Dana White es uno de los nombres más populares en el 'mundillo' de las artes marciales mixtas (MMA), aunque para muchos puede ser un desconocido. No se sube al octágono para competir, sino que maneja los hilos de una competición, la UFC, que él volvió a hacer grande cuando todo parecía apuntar a la bancarrota.
El hombre detrás del éxito. Detrás y también delante. Y es que mandamás nunca se oculta y con sus declaraciones, en muchas ocasiones incendiarias, siempre consigue acaparar titulares a lo largo y ancho del planeta. Porque sí, Dana White es el 'culpable' de que la UFC se haya convertido en un monstruo gigante dentro del mundo del deporte.
Volviendo al inicio de la historia, de su historia, Dana White nació el 28 de julio de 1969 en Mánchester (Connecticut, Estados Unidos). Su madre fue la que se encargó tanto de él como de su hermana cuando eran pequeños, con un padre ausente y alcohólico, su madre fue la que tiró de la familia adelante sirviéndose para ello de distintos empleos.
La vida del ahora multimillonario no ha sido fácil, de hecho, él mismo ha afirmado que su vida cambió cuando tenía 19 años. Fue a la Universidad, pero lo dejó a los dos años para meterse en el mundo laboral. Asentado en Boston, y trabajando como portero de discotecas, comenzó un proyecto en el boxeo, también era púgil aficionado, para ayudar a los niños de la ciudad, pero según se dice la mafia se metió por medio y él puso rumbo a Las Vegas.
Allí trabajó como botones en un hotel y fue entonces cuando decidió dar un nuevo rumbo a su vida. "Un día estaba parado en el vestíbulo y pensé' ¿qué diablos estoy haciendo aquí? '. Así que salí por la puerta principal y uno de mis buenos amigos, el portero, dijo "¿qué estás haciendo?". Le dije: "Me voy, quiero estar en el negocio de las peleas". Y él me contestó: "Eso es lo más tonto que he escuchado en mi vida", afirmó White en una entrevista en televisión.
Continuó así con sus aspiraciones, pero fue cuando se enteró de la delicada situación por la que atravesaba la UFC. De ahí a levantar el teléfono, pedir ayuda y... el resto es historia. Dana White conoció a Art Davies de Semaphore Entertainment Group en Las Vegas, la empresa matriz de la UFC. Entonces le contó que buscaba un comprador y él se puso en contacto con Lorenzo Fertitta.
Lorenzo, amigo de Dana, y su hermano Frank le ayudaron a comprar la empresa de las MMA y nombraron a White presidente. Él ha sido el artífice de la resurrección de la UFC cuando estaba en bancarrota e hizo de ella a partir de ahí un auténtico fenómeno que no ha hecho más que crecer en los últimos años.
El inicio de la leyenda
Veinte años de duro trabajo y una última década en la que ha conseguido ser una de las figuras más importantes en el mundo de los deportes de contacto. Fue en 2016 cuando tanto él como sus socios, los hermanos Fertitta, decidieron vender por 4.000 millones de dólares a WME-IMG. En aquel momento Dana White se sintió devastado. Lo había logrado. Se había convertido en millonario y se mantuvo en el puesto de presidente de la UFC a pesar de la venta.
Sin embargo, como siempre, como un superviviente, vio un resquicio por donde seguir adelante. Este no fue otro que seguir impulsando la empresa estrella de las artes marciales mixtas, logrando alcanzar mayor éxito e impulsando a nuevas figuras. También recibió el apoyo de un por entonces candidato a la Casa Blanca, sí, el mismísimo Donald Trump.
Dana White se considera un auténtico patriota y, de hecho, recibió el Premio Patriota de la Fundación de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos por su apoyo a las tropas después de ser el responsable de recaudar más de 4 millones de dólares para la causa. Y también es un ferviente admirador de Trump, del que llegó a decir esto: "Nadie nos tomaba en serio, excepto Donald Trump. Donald fue el primer hombre en reconocer el potencial que nosotros veíamos en la UFC y nos alentó a construir nuestro negocio. Trump es un luchador que peleará por nuestro país".
Una fortuna en la UFC
Con importantes respaldos sí, pero con un talento innato, este genio supo ver el negocio dentro de las artes marciales mixtas (MMA), Dana White pasó de ser un trabajador más de un hotel a amasar una fortuna neta estimada, según los datos de Celebrity Net Worth a finales de 2020, de 500 millones de dólares.
Su objetivo ahora es romper con el mercado de Rusia y China. El presidente de la UFC sabe que los hábitos de consumo están en constante cambio y que ahora los servicios de streaming reúnen a más adeptos que los tradicionales sistemas por cable. En eso anda inmerso ahora, además de en un nuevo duelo entre Conor McGregor y Dustin Poirier, así como en el regreso de Khabib Nurmagomédov al octágono.
Para ello sigue al mando de la UFC, con un sueldo como presidente de 20 millones al año. Y sabe cómo disfrutar de su fortuna o al menos hacerlo como a él más le gusta. Una de sus debilidades son las apuestas y recientemente ha revelado que llegó a perder un millón de una sola tacada, en un combate de boxeo entre Jermain Taylor y Kelly Pavlik.
"Juego a muchos juegos de azar. Soy un degenerado, sí. Me encanta apostar ¿Cuál era el nombre de ese chico? Jermain Taylor. ¿Y contra quién luchó? Debería saberlo por la paliza que recibí. Contra un chico blanco alto y delgado de Ohio, Kelly Pavlik. Aposté un millón a Taylor y lo destrozaron. Fue la primera vez que aposté 1 millón de dólares porque estaba muy seguro de que Taylor iba a ganar esa pelea", ha revelado en ESPN.
"Me gusta apostar. Hace que todo lo que veas sea más divertido, mucho más interesante. Siempre estuve a favor. Pero soy de Las Vegas. Siempre apuesto. En todos los deportes que me interesan. En todos los partidos del sábado, si quiero saber cuál es la línea (del juego), si soy universitario o profesional, siempre miro las líneas de las peleas", ha asegurado un Dana White que pasó de no tener nada a tenerlo todo y que sigue jugando a ese todo o nada a todos los niveles.