo que no desea es terriblemente incorrecto. No estoy en contra de las vacunas, estoy en contra de no tener elección", ha defendido McGregor. Sus palabras no han tardado en dar la vuelta al mundo y algunos de los usuarios de las redes sociales han acudido en masa a criticar su posición. Pero, ¿qué pensarán las marcas y cómo puede afectarle económicamente?
McGregor, cabe recordar, firmó un último de récord convirtiéndose en el deportista mejor pagado según la especializada lista de la revista Forbes. El irlandés obtuvo 180 millones de dólares en un solo ejercicio. Un salto cuantitativo que, en gran parte, se debió a la venta de sus participaciones en una empresa de whisky. McGregor recibió algo más de 100 millones por esta transacción y los sumó a los cerca de 20 millones por los combates y los restantes en acuerdos de patrocinio.
Al igual que McGregor, otra estrella como Novak Djokovic también se ha postulado en contra de la obligación de vacunarse para competir. De hecho, su participación en Australia está en el aire por la necesidad de confirmar si se ha inoculado la vacuna contra la Covid-19. Djokovic, como McGregor, ha evitado promover teorías negacionistas pese a que sí ha defendido mayor flexibilidad para los actores del deporte.
El tenista serbio, según los datos de Forbes, se embolsó en el último año un total de 34,5 millones de dólares. De esta cantidad total, según el análisis de la revista, solo 4,5 millones procedieron de los triunfos en la pista. Por lo tanto, cerca de 30 milones de dólares se los generaron sus acuerdos con patrocinadores como Asics, Lacoste o Head que, de alguna manera, también pueden verse afectados si la imagen de Djokovic pierde fuerza por su discurso sobre la pandemia.
Y algo similar ha pasado con Joshua Kimmich, quien se negó a vacunarse por no confiar en los estudios que hay sobre los efectos secundarios de la vacuna. Kimmich, con un contrato de unos 20 millones de euros por temporada, ha tenido que ser apartado de los terrenos de juego tras dar positivo. Ahora los medios alemanes hablan de que se vacunará, pues por cada partido perdido iba a perder un porcentaje de su salario.
Los más duros con la Covid
Mucho más agresivos han sido Kyrie Irving y Aaron Rodgers, dos estrellas en sus competiciones que sí que han apostado por teorías negacionistas e incluso de la conspiración a raíz de la pandemia. Irving llegó a hablar de microchips para controlar a las personas negras vacunadas y se negó a recibir la inyección. Por ello, actualmente está apartado de los Nets a la espera de que le permitan entrenarse con sus compañeros sin ningún problema. En su caso, ganó el último curso 44 millones de dólares de los cuales 17 procedieron de acuerdos publicitarios como el que tiene con Nike.
Aaron Rodgers, por su parte, logró renovar recientemente con un contrato de 22,36 millones de dólares con Green Bay. Su caso, además, puede que sea el más sorprendente. En un primer momento aseguró estar vacunado, pero tras contagiarse de la Covid-19 acabó confesando: "Engañé a algunas personas sobre mi estado". Rodgers no creía en la vacuna, buscó métodos alternativos y señaló los supuestos riesgos para la salud y la fertilidad que tenía inocularse dosis de Johnson and Johnson.
"No soy un activista. Voy a regresar a hacer lo que hago mejor, y eso es jugar. Compartí mi opinión. No fue una a la que llegué de manera frívola. Involucró mucho estudio y lo que sentí era en mi mejor interés para mi cuerpo", sentenció posteriormente tras la polémica generada. A pesar de todo, parece que su futuro no corre peligro y que seguirá con el mismo rol en el equipo de la NFL.
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