En los últimos días un nuevo capítulo homófobo en el deporte ha vuelto a poner sobre la mesa un debate que en pleno siglo XXI ni siquiera debería de existir. El waterpolista Víctor Gutiérrez, quien hizo pública su homosexualidad en el año 2016, fue víctima de un ataque homofóbico durante un partido entre el Terrassa y el CN Sabadell.
El deportista español denunció después en sus redes sociales que un rival le había llamado "maricón" hasta en dos ocasiones durante el encuentro. Ante la ausencia de disculpa, Víctor Gutiérrez confirmó que había sido Nemanja Ubovic el que le había insultado y este mismo lunes el CN Sabadell apartó del equipo al serbio hasta que investigasen lo sucedido.
EL ESPAÑOL habla con Jesús Tomillero sobre el ataque homófobo en el waterpolo y la petición que suena cada vez más alto y con más fuerza de poder parar los partidos cuando se produzca esto durante un partido. El exárbitro tuvo que abandonar la profesión en su día tras declarar que era gay, siendo el primer colegiado en 'salir del armario', copando tiempo y espacio en los medios de medio planeta por ello.
Jesús, ¿cómo ha recibido usted todo lo sucedido con Víctor Gutiérrez?
Ha estado saliendo en medios de comunicación, pero tampoco el waterpolo tiene la misma repercusión que el fútbol. Yo creo que por eso hay falta de conciencia por parte de las administraciones, ya sea fútbol o lo que sea. Es necesaria una Ley LGTBI y que se modifique la Ley del Deporte, que se catalice esto como un delito de odio y que no pasen cosas como estas a deportistas como nosotros. Yo me tuve que retirar. Esa Ley del Deporte no nos ampara.
Él se encargó de denunciar lo sucedido públicamente, pero también ha reconocido que en otras ocasiones no lo ha hecho.
A mí cuando me pasó lo que me pasó, lo denuncié. Hay que denunciarlo. Hay deportistas, a día de hoy, que se tienen que retirar. Otro árbitro se retiró el año pasado porque no aguantaba la presión, no aguantaba los insultos. Esto a día de hoy es algo que ocurre habitualmente.
El CN Sabadell ha apartado, por el momento, a Ubovic, ¿cree que se merece un mayor castigo?
Es que no hay que apartarlo, hay que expulsarlo del club. Son cosas que hay que condenar estrictamente. Si hay equipos como el Sabadell que primero lo apartan para después entrar en la competición, no. Hay que ser claros, igual que con el racismo. Con el racismo se pega fuerte, ¿por qué con la LGTBIfobia no? Como exárbitro de fútbol que por culpa de esto tuve que abandonar la profesión, puedo decir que hay una desigualdad y un vacío legal con el mundo LGTBI en el mundo del deporte.
Por desgracia no sale ninguna figura de élite. Porque estamos viendo lo de Víctor Gutiérrez, que públicamente ha dicho su orientación sexual y a raíz de esto le pasan estos actos homofóbicos. Si no lo denunciamos contundente, si se tiene miedo y solo se puede hablar de las cosas buenas… No, hay que hablar también de lo malo porque si no sigue siendo invisible. Porque después de dos semanas nadie va a hablar de lo que ha ocurrido. Con el racismo hay manifestaciones, protestas, movimientos… Y contra este ataque a Víctor Gutiérrez, ni siquiera la Generalitat se ha manifestado. Tampoco el Gobierno de España.
Y claro, la medida es cambiar la Ley del Deporte
La Ley del Deporte no se modifica desde hace décadas. Pone contra el racismo o cualquier tipo de intolerancia. La LGTBIfobia sigue siendo un acto discriminatorio y un delito de odio. Si esto no se para… El entrenador que a mí me hizo lo que me hizo sigue entrenando a menores. El jugador que le ha hecho esto a Víctor Gutiérrez volverá a jugar… Los equipos tienen también que tener compromiso de echar a los jugadores que hagan esto, deben tener una política activa de LGTBI.
El árbitro tampoco hizo nada, son necesarios unos protocolos para actuar ante este tipo de delitos de odio. Víctor va a seguir sufriendo estos delitos de homofobia, eso es así. A día de hoy no hay ninguna legislación, ningún político que quiera trabajar por estos derechos LGTBI. Estamos abandonados por el Consejo Superior de Deportes y lo digo yo como exárbitro de fútbol. Yo jamás tuve el apoyo del Consejo Superior de Deportes. Tal vez si lo hubiera tenido, no me habría sentido solo por parte de las administraciones.
Hay falta de compromiso por parte de las organizaciones grandes
Y una pregunta que me hago yo '¿dónde está la directora general del Ministerio de Igualdad?' Yo creo que eso es denunciable. Yo como Jesús Tomillero he solicitado varias reuniones con ella para hablar este tipo de delitos y organizar algo desde la organización LGTBI del Ministerio, y a día de hoy sigo esperando. Estamos abandonados las organizaciones LGTBI en el mundo del deporte por parte de las administraciones. Sobre todo por el Gobierno central.
Llegados aquí, ¿cómo es posible que escurran el bulto de esta manera?
Yo pienso que hay mucho desconocimiento. Hay clubes abiertamente LGTBI tanto en Madrid como en Barcelona, en Valencia, Cádiz, Málaga… Hay falta de compromiso por parte de las organizaciones grandes. No veo en las grandes entidades campañas en contra de la LGTBIfobia en el deporte. La campaña más grande a nivel internacional la hemos sacado nosotros. A nivel nacional no hay campañas. El Consejo Superior de Deportes sacó una campaña con Víctor Gutiérrez. Pero también hay que sacar campañas con deportistas de élite que sean referentes y que tengan seguidores.
Necesitamos referentes y clubes que se impliquen de verdad porque las entidades no tenemos ni recursos ni apoyos para organizar este tipo de campañas. Necesitamos que el Gobierno y las comunidades autónomas se pongan a trabajar. En eso estoy trabajando yo con la Junta de Andalucía, en la creación del primero congreso internacional LGTBI en España, para hablar de homofobia en el fútbol y no tener que ir a otro país para hablar sobre ello.
¿Hay esperanza de que se pongan las pilas y en cinco años veamos todos que esto es cosa del pasado?
Yo espero que sea antes, que de aquí a un año se haya avanzado en esta materia. Creo que es un compromiso que tenemos los deportistas que nos hemos hecho visibles. El seguir trabajando en las aulas y en los centros educativos de los equipos de fútbol. Dentro de un mes tengo una charla en un club de Tercera División aquí en el equipo de Los Barrios. Y nos han solicitado formación para la cantera y también para el equipo de Tercera. Ahí es por donde tenemos que empezar a trabajar, con los jugadores y con sus padres, con la educación. Hace falta hablar de educación y de diversidad. Espero que ya el año que viene no tengamos que hablar de estos delitos de odio que se siguen cometiendo.
Víctor Gutiérrez dice que hay mucha homofobia en el waterpolo y en el deporte, ¿se hace más complicado ver a otros deportistas declarando públicamente su homosexualidad?
Claro. Igual quieren por un lado sentirse más libres, pero por otro también piensan y si me tengo que retirar, y si tengo que aguantar lo que aguanta Víctor Gutiérrez… Entonces lo que pasa es que falta apoyo, falta amparo. Muchas veces hablamos que la Covid nos ha afectado a nivel mental y con esto es un doble estigma. Si las administraciones no se ponen a trabajar en esa materia, va a costar mucho. Yo pienso que ojalá no haya más casos de este tipo de delitos, pero sigue pasando. Después de cinco años, le pasa esto a Víctor. Pensábamos que habíamos avanzado con mi salida, pero se está viendo que no.
Siempre se dice que no es lo mismo para las deportistas, pero tenemos el reciente caso de Misa Rodríguez, quien recibió insultos machistas y homófobos solo por el hecho de poner un tuit y ser futbolista. Desde "Tanta pasión como ganas de empotrárselo" a "Misma orientación sexual".
El fútbol parece estar arraigado a los siglos anteriores. El fútbol no está avanzando como avanza la sociedad. Siguen siendo presidentes personas muy mayores, no hay jóvenes referentes llevando equipos de Primera División. Sí que Rubiales está consiguiendo algunas cosas, pero el ámbito de igualdad o el ámbito LGTBI no se toca.
Tanto la RFEF, como la UEFA o el Consejo Superior de Deportes, que yo creo que es el que más tendría que trabajar esta materia y no lo hace, tendrían que trabajar más porque todavía la figura de la mujer en el ámbito del deporte está muy devaluada y no existe la igualdad con los hombres. Y encima está eso de que se asume jugar al fútbol con una determinada identidad u orientación. En eso tenemos que seguir avanzando y tenemos que seguir trabajando. Los activistas no podemos perder las ganas y la ilusión.
Por ejemplo, Arcópoli sacó una liga arcoíris con los colores LGTBI y ningún equipo grande de Primera División se sumó. Yo animo a que estos equipos se sumen. Creo que es necesario este tipo de visibilidad y el solo hecho de que un futbolista lleve esos colores en el campo de fútbol va a ayudar a que tengamos más igualdad y menos miedo.
Precisamente es lo que se echa de menos, referentes del deporte saliendo y diciendo ‘basta’ como ocurre con el racismo.
Cuando me pasó a mí, el único futbolista que alzó la voz fue Iker Casillas. Puso ‘Jesús Tomillero, mucho ánimo’. Pero fue el único mensaje que se dijo. También Iniesta, el día que yo fui al FC Barcelona, me dijo ‘si esto te ha pasado a ti, imagina lo que podría pasarnos a cualquiera de nosotros’. Sigue habiendo ese miedo a perder su carrera profesional, contratos publicitarios, a perder estabilidad emocional. El ser tú mismo te puede llevar a perder todo por lo que has trabajado tantos años. Este es el mayor miedo que tienen los deportistas y el ser rechazado por sus propios compañeros.
Usted mismo es un gran activista
Yo ahora mismo estoy trabajando en la Fundación John Blankenstein de Ámsterdam, que fue un árbitro de fútbol que se suicidó y arbitró para la UEFA, en Mundiales… Y estoy trabajando para sacar unos balones con los colores LGTBI y así poder hacérselo llegar a todos los clubes de España, con esos colores para luchar por la igualdad y que pudiesen hacer un saque de honor o algo con los colores LGTBI. Pero desgraciadamente no hay muchos patrocinadores que quieran apoyar este tipo de causas. Con gestos como este, igual los futbolistas que pasan por esto al menos sabrán que no están solos.
Ahora mismo, solo recuerdo gestos del Cádiz o del Rayo Vallecano…
El Cádiz es uno de los clubes que para mí son referentes en esta materia. Yo he hablado con el presidente y vamos a darle una formación a la plantilla de Primera División. Se está trabajando y una vez que se tumben estas barreras, se llegará a un mayor número de clubes.
Críticas, vergüenza… pero tampoco se hace nada directamente para evitarlo. Se trabaja en ello, pero no llega una reforma para parar los ataques homofóbicos en el deporte. ¿Qué sucede?
Creo que no hay ganas de meterse en más jaleo o más críticas a nivel de las administraciones. Con la Ley Trans, por ejemplo, mira el revuelo que se ha montado. El fútbol y el deporte mueven mucho dinero, mueven nuestro país en sí y necesitamos el compromiso del Consejo Superior de Deportes. Para eso está, para eso tiene que trabajar. Todos los deportistas tenemos que tener los mismos derechos y necesitamos ese tipo de legislación. Tienen miedo a la crítica o tal vez desconocen este tipo de necesidades. Nosotros hemos intentado reunirnos con el Consejo Superior de Deportes, pero es imposible.
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